Olga C.D. estaba en su casa cuando de pronto vio la foto de un joven en televisión. Era Driss Oukabir, detenido por el atentado de la Rambla. Sus rasgos árabes, su pronunciada nariz le resultaban familiares, tanto como que le identificó como la persona que meses antes le había asaltado en plena calle en Madrid y le había robado el móvil a punta de navaja.
La joven, sin albergar ninguna duda de que se trataba de la misma persona, acudió a comisaría a presentar una denuncia por robo con violencia contra el que se acababa de convertir en el enemigo público número uno por alquilar la furgoneta de la Rambla. Ahora el Juzgado de Instrucción número 10 de Madrid que dirige la jueza María Antonia de Torres ha decidido absolverle a través de un auto de archivo al que ha tenido acceso EL ESPAÑOL.
Olga C.D detalló que había sido asaltada en una calle adyacente a la Puerta del Sol. Que los hechos ocurrieron el 27 de febrero, incluso la cámara de seguridad de un banco captó el momento en el que su asaltante se escapaba del lugar de los hechos, según informó la Cadena Ser. Fuentes de la investigación confirman a este periódico que Driss Oukabir, vecino de la localidad de Ripoll (Gerona) sí estuvo aquellas fechas en la capital de España.
La jueza despacha el sobreseimiento de esta causa en poco más de un folio de auto dictado el pasado 23 de noviembre. Lo hace dos meses después de celebrar una rueda de reconocimiento para la que fue necesaria la excarcelación del presunto terrorista. Ubicado Driss Oukabir junto al resto de personas elegidas para el trámite, Olga C.D. no fue capaz de asegurar con certeza que el presunto integrante de la célula yihadista de las Ramblas era el mismo joven magrebí que le había robado a punta de navaja.
Oukabir se encuentra desde agosto en la cárcel madrileña de Soto del Real. Él siempre ha reconocido ser la persona que alquiló la furgoneta que usó Younes Abouyaqoub para atropellar a una multitud en el centro de Barcelona, pero asegura que no sabía que iba a ser empleada para ello. Alega que fue engañado por su hermano -uno de los menores yihadistas muertos en Cambrils-, quien le pidió un favor para hacer una mudanza dado que cumplía los requisitos de la empresa de alquiler de furgonetas.