La Fiscalía Anticorrupción ha ordenado la detención de cerca de medio centenar de miembros de una organización criminal de origen georgiano dedicada principalmente al robo de casas y la posterior venta de las joyas. Las detenciones las están llevando a cabo la Brigada Provincial de Madrid y la Unidad de Delincuencia y Crimen Organizado (UDYCO) de la Policía.
Aunque las detenciones están ordenadas por la Fiscalía, la operación la dirige la juez de la Audiencia Nacional Carmen Lamela, según confirman a EL ESPAÑOL fuentes de la investigación.
Se trata de la segunda fase de la 'Operación Aicos' llevada inicialmente por el Juzgado de Instrucción número 43 de Madrid y que finalmente acabó inhibiéndose a la Audiencia Nacional. Se trata de una organización criminal dedicada principalmente al robo de casas aunque también están siendo investigados por otros delitos como el de blanqueo de capitales, contra la salud pública, tenencia ilícita de armas y falsedad en documento oficial.
El juez ha ordenado la entrada y registro de más de sesenta domicilios. Tanto las detenciones como los registros se están llevando a cabo principalmente en Madrid, aunque también en Barcelona y Baracaldo.
Distintas células por España
Los investigadores sospechan que se trata de una organización jerarquizada divida en varios niveles y compuesto por varias células. Se encuentra el jefe, después el que le rinde cuentas, por debajo los que roban con fuerza las casas, y luego aquellos que venden los objetos robados y quienes hacen de testaferros dando su nombre, por ejemplo, en los coches utilizados para llevar a cabo los robos.
Además, para moverse por España y salir de Georgia utilizaban pasaportes falsos, con el nombre de distintas personas pero con sus fotografías. Parte de las ganancias obtenidas de los robos acababan en una caja común, que después se utilizaba, entre otras cosas, para pagar a los abogados de los detenidos o presos con necesidades familiares.
Entre los detenidos hay varios españoles que formaban parte del "aparato de receptación". Su misión era la adquisición de joyas sustraídas del interior de los domicilios con conocimiento de su procedencia ilícita. Después se vendían y entregaban parte del dinero a la organización.