Barcelona

Nacho Martín Blanco (Barcelona, 1982) habla a toda velocidad y salpica sus frases de conceptos complejos. El periodista y politólogo, número seis de Ciudadanos por Barcelona en las elecciones catalanas del 21-D, está acostumbrado a expresar sus puntos de vista en poco tiempo. Se pasó años en tertulias de medios públicos catalanes como TV3 y Catalunya Radio hasta que decidió decir "adiós al circo del odio", según explicó en un artículo. Estaba cansado de ser la "coartada" no independentista y de enfrentarse a cuatro o cinco tertulianos que defendían la autodeterminación. "Más el presentador", asegura.

Ahora, Martín Blanco es el principal fichaje de Ciudadanos para las elecciones catalanas. La candidatura de Inés Arrimadas ha decidido mantener a la mayoría del equipo con el que en 2015 logró 25 diputados, superando ampliamente al PSC y el PP, partidos con los que después del 21-D espera gobernar.  

Martín Blanco se reivindica, sobre todo, como un catalán que ama la cultura y la lengua catalana. Eso no le hace sentirse menos español. No le duelen prendas en reconocer que la recogida de firmas que el PP protagonizó contra el Estatut fue "un error garrafal". Lo hace tras hablar con mucho detalle de la historia de Cataluña, que le lleva a defender que nunca ha sido antiespañola sino más bien al contrario. 

A Ciudadanos lo votaron 735.000 personas en 2015, pero muchos de ellos no se atreven a decir que lo hicieron, a diferencia de lo que ocurre con otras formaciones. ¿Tiene un coste social significarse en Cataluña en favor de Ciudadanos?

Cada vez menos. Ciudadanos ha conseguido quitarse el estigma de españolista, facha y anticatalán que durante años el independentismo consiguió que tuviera. El nacionalismo siempre crea enemigos exteriores e interiores. En el resto de España, el enemigo exterior ha sido siempre el PP. También lo era interior y después se sumó Ciudadanos.

Pero Ciudadanos es un partido distinto al PP desde su fundación.

Muchos no conocen el origen de Ciudadanos, que fue un manifiesto que firmaron un grupo de intelectuales catalanes en 2005. Estaban Francesc de Carreras, Ferran Toutain, Félix Ovejero, Arcadi Espada, Albert Boadella… No eran ni especialmente de derechas ni conservadores sino liberales y de un espectro ideológico muy amplio, con un pedigrí de cultivo de la cultura catalana. Fui alumno de Toutain y me enseñó mucho sobre la cultura catalana cuando no ser nacionalista ya era motivo para que se te considerase facha. Pretender que Ciudadanos es anticatalán es absurdo. Lo integran personas que hablan en catalán, personas de cultura catalana, pero que entienden que defenderla no debe conllevar la exclusión del castellano.

Da la impresión de que los partidos independentistas atacan dentro de Cataluña más a Ciudadanos que al PP, quizás porque cosecha más votos. ¿Lo ven como una amenaza mayor?

Sin duda, Ciudadanos se ve como la amenaza porque es creíble como formación de Gobierno. Mucha gente confía en que Ciudadanos pueda gobernar en Cataluña, algo que no pasa con el PP. 

Por cómo pone el énfasis en reivindicar el catalanismo, la lengua y la cultura catalanas, alguien podría pensar que intenta aportar a Ciudadanos desde el catalanismo la imagen que Gabriel Rufián da a ERC desde el independentismo que habla castellano.

En el discurso de Rufián veo unas enormes inconsistencias. Él dice que es castellano hablante e independentista y que no tiene aversión a España.

Y que "España nos roba" es una expresión desafortunada.

Pero también dice tranquilamente que España trata a Cataluña como una colonia. Y eso querría decir que sus padres y abuelos, o mis propios padres, serían colonos. Que todos los catalanes, de nacimiento o no, que también nos sentimos españoles, somos colonos que maltratamos a los auténticos catalanes que viven en condiciones infrahumanas.

"Rufián tiene mucho de señuelo"

Según usted, el conflicto no es con España sino entre catalanes también.

Por supuesto. Lo de Rufián es una operación para utilizar un perfil del cinturón rojo que ha vivido muy de espaldas a la lengua y a la cultura catalana y decir que no es óbice para ser independentista. Dice que no tiene aversión al resto de España, pero yo lo cuestiono. Primero, por considerar colonos a los catalanes que nos sentimos españoles. Después, cuando habla de los recursos que no quiere que se vayan de Cataluña. No es partidario de la redistribución. 

La redistribución es entre ciudadanos, no entre territorios. Del mismo modo que el rico catalán es solidario con el pobre andaluz o extremeño, el rico andaluz o extremeño lo es con el pobre catalán

¿Cree que Rufián es un señuelo, una coartada para presentar al independentismo como transversal?

