Intervenidas las cuentas catalanas y activado el control de los Mossos, el presidente del Gobierno ya está en Estados Unidos. En la semana clave para que el Estado impida el referéndum, Mariano Rajoy ha puesto rumbo a la Casa Blanca, donde tiene previsto almorzar este martes con el presidente de EEUU, Donald Trump. Es el primer encuentro bilateral entre los dos mandatarios, aunque coincidieron en mayo en la reunión especial de la OTAN en Bruselas y en julio en la Cumbre del G20 en Hamburgo. El jefe del Ejecutivo aterrizará el miércoles en Madrid y el jueves emprenderá otro viaje hasta Tallín para asistir a una Cumbre Europea con los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea.
Será la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, la que lleve el control de las decisiones que se tomen en Moncloa para evitar por todos los medios que el domingo se coloquen urnas electorales en Cataluña. También será la 'número dos' del Ejecutivo la que pilotará el consejo de ministros de esta semana. Fuentes del Gobierno aseguran que la agenda del presidente estaba cerrada desde hace tiempo e insisten en que el referéndum "no tiene ningún apoyo" para justificar la ausencia del jefe del Ejecutivo los días previos a la convocatoria del 1 de octubre.
Un guiño de Trump
Con estos dos viajes, en Moncloa buscan la complicidad de líderes europeos y confían en que Donald Trump tenga un guiño con el Estado español justo cuando España atraviesa la mayor crisis institucional de los últimos años. De hecho, fuentes gubernamentales recuerdan las palabras que dedicó al país Barack Obama en una visita oficial de los Reyes Felipe y Letizia. Con el jefe del Estado delante, el entonces dirigente de EEUU se comprometió a mantener una relación con una España "fuerte y unida".
Rajoy y Trump almorzarán juntos y hay prevista una comparecencia pública de los dos mandatarios tras su encuentro, entrada ya la tarde en España. Antes mantendrán una reunión en el Despacho Oval a solas, seguida de un almuerzo de trabajo junto con las delegaciones con un orden del día centrado en temas de la agenda bilateral e internacional.
La agenda del presidente sigue inalterable. Rajoy tiene previsto verse con sus homólogos europeos en Estonia el viernes y allí tiene planeado explicar cada uno de los pasos que el Gobierno ha dado para neutralizar a los independentistas. El presidente busca con este encuentro tranquilizar a aquellos dirigentes europeos que se asustaron al ver la detención de altos cargos del Govern y detallará los planes del Ejecutivo para hacer cumplir la ley.
Rajoy busca en este cónclave el respaldo público de los principales dirigentes de Europa y hacer ver al Govern y a los ciudadanos catalanes que una Cataluña independiente quedaría excluida también de Europa. Moncloa destaca los apoyos públicos que Rajoy ha recabado tanto del presidente francés, Emmanuel Macron, como de la propia canciller Angela Merkel. Fuentes cercanas al presidente del Gobierno insisten en que el Ejecutivo podría activar cualquier medida extraordinaria si hiciera falta aplicar alguna durante los días que el presidente está de viaje oficial. No obstante, confían en que durante estas jornadas previas al 1 de octubre "la sangre no llegue al río" y todo está preparado ya para ver qué pasa a partir del lunes 2.
"Hacer política"
Los ánimos entre dirigentes constitucionalistas están divididos. Por un lado se sitúan los que piensan que ha llegado la hora de "hacer política" y confían en que tras el domingo llega la hora de encontrar una solución al desafío secesionista. En el otro lado están los que piensan que Puigdemont proclamará la independencia de forma unilateral y ya no hay una solución pacífica para Cataluña. Mientras, Rajoy recaba apoyo internacional para proyectar la imagen de hombre de Estado frente a un Carles Puigdemont cada vez más acorralado por la justicia.