La metralla fantasma del 11-M
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Por su interés, publicamos el estudio del ingeniero Carlos Sánchez de Roda sobre el tratamiento que tanto en la investigación como en el juicio del 11-M se dio al asunto de la metralla. Sánchez de Roda es autor del libro 'Los trenes del 11-M' (Última línea, 2015), en el que expone cómo la precipitación en el desguace de los vagones provocó grandes lagunas e incluso errores judiciales que podrían haberse evitado.
La versión oficial de lo ocurrido en el atentado del 11-M está fundamentada en una mochila aparecida en la comisaría de Vallecas junto con multitud de enseres procedentes del tren explotado en la estación de El Pozo. Pero cinco agentes Tedax [Técnico Especialista en Desactivación de Artefactos Explosivos] habían sacado todos los enseres del tren, habían abierto paquetes y bolsas uno a uno para revisarlos por dos veces (1). Tras la explosión de dos bombas y la desactivación de otra en esa estación, ¿cabe en la cabeza que a esos cinco agentes se les colara otra con 10 kg de dinamita entre esos enseres?
El mismo día de la desactivación, 12 de marzo de 2004, el comisario Sánchez Manzano [jefe de los Tedax] emite una “Nota informativa” sobre "Desactivación de artefacto explosivo en Vallecas”. Y dice encontrar “640 gramos de tornillos y clavos introducidos como metralla en la sustancia gelatinosa”, pero no se incluyen las fotografías. El carrete con el que se tomaron las fotos en Parque Azorín fue recogido por los Tedax y las fotos quedaron ocultas (2).
Las fotografías de esa metralla aparecieron por primera vez en sendos informes Tedax, uno personal de Sánchez Manzano, firmado por él y sólo por él, y otro de sus peritos, con los que se atendía una orden del juez Del Olmo (3). El de Sánchez Manzano se refiere sólo a la mochila de Vallecas (4), e incluye una fotografía de la metralla que él atribuye a esa mochila (5); Manzano cita expresamente la presencia de "clavos, con la función de ser dispersados como metralla", sin mencionar que haya también tornillos. En el de los peritos (6), se incluye la misma fotografía de esa metralla que había publicado la cadena de televisión ABC Newus el 30 de marzo anterior, diferente de la utilizada por Sánchez Manzano.
No hay actas de recogida de las muestras
Finalmente, en la pericial sobre metralla de 7 de diciembre de 2005, vuelve a aparecer la metralla de la mochila de Vallecas, pero esta vez dividida en 5 partes, todas ellas fotografiadas. Las mismas fotos fueron utilizadas en la pericial de explosivos efectuada durante el juicio, en mayo de 2007.
Para no alargar este trabajo, no voy a entrar en la interesante comparación de la metralla que se ve en las primeras fotos con la contenida en las cinco bolsas de la última versión; en todo caso, vemos la abundancia y variedad de componentes que en todas las versiones se atribuye a esa metralla.
En el sumario no hay actas de recogida de las muestras de los trenes. No se conocen los imprescindibles inventarios, descripciones o fotografías de lo recogido. Las muestras se llevaron al laboratorio Tedax, y ahí tampoco se redactó un acta que incluyera el inventario, la descripción y las fotografías de todas y cada una de las muestras analizadas, como sí se hizo ya en 2007 en la pericial de explosivos efectuada durante el juicio.
Metralla consistente en un solo clavo
Así pues, no hay más información de la naturaleza de la metralla recogida en los trenes que lo que dicen las actas de las periciales realizadas con posterioridad. Pues bien, para cuatro periciales realizadas antes de diciembre de 2005 sólo existe, como única metralla recogida en los trenes, un clavo recogido en el tren de Téllez, el cual es fotografiado. En una quinta pericial se dice que sólo se recogió metralla en el tren de Téllez, sin dar más detalles.
En el desescombro de la casa de Leganés apareció una caja de clavos todos iguales (7). El 21 de mayo de 2004, la juez del juzgado nº 3 pidió a los Tedax de Sánchez Manzano "un informe detallado sobre sobre el material explosivo y detonadores encontrados en la casa de Leganés" (8). Sánchez Manzano envió el informe el 29 de junio (9), y en él incluyó los clavos entre el material explosivo investigado, y los analizó de una manera muy especial que marcaría después la forma de actuar en otras tres periciales posteriores específicas sobre metralla.