Tiene mucho de eso. Rufián hablaba castellano en las tertulias de TV3, pero decía, amparándose en el Estatuto, que la lengua propia de Cataluña es el catalán. Entonces, ¿es impropio el castellano? ¿Dice que la lengua en la que le han hablado sus padres, o la que habló Antoni de Capmany, Jaume Balmes y tantos otros es ajeno a la cultura catalana? Con ese planteamiento, por supuesto que tiene mucho de señuelo porque es inconsistente. Debería reconocerlo, no recurrir a elementos folclóricos y decir que le gusta la Roja. Lo importante es sentirse comprometido con la suerte del resto de españoles. Me parece estupendo que parte de mis impuestos se vayan a otros sitios de España. Porque la redistribución es entre ciudadanos, no entre territorios. Del mismo modo que el rico catalán es solidario con el pobre andaluz o extremeño, el rico andaluz o extremeño lo es con el pobre catalán.

El periodista y politólogo será sin duda diputado. El nuevo fichaje de Cs ocupa puesto de salida. Cs

Usted escribió un artículo en el que anunciaba su "adiós al circo del odio" de TV3 y Cataluña Radio. ¿Es conveniente desaprovechar espacios para exponer sus ideas? ¿No ha sido ese uno de los problemas que ha hecho que el independentismo llenase en solitario las calles?

Ortega dice que muchos catalanes comparten el sentimiento de catalanidad en sentido amplio pero que a la hora de expresarlo, el nacionalista lo hace con mucho más atrevimiento porque se erige en representante exclusivo. El catalán que no quiere renunciar a sentirse español ha vivido mucho tiempo inhibido porque el nacionalismo no había dicho que su objetivo último era la construcción de un Estado independiente. Muchos catalanes creyeron en la buena fe del discurso pujolista y que el proyecto nacionalista era compatible con el de una España unida. Pero por el camino se iba construyendo una animadversión al resto de España y un menosprecio. El proceso soberanista no empezó hace cinco años sino hace 30. Si acaso, hace cinco años lo que hubo es una recesión.

¿Comenzó con Jordi Pujol?

Sí, desde que él implanta un discurso de diferenciación radical entre lo catalán y lo español. Dos realidades que se podían oponer, algo que no se sostiene en ningún período de la Historia. Los catalanes aportaron siempre mucho al proyecto español, en lo positivo y en lo negativo. Muchos catalanes participaron en el franquismo y hasta fueron ministros.

"La sociedad catalana confió en la lealtad del nacionalismo"

¿No se ha dejado ganar la partida el no independentismo por no querer jugarla?

Sin duda, pero porque la sociedad catalana confió en la lealtad del nacionalismo pujolista, en que pudiera participar de España.

¿Cuándo se rompió la lealtad?

Se rompe progresivamente. Pero que el sistema político español favoreciese la colaboración de las nacionalidades históricas en la estabilidad al Gobierno tuvo efectos devastadores. El Estado desapareció o se inhibió en Cataluña. Se ha permitido que el castellano desaparezca del espacio público general, concretamente en la educación. Y eso no es malo sólo por los derechos de los castellanohablantes sino porque ayuda a configurar la idea de un solo pueblo: el catalán es la única lengua propia, Cataluña habla catalán, somos una nación y tenemos derecho a decidir. 

"Hay un menosprecio absoluto del castellano"

¿Está perseguido el español? Se suele decir que en Cataluña hay excelentes notas en lengua española en la selectividad, que se habla en la calle y que no hay ningún problema lingüístico.

No se puede justificar una persecución pero sí un menosprecio absoluto por parte de las instituciones catalanas. Aquí vino durante los años del tripartito una entidad guatemalteca al Parlament y se les puso traducción simultánea. El español tiene una consideración equivalente a la del inglés o incluso menos, porque se dan dos horas de lengua castellana en secundaria a la semana. No hay un conflicto lingüístico en Cataluña, pero no gracias a los nacionalistas sino a pesar de ellos. Si por ellos fuera, lo habría. No hace mucho, Artur Mas decía que el castellano es una lengua de imposición. Pero la corte española no tenía especial interés en que el pueblo llano lo hablase, como dice el historiador Joan-Lluís Marfany, porque la élite prefería diferenciarse del pueblo llano.

Los catalanes somos mucho menos nacionalistas que nuestros políticos, pero han gobernado porque se han presentado siempre como los representantes exclusivos de la catalanidad. Pero eso puede y debe cambiar

A veces se dice que si gobierna Ciudadanos, poco menos que desaparecerá el catalán.

Es falso. Primero, por el amor que tiene Ciudadanos a la lengua catalana. Pero es lógico que para ser competitivos globalmente necesitemos un sistema educativo bilingüe o, a poder ser, trilingüe. Los catalanes somos mucho menos nacionalistas que nuestros políticos, pero han gobernado porque se han presentado siempre como los representantes exclusivos de la catalanidad. Eso puede y debe cambiar.

¿Cree que recoger firmas contra el Estatut, como hizo el PP, fue un error?

Fue un error garrafal. Siempre lo he dicho. En muchas ocasiones he defendido al Gobierno central, pero eso fue un acto de demagogia notable. Además, era innecesario porque ya tenía la habilitación parlamentaria para presentar el recurso. Sobró. Fue prescindible. Eso sí, el PP hizo bien en presentar el recurso y ha evitado problemas mayores. Por ejemplo, se sacó el término nación del articulado. El Constitucional fue muy deferente con el Parlament al mantenerlo en el preámbulo, aunque sin efectos.

