La ruta del ratoncito Pérez, embajador del turismo infantil de Madrid

Pocos saben que el Ratoncito Pérez, el famoso visitante nocturno de los dientes de leche, nació en Madrid a finales del siglo XIX.
Su creador fue el jesuita Luis Coloma, quien recibió el encargo de escribir un cuento para el pequeño Alfonso XIII cuando perdió su primer diente con tan solo ocho años.
En su historia, Coloma imaginó a un ratón sabio y cariñoso que vivía junto a su familia en una caja de galletas dentro del almacén de una confitería cercana al Palacio Real. Desde allí, salía cada noche para visitar no solo al joven monarca, sino también a los niños más humildes.
Así nació uno de los personajes más entrañables del imaginario infantil español, cuya leyenda ha perdurado durante más de un siglo.
Hoy, Madrid rinde homenaje a este peculiar héroe con una ruta que recorre los principales espacios vinculados a su historia, donde los más pequeños pueden seguir sus huellas.
El museo del Ratón Pérez: donde todo comenzó
En el número 8 de la calle Arenal, muy cerca del lugar donde Coloma situó la casa del ratón, se encuentra el Museo del Ratón Pérez, el epicentro de esta ruta.
En este espacio, niños y mayores pueden descubrir cómo era la vivienda del célebre roedor, contemplar objetos en miniatura que recrean su día a día y conocer documentos históricos que relatan el origen del personaje.
Además, el museo exhibe una colección muy peculiar: dientes “certificados” de figuras históricas como Beethoven, Newton o Rosalía de Castro.
Con una edad recomendada a partir de los cinco años, esta visita es ideal para familias que quieran sumergirse en una historia de fantasía con base real.
Casas escondidas por toda la ciudad
El universo del Ratón Pérez no termina en el museo. Madrid está salpicada de pequeños rincones donde se dice que también vive o pasa este curioso personaje.
Uno de los más sorprendentes se encuentra en la calle San Vicente Ferrer, 48, donde tras una diminuta puerta —protegida por una mampara de cristal— se esconde una casita decorada con todo lujo de detalles en miniatura.
Otra vivienda se sitúa en la calle Velázquez, 13, a ras del suelo y bajo una clínica dental, lo que no parece casualidad. Esta vez, la entrada está protegida por barrotes, aunque muchos niños aseguran haber visto movimiento tras ellos.
Y en un lugar insospechado, la boca de metro de Banco de España, se puede ver otra puerta diminuta bajo una de las verjas de bajada. ¿Será desde ahí donde el Ratón Pérez toma el suburbano para llegar a todas las casas a tiempo?
Un guía turístico con bigotes y sonrisa
Madrid ha sabido incorporar al Ratoncito Pérez como un auténtico embajador del turismo familiar. Prueba de ello es la guía infantil “El Madrid del Ratón Pérez”, una publicación pensada para que los más pequeños descubran la ciudad a través de los ojos del roedor.
En el Centro de Turismo de Plaza Mayor, los niños pueden participar en un juego de pistas que les permite recorrer distintos lugares emblemáticos, y si completan el recorrido, obtienen su diploma como “Gran Conocedor de Madrid”.
Es una forma divertida y educativa de acercarse al patrimonio de la ciudad mientras se acompaña a uno de sus habitantes más mágicos.
Una leyenda que sigue creciendo
Más de un siglo después de su nacimiento, el Ratoncito Pérez sigue alimentando la imaginación de generaciones enteras.
Madrid, como ciudad que lo vio nacer, le ha rendido homenaje en forma de museo, casas escondidas y aventuras interactivas que convierten a la capital en un destino especialmente amigable para las familias con niños.
Porque, al fin y al cabo, ¿quién no ha mirado debajo de la almohada esperando encontrar una pequeña moneda y un poco de magia?
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