Nicol y Lorena sí que pueden coronarse como las niñas de la suerte. El 22 de diciembre de 2015 tuvieron la fortuna de cantar El Gordo (el 79.140) y hoy, 22 de diciembre de 2016, han vuelto a repetir hazaña con el 66.513.
Nada más cantar el número más importante del año ambas han admitido que lo que han hecho es "muy difícil". "Tenemos mucha alegría pero nervios menos", han asegurado.
Eso sí, esta morena y esta rubia aseguran que lo suyo era un sueño: "Lo hemos soñado muchas veces. Creíamos que este año no iba a ser".
Pero lo suyo no son sólo los Gordos. El año pasado dieron un quinto premio también y hoy han llevado la suerte con otro quinto (el 39.415) y el tercero premio (78.748).
Lorena Stefan que tiene 13 años, ya lleva varios años cantando y éste ha sido su último sorteo, ya formó pareja con Nicol Valenzuela, de 11 años, para cantar los números y Nicol, los premios.
Esta joven que adora los idiomas y le encanta París, advierte de que lo suyo "no es el deporte ni las matemáticas" mientras que la asignatura que más le gusta es "el francés".
Nicol, por su parte, asegura que de mayor quiere ser periodista y tiene claro que una casa con piscina sería uno de sus sueños si le tocara el premio Gordo.
"Cuando vi a tanta gente llorar de alegría no me lo creía", relataba Lorena el año pasado tras cantar premio Gordo.
Esperando una propina
Elisabeth, la madre de Nicol Valenzuela, ha pedido a los agraciados que no se olviden de ella y "le den una propina porque se lo merece". Visiblemente emocionada, Elisabeth, nacida en Ecuador y residente en España desde hace 16 años, ha pedido "a toda esa gente que le ha tocado que se acuerden un poquito de mi hija", ya que el año pasado cuando también cantó el Gordo no ocurrió.
"Sin ofender a nadie, pero fue un poco decepcionante", ha dicho.
La madre ha contado que Nicol tiene una discapacidad del 37% debido a un pequeño retraso en el aprendizaje, "aunque no se le nota", pero que requiere una atención especial, como la ayuda de un logopeda.
Además, la niña tiene un sueño: viajar a Ecuador para conocer el país de su madre y a la familia de ésta, especialmente a su abuela.
Elisabeth ha asegurado que su hija, que quiere ser periodista, "va a llegar muy lejos a pesar de su pequeño problema" y ella se va a encargar de que "cumpla todas sus metas".
"Es una niña encantadora, muy cariñosa, responsable, en el colegio va muy bien, me ayuda mucho en casa. Se deja querer mucho por todos", concluye.