Apostaron fuerte y perdieron. Ahora, su futuro es un gran signo de interrogación. Susana Díaz tuvo el apoyo decidido de cinco de los siete presidentes autonómicos del PSOE, descontando a Francina Armengol (Baleares) y a ella misma, como presidenta de Andalucía. Tres de ellos están en la cuerda floja de cara a los congresos regionales que se celebrarán en el mes de julio o septiembre.
En el PSOE, el proceso de renovación del partido va de arriba abajo, comenzando por las primarias para el liderazgo nacional y repitiendo el proceso después en las comunidades autónomas, provincias y agrupaciones locales. Por ese motivo, en el PSOE aún quedan muchas luchas por el poder, pero todas ellas están ya condicionadas por la contundente victoria de Sánchez en las primarias, inesperada para muchos por su contundencia.
Javier Fernández, presidente de Asturias y de la Gestora socialista, ha anunciado que seguirá al frente del Principado, pero no del partido. El extremeño Guillermo Fernández Vara pasó de apoyar a Eduardo Madina en 2014 a ser un firme aliado de Sánchez como líder, para después criticarlo con amarga dureza. Si Fernández está de salida, Vara está de vuelta, ha aceptado el resultado y está recomponiendo su relación con Sánchez, con quien mantuvo recientemente un largo encuentro para hablar del futuro.
En distinta posición están los tres restantes: Ximo Puig (Comunidad Valenciana), Emiliano García-Page (Castilla-La Mancha) y Javier Lambán (Aragón). "No han entendido nada", explican fuentes del equipo de Sánchez, que advierten de que la aparente tranquilidad de estos barones no se debe a la lealtad a Sánchez y al resultado sino a la prudencia de quien teme perder el puesto. "Si vuelven a ganar, harán lo de siempre, lo que siempre han hecho, con los mismos apaños entre dirigentes, sin darse cuenta de que todo ha cambiado y de que este cambio es profundo", explican fuentes cercanas a Sánchez.
En todas las comunidades autónomas habrá primarias, pero las autonomías donde gobiernan los socialistas tienen un especial interés, porque la mayoría se volcó con Díaz y porque el trampolín institucional puede convertirlas en un palo en la rueda del secretario general electo. Sánchez tiene las manos libres para conformar su equipo (en el que estará Cristina Narbona como presidenta, tal y como adelantó EL ESPAÑOL), pero teme que se agote pronto el período de gracia y los barones críticos vuelvan a las andadas. No en vano, no se espera que Susana Díaz tenga excesivos problemas para revalidar el liderazgo del partido en Andalucía, desde donde seguirá teniendo una gran plataforma para expresar sus puntos de vista, tan diferentes de los de un Sánchez sin Gobierno y sin escaño en ningún parlamento.
"Que la militancia decida"
En el equipo de Sánchez hay voces muy diversas sólo agrupadas en torno a un mantra que está muy poco en sintonía con la historia del partido: que la militancia decida.
El entorno del secretario general asegura que será neutral y que serán los militantes quienes decidirán (algo que formalmente no tiene discusión, pues habrá primarias con voto en urna), pero ya hay miembros del nuevo núcleo duro socialista trabajando en candidaturas alternativas a Puig, Page y Lambán, según ha podido saber este periódico. Será de forma discreta, pero el nuevo aparato del PSOE, el que está construyendo Sánchez y nutrirá su Ejecutiva, no se resiste a expresar sus preferencias para lograr que su proyecto se imponga ahora en las estructuras territoriales y tenga una mayor cohesión a medio plazo.
En su mano están los resultados de las primarias en esas comunidades: Sánchez sacó casi el 63% de los votos en la Comunidad Valenciana frente al 28% de Díaz; el 48% frente al 43% de Díaz en Castilla-La Mancha y casi el 46% frente al 43% de su rival en Aragón. La situación de estos barones está lejos de ser muy estable, pese a que sean presidentes autonómicos. Compromís, que aspiró a la presidencia de la Generalitat, hace un marcaje amistoso pero constante a Puig, Lambán sólo tiene cuatro diputados de ventaja frente a Podemos en las Cortes de Aragón y García-Page gobierna sin Presupuestos y podría estar abocado a convocar elecciones si no logra aprobarlos, con Podemos o con el PP.
Sin miedo a bicefalias
En diversas entrevistas, los que están llamados a conformar el círculo de confianza de Sánchez con puesto en la Ejecutiva, han relativizado el tradicional miedo del PSOE a las bicefalias; en este caso a que el líder del partido y el presidente regional no sean la misma persona.
Esa posibilidad fue avanzada en forma de temor en este periódico, que en marzo publicaba los malos augurios de algunos barones que hicieron de las primarias un referéndum sobre sí mismos. "Si gana este, nosotros no seguimos", decía entonces uno de los barones. Pero Sánchez ha ganado y ahora los puestos que están en liza son los suyos. Los tres están decididos a dar la batalla por el cargo y ya están haciendo campaña, tratando de tejer alianzas con sectores que apoyaron a Sánchez pero que pueden temer la inestabilidad de una bicefalia.
El entorno de Sánchez da por hecho que Vara revalidará su cargo, como Armengol, que en la recta final de la campaña dejó de apoyar a Patxi López para volver a Sánchez. En Cataluña no tocan las primarias porque Miquel Iceta fue reelegido en noviembre, en otras comunidades medianas, como Galicia, con una Gestora, se da por hecho que un sanchista será aupado líder, así como ocurrirá con Luis Tudanca en Castilla y León. Madrid es ahora la gran duda, por ser una comunidad muy dividida, con muchas intrigas internas y con una secretaria general, Sara Hernández, distanciada de Sánchez.
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