Para Isabel Movilla todos los días son el 14 de marzo de 2015. Respira, dice, "porque sale solo". Hace veinte meses que no sabe nada de su hija, Caroline del Valle, de 14 años. Desde entonces consume su existencia en un sinfín de preguntas a las que no encuentra respuesta. Su voz angustiada reconstruye un relato que arranca con los días de escuela de su "pequeña" y que termina con un desconsuelo vital. Qué ocurrió aquella noche, cuando su hija salió de fiesta por Sabadell para no volver nunca; qué significa la señal de su teléfono móvil captada por una antena de repetición próxima a la estación de trenes; qué se ocultará bajo el castillo abandonado en el que los Mossos d'Esquadra han rastreado una y otra vez, sin obtener rastros del paradero de la niña. Se duele ante el olvido en que ha caído su caso en comparación con otras desapariciones, como la de Diana Quer.

A continuación transcribimos la historia de Isabel Movilla en primera persona.

"Buena estudiante, infantil y familiar"

Caroline era una niña como cualquiera de las de su edad. Era muy infantil... es que era todavía una niña. Era familiar, le gustaba estar con todos nosotros: con su hermano, con su padre, conmigo. Siempre estaba dando brincos de aquí para allá, porque era abierta y muy sociable. Todo el mundo que la conoce puede decir que era muy simpática.

En el colegio sacaba buenas notas, aunque tampoco le gustaba mucho estudiar. Lo que más le gustaba era la gimnasia y la plástica. Todavía era muy pequeña para decidir qué quería ser de mayor. Nosotros vivimos en la Zona Franca de Barcelona y ella siempre pensaba en jugar, en bajar a la calle con los amigos y en divertirse. 

Con 14 años empezó a ser una "mujercita". Se vestía distinto y se pintaba los labios. Pero eso no significaba que cambiase su actitud. En casa la veíamos igual que siempre, igual de simpática y divertida.

Caroline tenía dos grupos de amigos: los de la escuela y otros que había conocido a través de su primo, con el que se lleva tan sólo un día de diferencia. A través de su primo conoció a otra chica, 'S' [escribimos 'S' para preservar su anonimato], con la que se llevaba muy bien, pasaba muchos días con ella. 

`Era todavía una niña´, recuerda Isabel sobre su hija Caroline.

Discotecas de menores

En los últimos meses quedaba con un grupo de amigos. Iba a menudo con ellos a la tienda de Apple que hay en la Plaza Catalunya de aquí, de Barcelona. Se quedaban por los alrededores. Pasaban el rato, cogían el Wifi abierto que hay por ahí...

Caroline empezaba a ir a algunas discotecas de menores, de esas en las que no venden alcohol. Siempre iba acompañada de sus amigos, sobre todo con 'S'. Es que parecía que no se querían separar: Caroline y 'S' pasaban mucho rato juntas.

En esas discotecas se lo pasaban muy bien. Es la edad de empezar a bailar, a salir, de ir de aquí a allá.

Caroline empezaba a ir a algunas discotecas de menores.

El día de la desaparición

El 14 de marzo de 2015 era sábado. Caroline y 'S' habían planeado pasar el día juntas. Primero comerían en casa de 'S' y luego irían a una de esas discotecas de menores. Mi hija me pidió que le diera 15 euros para la entrada al local y para pasar la tarde. "Toma, te doy 20", le dije. Y se los di. Las niñas se fueron tan contentas. 

Por la noche, a las nueve, supe de Caroline: "Acabamos de salir de la discoteca. ¿Puedo dormir en casa de 'S'?", me preguntó. No era la primera vez que me pedían algo así. De hecho, era normal que alguna durmiera en casa de la otra. Así que les dije que sí.

Lo difícil llegó al día siguiente. Cuando Caroline dormía en casa de su amiga, siempre regresaba para comer. Pero ese día no sabía nada de ella. No tenía noticias y me empecé a inquietar. No me decían dónde estaba y sus amigas me daban largas. Al final, a las tres de la madrugada, una de ellas me contó lo que en realidad había ocurrido, que lo que me habían contado era una mentira.

Caroline y su amiga `S´quedaron para comer e ir a una discoteca de menores.