Se compararon sólo geométricamente esos clavos con los de los trenes y con los de la mochila de Vallecas para buscar un posible origen común. Es razonable pensar que, para buscar esas posibles coincidencias, habría que comparar uno de los clavos iguales de Leganés con todos los diferentes recogidos en los trenes y en la mochila. Pues bien, de los trenes se compara un único clavo, procedente de Téllez -al parecer no había más- y de la mochila se utiliza otro único clavo, cuando ya hemos visto que había una gran variedad de ellos. Y se hace la comparación con resultado negativo: no hay coincidencias entre la metralla de esos tres lugares y no se busca más. Se ignora el resto de los 640 gramos de metralla de la mochila.
Asignada una medida única a todos los clavos
Y lo que es más asombroso, se justifica implícitamente ese absurdo proceder mediante la asignación de una medida única a los clavos de la mochila, como si todos fueran iguales, o como si sólo hubiera uno, cuando hemos visto que las fotos atribuidas a esa metralla muestran una gran variedad de clavos y tornillos.
Hay que hacer notar que, así como de la mochila había evidencias de la existencia de abundante metralla, y de Leganés se sabía por el acta de recogida que había una caja de clavos, en el momento de esa pericial no había dato alguno oficial de la naturaleza de la metralla recogida en los trenes. Ésta es la primera vez que se pone de manifiesto la existencia de metralla en los trenes, y se trata de un solo clavo.
¿No sería absurdo que si había más no se comparasen todos ellos con el de Leganés para buscar coincidencias? Y con un solo clavo procedente de los trenes, sería muy difícil admitir que la mochila de Vallecas, cargada de metralla, también había estado en los trenes. Habría que disimularlo como fuera. Y cabe pensar que esa puede ser la explicación del raro proceder de los peritos en esta pericial al escoger también un solo clavo de la mochila. Y en el acta de la pericial, se incluye una foto comparativa de tres clavos: uno de los muchos iguales de Leganés, otro de la mochila y el de Téllez.
Ningún tornillo procedente de los trenes
Este procedimiento operativo parece obedecer a una línea de actuación ya marcada por alguien para las posteriores periciales. Cada vez que en la instrucción aparece algún clavo en un lugar posiblemente relacionado con el 11-M, el juez ordena compararlo con los de los trenes, y así ocurrió con la metralla aparecida en dos ocasiones en Mina Conchita, en la primera de las cuales las muestras acabaron en la basura (10), y con la aparecida en el lugar de trabajo de un investigado (11).
En las tres correspondientes periciales (12) efectuadas por peritos Tedax se repite una y otra vez machaconamente el mismo procedimiento: se comparan las muestras sospechosas con el clavo de Téllez como único procedente de los trenes, se ve que no hay coincidencias y se descarta la relación, como si no hubiera más metralla que comparar. Y cuando hay tornillos que comparar, se añade un tornillo de Vallecas, pero no se analiza nada de los trenes, al parecer no había ningún tornillo procedente de los trenes.
En la primera de esas tres periciales, el juez ordena hacer la pericial tanto a Tedax como a Policía Científica (13), no consta la respuesta de Policía Científica, a pesar de que para comparar clavos, sin limitarse a comparar sus dimensiones, parece que éste sería el organismo más adecuado. Las periciales posteriores ya sólo se piden a Tedax.
Súbita aparición de metralla dos años después
En cumplimiento de otra orden judicial, peritos de la Policía y de la Guardia Civil elaboraron un informe conjunto sobre las explosiones en los trenes. Pues bien, en ese informe lo peritos afirman que únicamente del tren de Téllez se recogiera metralla tras las explosiones (14).
Extrañados sin duda por la abundancia de metralla en la mochila de Vallecas y la escasez de la misma -un solo clavo- en los trenes, una de las partes le dice al juez que debe precisarse "en qué focos de explosión se encontró metralla, ya que los informes comparativos sólo mencionan metralla en el tren de la calle Téllez". Y el juez ordena la unidad Tedax que informe "en qué focos se encontró o localizó metralla, atendiendo al artefacto explosivo desactivado en Parque Azorín de Vallecas".
