El conocido activista de origen rumano Lagarder Danciu ha recibido este miércoles una orden de expulsión de España tras boicotear el acto del Día de la Constitución en Málaga. La Policía Local lo detuvo por un delito de atentado y resistencia a la autoridad cuando aprovechó la llegada del alcalde, Francisco de la Torre, para mostrar un cartel que decía: “Los sintecho existimos”. Tras pasar la noche en el calabozo, la Brigada de Extranjería le entregó el documento que le exige abandonar España en los próximos quince días.
El propio arrestado cuenta a EL ESPAÑOL que durante las horas que estuvo retenido le "desnudaron" y lo tuvieron sin abogado. Durante su estancia en las dependencias policiales, el manifestante denuncia que los agentes locales le increparon con frases como “vete a tu país a protestar” o “a ver si viene Pablo Iglesias y te saca de aquí”.
Este miércoles, el abogado y profesor de Derecho Constitucional de la Universidad de Málaga Oliver Roales se encargó de su caso. En conversación con este periódico, el representante del activista asegura que presentarán una alegación inmediatamente para evitar la expulsión del manifestante. “No es normal que se inicie un expediente de expulsión a una persona que ha sido detenida dos veces”, critica el abogado, que confía en poder acreditar que “no existe peligrosidad” para que su cliente pueda continuar viviendo en España.
Danciu es un experto en reventar actos de políticos y está inmerso en un proceso judicial por desobedecer a la Policía. La última polémica la protagonizó hace menos de un mes, después de que asistiera al homenaje a Franco por el 20-N con un cartel que decía: “Franco asesino”.
El activista se ampara en el derecho de manifestación para denunciar “los abusos” de poder de la Policía. El 24 de mayo, durante la presentación de los candidatos del PP a las elecciones del 26 de junio, llamó “corrupto” a la cara a Mariano Rajoy. Lagardier tampoco quiso perder la oportunidad de protestar en la sede del PSOE cuando se celebraba el fatídico Comité Federal en el que Pedro Sánchez dimitió.
Titulado en Sociología por la Universidad de Bucarest, Lagarder, de 34 años, comenzó a vivir en la calle en septiembre de 2015 por elección personal. Desde entonces se convirtió en un activista sin techo en defensa de los derechos humanos. En su Twitter se define como “gay, rumano, gitano, ateo, vagabundo, okupa que viaja sin destino”.
Tras recibir la orden de expulsión de España, el activista pretende refugiarse en la vivienda de una amiga que le ha ofrecido ayuda. Su intención es no moverse del país aunque las autoridades se lo exijan. “No me voy a ir. Me iré a vivir a casa de mi amiga”, una profesora de Aracena, en Huelva. Su abogado también confía en que las alegaciones sirvan para tumbar la orden de expulsión. Si no consigue su objetivo, el siguiente paso será presentar el recurso pertinente.