Un nombre propio se interpone en las negociaciones entre partidos independendtistas para materializar la mayoría absoluta de la que disponen en el Parlament y que comience a andar la legisltatura: Carles Puigdemont.
Junts per Catalunya, la lista que encabezó el expresident de la Generalitat, quiere avanzar en las negociaciones para elegir un nuevo predente del Parlament y una nueva Mesa, el órgano de gobierno de la cámara, pero ERC condiciona los contactos a la vuelta de Puigdemont o, al menos, a que aclare cuáles son sus planes concretos.
Así, ERC sigue defendiendo que vuelva Puigdemont, pero lo hace con la boca pequeña, ya que da por hecho que no lo hará y que, en caso de permanecer en Bruselas o en otro lugar fuera de Cataluña, no podrá ejercer el cargo y, por lo tanto, no ser investido. "Lo único que pedimos es que nos propongan como darle forma" a la investidura de Puigdemont, dijo Sergi Sabrià, portavoz de los republicanos, en una entrevista en RAC1 este martes.
Problemas por el orden de factores
Por ese motivo, ERC no quiere hablar de los pasos previos a la investidura, que son fundamentalmente la composición de la Mesa del Parlament, presidente incluido.
"En ERC están muy nerviosos", explican fuentes de JuntsxCAT, porque "no pueden decir claramente lo que piensan" y temen "un revés como el de las elecciones". Lo que piensan es que, pidiendo la restitución de lo que todos los independentistas consideran el "Gobierno legítimo" conseguirán que el vicepresidente de ese Ejecutivo, Oriol Junqueras, ascienda directamente a la presidencia.
El pulso sigue. Pero no sólo sobre quién debe o puede ocupar el sillón presidencial sino para qué. En la entrevista, Sabrià dejó clara la estrategia que su partido considera más conveniente: una legislatura larga, basada en asuntos sociales y asumiendo que el diálogo que también reclaman al Gobierno central no llegará.
"El umbral de los tres años"
"Sería bueno para todos que esta legislatura no fuese de 18 meses sino más larga: sería bueno superar el umbral de tres años", dijo Sabrià. En otras palabras: nada de hojas de ruta con ruptura a corto plazo, tampoco de referendums de autodeterminación sino de una legislatura que se aproxime a la normalidad con las "políticas sociales" en el centro de la mesa.
La prioridad de los republicanos, expresada por el propio Junqueras y su número dos, Marta Rovira, es trabajar por una amplia mayoría social que supere el 47% de los votos, que es el que han recibido las opciones independentistas tanto en 2015 como en 2017. Sólo con una legislatura de reagrupamiento estratégico será, según los republicanos, posible conseguir la república a la que no renuncian.