El 9 de diciembre, Sánchez Manzano remite al Juzgado el informe (16). En él se da cuenta de la existencia de nada menos que de 21 tornillos y 33 clavos, es decir, surge de la nada todo un muestrario de clavos y tornillos de casi todos los focos de los trenes. Los cuales no existían para ninguna de las periciales anteriores.
Un clavo se convierte en 21 tornillos y 33 clavos
O sea, en diciembre de 2005, cuando por primera vez el juez pide expresamente la comparación del contenido de la mochila de Vallecas con lo recogido en los focos de los trenes, cuando podían ponerse de manifiesto diferencias que implicaran que la mochila de Vallecas no era una de las utilizadas en el atentado, el misterioso clavo de Téllez se convierte de pronto en nada menos que en 21 tornillos y 33 clavos aparecidos en casi todos los focos, los cuales, por razones desconocidas, no habían existido para ninguna de las periciales anteriores dedicadas a la metralla.
En cuanto a la mochila de Vallecas, al único clavo y al único tornillo utilizados en las periciales anteriores, se añaden ahora los 640 gramos de metralla de la mochila que, por motivos igualmente misteriosos, no se habían utilizado hasta esta pericial de diciembre de 2005. Ya no hay que contar la falacia de que, como son iguales, basta con comparar uno de ellos. Ahora, hay que sacarlos todos, sacarse de la manga y de los trenes otra metralla hasta ese momento desconocida y compararlos positivamente con ella.
Y tras analizar toda esa multitud de nuevas muestras, desconocidas hasta entonces, se llega a la siguiente conclusión: 1. Los restos de tornillos y clavos recogidos en los distintos lugares de las explosiones, presentan coincidencias con alguno de los modelos de clavos y tornillos recuperados en el artefacto desactivado en el Parque Azorín.
La estupefacción del juez Del Olmo
Que no quede duda de que la mochila de Vallecas era igual que la de los trenes. Pero claro, en las periciales anteriores no se habían encontrado diferencias entre la metralla de Vallecas y la de otros lugares, como las minas asturianas. Había que corregir también ese error, y se escribió esta otra conclusión: 2. Los modelos de clavos y tornillos recogidos en los diferentes escenarios de los atentados (17), tienen coincidencias entre ellos, y con los que llevaban incorporados el artefacto desactivado, especialmente los modelos A, B, C, D y G.
Ya estaba todo arreglado. Casi dos años después del atentado quedaba demostrado que la metralla de Vallecas era la misma que la que acababa de aparecer en los trenes con motivo de la realización de esta pericial, e incluso, desdiciéndose de periciales anteriores, era también igual a la de Mina Conchita.
Tras haber recibido el juez Del Olmo tres periciales en las que se utilizaba únicamente un clavo de Téllez como única muestra de los trenes, debió de quedar estupefacto cuando, al pedir la comparación de los restos de Vallecas con los de los trenes, aparecieron de pronto una gran multitud de clavos y tornillos hasta entonces ignorados. Y también debió de sorprenderle que las muestras de Mina Conchita, cuya similitud con las de los trenes y con la mochila de Vallecas fue descartada en dos periciales anteriores, fuesen ahora reconocidas como similares a las de la mochila.
Los peritos se desdicen por segunda vez
Así se entiende que hiciera repetir las periciales de las muestras de las minas asturianas. Lo que no se entiende es que el juez no pidiera también explicaciones de por qué los peritos ignoraron esa ingente cantidad de clavos y tornillos en sus anteriores periciales. El informe se emitió con fecha 14 de febrero de 2006 (18), y en él se dice:"Respecto de la mayor parte del material recuperado en Mina Conchita, el 14 de abril de 2005, se puede afirmar que no coincide con ninguno de los modelos en que, para su estudio, se clasificó el material objeto del informe pericial de fecha 7 de diciembre de 2005".