Cuando fui a hablar de la entronización del papa, acabé hablando de si el papa sería más o menos proclive a las tesis nacionalistas. Cuando fui a hablar de la muerte de Adolfo Suárez, acabé hablando de si sería más o menos proclive que Rajoy a las tesis independentistas.

Dejó TV3 y Cataluña Radio. ¿No es un error dejar los foros donde le dejan decir lo que quiere?

Es una decisión personal, pensada durante mucho tiempo. Cuando estás fajándote con cuatro o cinco independentistas más el presentador en un ambiente hostil… Por no hablar de la presentación de las noticias. Cuando hubo ataques a la sede de la Generalitat en Madrid, nos pasamos semanas hablando de ellos y con razón, pero cuando les cayeron penas de prisión, en TV3 ni se habló ni se destacó. Cuando estás allí, sirves de coartada de una falsa pluralidad. Sólo hay un eje: independentismo o no independentismo. Las tertulias no son plurales. Cuando fui a hablar de la entronización del papa, acabé hablando de si el papa sería más o menos proclive a las tesis nacionalistas. Cuando fui a hablar de la muerte de Adolfo Suárez, acabé hablando de si sería más o menos proclive que Rajoy a las tesis independentistas. Todos los temas acaban en la secesión. Y la composición de las tertulias tampoco es plural. Al final, se proyecta la imagen de que los no independentistas son algo extravagante o residual en Cataluña. TV3 se está convirtiendo en una televisión sólo para nacionalistas. En los últimos años ha perdido mucha audiencia. Y esto no ha sido siempre así. Hace 15 años venía Fernando Savater, por ejemplo. Ahora eso es absolutamente impensable.

¿Debería haberse utilizado el 155 para intervenir TV3?

Lo veo impracticable. No digo ni que sí ni que no, porque desearía tener unos medios públicos plurales y neutrales y que TV3 no actuase como aparato de propaganda. Ha hecho mucho daño. Si te acabas convenciendo de que España es un Estado opresor, franquista y autoritario, acabas viendo como culpables a aquellos que defienden la continuidad de Cataluña en España. Eso también es responsabilidad de los medios públicos. No tengo por qué tolerar que se haga eso con mis impuestos.

Martín Blanco, esta semana.

Ustedes aspiran a un gobierno de Ciudadanos, PSC y PP, pero tanto el PSC como Catalunya en Comú rechazan la dinámica de bloques. Iceta asegura que el problema no se resolverá con un gobierno del 51% frente al 49%, sea del color que sea.

Tengo la sensación de que podemos estar ante el cambio del statu quo. No sólo por el sesgo a favor de los independentistas de las encuestas y por el voto oculto a los constitucionalistas sino por lo que percibimos en la calle. Hay personas que no se atreven a reconocer que han dejado de ser independentistas, pero que pueden demostrarlo a la hora de votar. Ciudadanos tiene mucha credibilidad, con Inés Arrimadas a la cabeza, para encarnar ese nuevo tiempo.

¿Qué pasará si el independentismo tiene de nuevo mayoría absoluta?

Creo que no la tendrán, pero si la tuviesen volveríamos al día de la marmota, con declaraciones unilaterales.

Cataluña y la plurinacionalidad

No confía en que se reconduzcan dentro del orden constitucional.

No, porque igual que en muchas ocasiones reconocen que España es plural, nunca han reconocido que Cataluña lo es, que lo es tanto como España. Donde más se da el fenómeno de la plurinacionalidad es en Cataluña.

Un candidato de Ciudadanos hablando de plurinacionalidad. Eso es una sorpresa. ¿España es plurinacional?

Los sentimientos de pertenencia de los españoles son plurinacionales. En esa medida, España es una realidad plurinacional. Asociar esa realidad personal a un texto constitucional para decir que hay diferentes sujetos de soberanía sobre la base de diferentes naciones es imposible. No hay ningún Estado que haga eso y reconozca diferentes sujetos de soberanía.

¿Dónde reside la soberanía?

La soberanía reside, por supuesto, en el conjunto del pueblo español. Los sentimientos de pertenencia de los españoles son plurinacionales. ¿Cómo se articula jurídicamente? Está muy bien planteado en la Constitución. Ahí está perfectamente reconocido. Cuando Pablo Iglesias habla de plurinacionalidad, de lo que habla es de la división de España. Y demuestra que a Podemos no le importa nada el pueblo español. A veces me preguntan si creo que alguien de Ávila debe tener algo que decir sobre Cataluña. Respondo que por supuesto. Del mismo modo que no quiero que me quiten Madrid o Galicia, de donde son mis padres. No quiero sentirme extranjero allí.

¿Se ve compartiendo Govern con Albiol o Iceta? ¿Se ve como portavoz del Govern?

Es muy pronto para eso, pero me encantaría compartir gobierno con Albiol e Iceta.

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