La Guardia Civil de la Región de Murcia ha interceptado y detenido en la A-7, a su paso por el municipio de Librilla, al conductor de un autobús que circulaba con 40 pasajeros abordo, por sextuplicar la tasa máxima de alcoholemia permitida para conductores profesionales.
Los hechos se produjeron sobre las 17.30 horas del pasado miércoles, cuando la Central Operativa del Sector de Tráfico de la Guardia Civil fue alertada por la empleada de una estación de servicio, sita en el término municipal de Jumilla, sobre la presencia de un autobús en sus instalaciones cuyo conductor, que aparentaba síntomas de encontrarse embriagado, había continuado viaje con dirección a Alicante.
La Guardia Civil estableció un dispositivo dirigido a su localización, que resultó positivo cuando una patrulla de motoristas del Destacamento de Tráfico de Murcia lo circulando a la altura del kilómetro 582 de la autovía A- 7, por lo que fue dirigido hacia el Área de Servicio de La Paz, sita en Sangonera la Seca-Murcia.
Una vez fuera de la calzada y garantizada la seguridad vial, su conductor fue sometido a las preceptivas pruebas de alcoholemia en las que arrojó un resultado positivo de 1,02 y 0,99 miligramos de alcohol por litro de aire espirado, sextuplicando la tasa máxima permitida que en el caso de conductores profesionales es de 0,15 mg/litro.
El conductor, que transportaba 40 pasajeros -turistas de nacionalidad china- desde Granada hasta Valencia, fue detenido por un supuesto delito de conducir bajo la influencia de bebidas alcohólicas al superar con creces las tasas establecidas, siendo puesto a disposición del Juzgado de Instrucción número 2 de Murcia, para la celebración del correspondiente juicio rápido.
El autobús quedó inmovilizado en un lugar habilitado del Área de Servicios de La Paz de Sangonera La Seca, dada la peligrosidad que comportaba la circulación del vehículo, máxime cuando transportaba 40 pasajeros.
De igual modo, efectivos del Sector de Tráfico de Murcia permanecieron durante el tiempo de la intervención atendiendo y tranquilizando a los pasajeros del autobús, a los que se les informó de la situación, pese a las dificultades derivadas de la barrera idiomática ya que ninguno de ellos hablaba español.