Es decir, como cabía esperar, los peritos se arrepienten de lo escrito en el informe anterior (19). Tras haber afirmado en dos periciales que no había coincidencias entre la metralla de las minas asturianas y la de los trenes, tras desdecirse y encontrar similitudes en la de diciembre de 2005, vuelven ahora a desdecirse y a rechazar las coincidencias. De haber encontrado esas coincidencias habrían quedado en muy mal lugar quienes hicieron los anteriores informes (20) tomando sólo como metralla recogida en los trenes un único clavo de Téllez.
Ahora ya se sabe que nada habría cambiado utilizando más metralla, si es que la había. En fin, el juez Del Olmo podía quedar tranquilo. El aluvión de nuevas muestras aparecidas en diciembre de 2005 no habría cambiado en nada los resultados de las periciales si hubieran aparecido en marzo de 2004.
No existe cadena de custodia de las muestras
Dada la extraña y súbita aparición de muestras inicialmente ignoradas, dado que hubo muestras que terminaron incluso en la basura (21), surgen lógicas dudas sobre la cadena de custodia que garantizase su autenticidad desde el día del atentado hasta su envío al laboratorio de la Policía Científica para la pericial de explosivos de 15 de mayo de 2007.
El último eslabón de esa cadena sería por lo tanto su llegada al laboratorio de la Policía Científica. Pues bien, en el informe de la pericial realizada en ese laboratorio se puede leer (22): "La cadena de custodia de las evidencias es desconocida para los peritos actuantes salvo para una de ellas. Téngase en cuenta la importancia de saber dónde, cómo, o por ejemplo cuánto tiempo y en qué condiciones ha estado una evidencia almacenada, sobre todo si sobre ella hay sospechas de contaminación".
Y algunos peritos expresaron su opinión particular al respecto, escribiendo (23): "Que hemos solicitado por activa y por pasiva que se nos informase de la cadena de custodia a la que han sido sometidas las muestras No ha habido respuesta a dicha petición".
Mezcla de las muestras: "Aquí mando yo"
Y no es de extrañar que los peritos denunciaran la ausencia de esa cadena de custodia, pues ésta fue inexistente desde el primer instante, desde su recogida en los trenes. Una idea de cómo se efectuó esa recogida nos la dio José María de Pablo, abogado de la Asociación de Ayuda a las víctimas del 11-M, en un artículo publicado en El Mundo (24), en el que relata lo declarado bajo juramento por peritos Tedax (25).
"El 11 de marzo de 2004, el inspector jefe del grupo Tedax de la Brigada Provincial de Madrid, Cáceres Vadillo, se puso al mando de la operación de recogida de muestras y repartió a sus agentes entre los cuatro escenarios del atentado. A mitad de la mañana, irrumpió en la estación de Atocha el comisario Sánchez Manzano, por entonces jefe de la Unidad Central Tedax, quien se atribuyó el mando de la operación, y colocó en cada escenario del atentado a un superior de su unidad que tuviera mayor rango que los Tedax desplazados del grupo de Madrid. Por primera y única vez en la historia de la lucha antiterrorista, la Unidad Central (que no tiene funciones operativas, sino de apoyo a los grupos provinciales) asumió el mando de una incidencia relegando al grupo provincial competente. Es así como Manzano, que carecía por completo de experiencia en la recogida de restos de explosivos -ni siquiera había hecho el curso de especialidad-, se hizo con el mando de la operación.
Lo primero que ordenó Manzano fue que los Tedax de Madrid entregasen a los de la Unidad Central las muestras recogidas hasta entonces, impidiéndoles incluso terminar de etiquetarlas y clasificarlas. Cáceres Vadillo se indignó al ver que Manzano estaba mezclando todas las muestras recogidas, sin ni siquiera clasificarlas previamente según el foco de recogida, y le advirtió de que al hacerlo así se rompería la cadena de custodia. Pero Manzano zanjó el asunto gritando “¡aquí mando yo!”, y terminó mezclando todas las evidencias".
Rota la cadena de custodia
Creo que es evidente la ausencia del primer eslabón de la cadena de custodia. Tras esa peculiar forma de tomar las muestras, éstas llegaron al laboratorio químico Tedax, y la perito no dio información alguna sobre el número y la naturaleza de las muestras que analizó (26). Tampoco existe, pues, cadena de custodia de su paso por el laboratorio.
Tras lo ocurrido en las periciales de 7 de diciembre de 2005 y 14 de febrero de 2006, es fácil suponer que el juez Del Olmo se sorprendiese por todo lo que estaba ocurriendo con unas muestras que aparecían y desaparecían de forma tan inexplicable, y que por ello se decidiese a ordenar a la Dirección General de la Policía, el 16 de marzo de 2006, que le remitiese, entre otros elementos, las muestras de los trenes (27). En respuesta a esa orden, dos agentes Tedax trasladaron al juzgado el 29 de marzo de 2006 todas las muestras que tenían almacenadas (28), acompañadas de la correspondiente acta de entrega en la que figura una lista de todas ellas.
Casi un año después, en enero de 2007, en cumplimiento de la orden del Tribunal de realizar una pericial sobre los explosivos, todas las muestras obrantes tanto en el juzgado como en los almacenes Tedax fueron entregadas a agentes de la Policía Científica. Pero no consta en el sumario el acta de esa entrega de las muestras de los trenes (29) desde el juzgado a la Policía Científica. No se sabe quién hizo la entrega, qué se entregó, en qué fecha, ni en qué condiciones.
¿Por qué hay diferencias en el empaquetado?
Los códigos de todas las muestras analizadas en la pericial de explosivos son correlativos desde el M-1 hasta el M-10, códigos que fueron asignados en 2007, al iniciarse los trabajos de la pericial (30). Las muestras de los trenes se encuentran en bolsas numeradas del 1 al 13 más el clavo de Téllez incluido en la bolsa 14. Las bolsas 10 a 13 tienen un contenido claramente diferente, pues ninguna de ellas contiene metralla, mientras que las otras nueve sólo llevan clavos y tornillos. Además, cada una de esas cuatro bolsas 10 a 13 corresponde a uno de los trenes, pero sin distinción de los focos de cada tren, que se encuentran mezclados en cada bolsa, mientras que casi todas las muestras de clavos y tornillos de las bolsas 1 a 9 sí que tienen indicación del foco al que pertenecen. Y las bolsas 10 a 13 se distinguen además claramente de las restantes por llevar la siguiente anotación "recogidos para análisis de las explosiones", anotación que no figura en ninguna de las bolsas que contienen la metralla.
Creo que alguien debería contestar a las siguientes preguntas: ¿Por qué sólo en las bolsas 10 a 13 se dice que su contenido fue "recogido para análisis de las explosiones" y sin embargo no se menciona su utilización en ninguna pericial? ¿Por qué no se dice lo mismo en las de metralla? ¿Por qué hay diferencias entre el empaquetado de las muestras de metralla y las otras? ¿Por qué los clavos y tornillos no se utilizaron en ninguna de las seis periciales sobre metralla anteriores a diciembre de 2005? ¿Cuándo se incorporaron los clavos y tornillos al laboratorio Tedax? ¿Por qué no aparecieron hasta la pericial de diciembre de 2005? ¿Existían antes?
Dado el mar de dudas que hemos puesto de manifiesto sobre la naturaleza de las muestras de metralla, cabe intentar aclararlas recurriendo a las fotografías tomadas en las diversas periciales. Lamentablemente, no se conoce ninguna tomada antes del informe de 7 de diciembre de 2005, en el que por primera vez se analizan y fotografían todas las muestras (31).
Las sorpresas que deparan las fotografías
Las muestras se enviaron al juzgado y de ahí al laboratorio de la Policía Científica, lugar en el que volvieron a ser fotografiadas para el informe de la pericial de explosivos (32). Tenemos pues dos series de fotos de esas muestras, la primera tomada en el laboratorio Tedax, la segunda en el de la Policía Científica. Y si comparamos ambas series de fotos, obtenemos unos resultados verdaderamente sorprendentes, y es que las mismas muestras varían de una pericial a otra.
Valga como ejemplo el caso de la muestra M-6-9, única procedente de Santa Eugenia, la cual se define así en diciembre de 2005 (33): "Restos del cuerpo de dos clavos, sin cabezas. Restos del cuerpo de cuatro clavos, sin cabezas. Restos del cuerpo de cuatro clavos, sin cabezas. Un clavo deformado". Y en la pericial de explosivos de 2007 (34): "Tornillos y clavos doblados".
Las diferencias que se ponen de manifiesto entre las respectivas fotos son realmente asombrosas. No es que aparezcan en 2007 numerosos elementos ignorados en 2005, es que hay otro numeroso grupo de ellos que, al parecer, fueron estudiados en 2005 y que en 2007 habían desaparecido, y son grupos que teóricamente son el mismo fotografiado en dos ocasiones distintas. Y esta sorprendente variación de muestras se da, con mayor o menos claridad, en casi todos los demás casos. ¿Qué tipo de cadena de custodia tuvieron esas muestras?
En los cuerpos de las víctimas no había metralla
Hasta aquí hemos visto la gran cantidad de irregularidades, de actuaciones inexplicables, de dudas que surgen sobre la autenticidad de la metralla analizada en las distintas periciales realizadas antes y durante el juicio del 11-M. Pero hay algo definitivo en el asunto, se trata de la inexistencia de metralla en los cuerpos de las víctimas.
Eso es lo que afirmó en el juzgado la doctora Carmen Baladía, que el 11-M, como directora que era del Instituto Anatómico Forense, coordinó y supervisó las labores de identificación y las autopsias de las víctimas. Si hubo metralla en las bombas, ésta tuvo que dejar su huella en los cuerpos de las víctimas.
Y en ese sentido, la doctora Baladía fue muy clara cuando al preguntársele directamente sobre el asunto respondió bajo juramento (35): "Nada, nada en absoluto. No había metralla entre nuestros 191 muertos. En los informes en los que se hicieron radiografías, no se aprecia eso que se ha venido a llamar la tornillería, ni tuercas, ni clavos, ni tornillos. En ninguno de los cuerpos se encontraron restos de metralla. En ninguno de los cuerpos había "ni tuercas, ni clavos, ni tornillos”.
Dudas sobre la autenticidad de la mochila
Las afirmaciones de la doctora Baladía constituyen la clave de todas las dudas relativas al anormal tratamiento de las muestras atribuidas a los trenes e incluso al tratamiento dado a los propios trenes tras el atentado. La ausencia de metralla en los cuerpos de las víctimas obliga a plantearse varias preguntas capitales: ¿La existencia de gran cantidad de metralla en la mochila de Vallecas no descarta por sí sola la autenticidad de esa mochila? ¿Por qué en diciembre de 2005, cuando por primera vez el juez pidió comparar el contenido de la mochila de Vallecas con los restos de los focos de los trenes, apareció súbitamente un numeroso grupo de clavos y tornillos atribuido a los trenes pero inexistente para 4 periciales anteriores? ¿Dónde estuvo hasta entonces esa metralla? ¿Fue realmente recogida en los trenes? ¿Por qué se destruyeron los trenes antes de que nadie hiciera una investigación sobre la posible existencia de efectos de explosiones con metralla?
Éstas y otras muchas preguntas que surgen de todo lo antes expuesto habrían podido sin duda ser aclaradas en la instrucción y en el subsiguiente juicio oral de la querella presentada por la Asociación de Ayuda a las Víctimas del 11-M contra el comisario Sánchez Manzano y su perito químico. En la parte de instrucción que pudo llevarse a cabo por la juez Coro Cillán ya se efectuaron muy importantes declaraciones, como las ya mencionadas de la doctora Baladía y otras referentes al tratamiento y destrucción de los trenes. Pero el 6 de febrero de 2012, Coro Cillán tomó declaración al presidente de Renfe el 11-M, Miguel Corsini; el día siguiente la misma juez admitió a trámite una ampliación de la querella contra los directivos de Renfe y -eso ya era demasiado- tres días después, el 10 de febrero de 2012, la Audiencia Provincial archivaba la causa.
Se había llegado demasiado lejos. Se acabaron las declaraciones de testigos incómodos, y se anularon las ya prestadas ante la juez Cillán por testigos que no aparecieron en el sumario ni en el juicio del 11-M. Esos testimonios no se han producido, que a nadie se le ocurra invocarlos. Y la juez Coro Cillán fue apartada de la judicatura de forma expeditiva.
NOTAS
1.-Declaración del agente TP54868 en la sesión del juicio oral del 19-03-2007.
2.-Declaración del testigo protegido TP 17054, Policía Científica, realizada el 03-05-2007.
3.-El 27 de abril el juez Del Olmo pidió a Tedax y Policía Científica que le remitiesen un informe sobre "todos los vestigios, elementos y sustancias encontrados en varios lugares relacionados con el atentado … y se proceda a establecer una similitud entre las sustancias, efectos, cables, detonadores, ... encontrados". Entre esos lugares se cita la mochila de Vallecas, pero asombrosamente no se cita el lugar principal: los trenes.
4.-Informe de10 de junio de 2004. Folios 16.943 a 16.947 del sumario.
5.-La foto va acompañada de otras tres de otros artefactos utilizados por grupos terroristas contra Israel. Esa misma foto fue utilizada en el informe conjunto Policía-Guardia Civil de 24 de junio de 2005.
6.-Folios 17.027 a 17.062 del sumario.
7.-Folio 451 de la pieza separada de Leganés.
8.-Folio 812 de la pieza separada de Leganés.
9.-Folios 1.081 a 1.118 de la pieza separada de Leganés.
10.-Las primeras muestras recogidas y analizadas terminaron en la basura del juzgado (folio 44.002 del sumario), por lo que el juez ordenó hacer una segunda recogida de muestras en la mina, las cuales fueron también peritadas.
11.-Tornillos recogidos en la empresa en la que trabajaban dos supuestos implicados en el 11-M, folios 4.258 a 4.263 del sumario.
12.-Periciales de 26 de julio de 2004 (folios 22.087 a 22.098), 2 de agosto de 2004 (folios 22.079 a 22.084) y 6 de mayo de 2005 (folios 49.375 a 49.394).
13.-Folio 18.012 del sumario.
14.-Folios 53.826 a 53.828.
15.-Folio 67.257.
16.-Folios 69.217 a 69.234.
17.-La expresión “diferentes escenarios de los atentados” es la utilizada en periciales anteriores para referirse, entre otros lugares, a las minas asturianas y, en concreto, a Mina Conchita.
18.-Folios 73.209 a 73.232
19.-Cada informe lo realizan 2 peritos. El perito 27.390 es autor de ambos informes contradictorios.
20.-Los anteriores informes de la metralla de Mina Conchita fueron firmados por peritos distintos de los de febrero de 2006.
21.-Las primeras muestras recogidas en las minas asturianas terminaron en la basura del juzgado (folio 44.002 del sumario).
22.-Folio 18 del informe pericial.
23.-Folio 183 del informe pericial.
24.-Especial de El Mundo en el 10º aniversario, marzo de 2014. Artículo: “Lo que contaron los Tedax del 11-M”.
25.-En el juicio y en la instrucción de la querella de la Asociación de Ayuda a las Víctimas del 11-M contra Sánchez Manzano.
26.-Pericial metralla. Fecha de la declaración: 28-05-2007. Orden en la sesión: 06.
27.-Folio 80.186.
28.-Folios 92.093 y siguientes.
29.-Sólo consta una copia del acta de entrega del almacén Tedax al Juzgado de 29 de marzo de 2006. No se sabe quién ni cuándo hace la entrega a la Policía Científica.
30.-Así se dice en el folio 1 del informe de la pericial.
31.-Folios 69.224 a 69.232 del sumario.
32.-Folios 39 a 48 del acta de la pericial de explosivos.
33.-Folio 69.232 del sumario.
34.-Folio 48 del acta de la pericial de explosivos.
35.-Declaración de Carmen Baladía, el 28 de octubre de 2011, en la instrucción de la querella de la Asociación de Ayuda a las Víctimas del 11-M contra Sánchez Manzano, ante la juez instructora del caso. Según información del 23 de enero de 2008 aparecida en Libertad Digital y El Mundo.