Pasando la noche en Sabadell

Por lo visto, cuando Caroline me preguntó si podía quedarse a dormir en casa de 'S', lo que en realidad hicieron fue seguir la fiesta por la Zona Hermética de Sabadell. Es una zona en la que hay muchos bares, muchas discotecas, muchas copas... Quedaron ahí con un grupo de amigos.

Entre este grupo de chicos había varios que se habían escapado de un centro de menores para pasar la noche del sábado. Algunos estaban internos por algunos robos y demás. Habían ido a una discoteca, Bora Bora, y después se quedaron cerca, donde hay un descampado.

A eso de las 5.30 o 5.45 llegaron los Mossos d'Esquadra. El grupo salió corriendo, porque algunos se habían fugado del reformatorio. Los agentes les persiguieron. Mi hija corrió con una niña que se ocultó debajo de un coche y con otro chico que se escondió en un castillo abandonado que está a unos dos kilómetros. El chico dice que cuando miró hacia atrás ya había perdido de vista a Caroline. A partir de ahí se supone que nunca la volvió a ver nadie más.

Caroline salió corriendo con sus amigos al ver llegar a los Mossos.

Sospechas sobre un joven

Los Mossos d'Esquadra investigaron mucho al chico que se escondió en el castillo abandonado. 'J' [escribimos 'J' por los mismos motivos que no desvelamos la identidad de 'S'] tenía 17 años y era uno de los chicos que se había escapado del centro de menores. Creo que estaba ahí por alguna pelea.

Pero no hay ninguna prueba para inculpar a 'J'. Dicen cosas sobre sus declaraciones, que si son confusas... No lo sé. Lo único que se sabe es que 'J' regresó a la estación de Sants [en Barcelona]; las cámaras de seguridad lo grabaron a las 8.30 de la mañana. Tenía barro en la ropa. El chico dice que es porque se arrastró para esconderse de los Mossos.

'J' fue el último chico en llegar a la estación de Sants. Los demás lo hicieron dos horas antes, sobre las 6.30. Los agentes han mirado mil veces las cámaras de seguridad, pero las imágenes son muy malas y no se ve en ningún momento a Caroline.

Niguna cámara de seguridad captó la imagen de Caroline.

La señal del móvil

No sé lo que pudo ocurrir esa noche... pero hubo una antena de teléfono móvil que captó una llamada de Caroline a las 6.05 de la mañana. Era en la calle de la estación de trenes de Sabadell. 'J' estaba a esas horas en el castillo, que está muy lejos. ¿Tiene algo que ver? Ya no sé ni en qué punto está el caso.

Lo que sé es que mi hija no era de las que se cuelan en el tren o en el metro. Creo que llegaría a la estación y que pediría dinero a la gente para poder pagarse el billete. Que quizá se acercó alguien en coche y que le dijo: "Monta, que te llevo". Y a partir de ahí...

Los Mossos son los que llevan la investigación. Han mirado mil veces en el castillo y no han encontrado nada. Además, es una zona a la que va mucha gente por la mañana a pasear a los perros. Si hubiera algo allí enterrado... ¿no habrían visto ya algo? 

Ojalá pudieran buscar más, que la Guardia Civil o la Policía Nacional trabajaran en el caso, pero la Justicia lo ha negado.

Las investigaciones no han llevado a ninguna conclusión relevante.

"Caroline siempre va a tener 14 años"

Desde entonces estamos que no estamos. Han pasado veinte meses y seguimos igual. Sale el sol y sale la luna, pero los días no pasan. En mi familia estamos rotos, siempre pensando en lo mismo.

Encendemos la televisión y vemos otros casos como el de Diana Quer. Y nos preguntamos: "¿Por qué? ¿Por qué a ella se le da tanta bola y a nosotros nada?" Me enfado mucho, siento mucha rabia.

Mi otro hijo, Kevin, tiene 13 años. Echa mucho de menos a su hermana, pero no le gusta hablar de ella. Cuando le preguntan, también se enfada. Él es el que me da fuerzas, pero me es imposible mirar adelante.

Mi madre está fatal. Mi marido, también. Nos han prestado ayuda psicológica y eso ha sido un gran apoyo, pero nada es suficiente para lo que estamos viviendo. Respiro porque sale solo, pero no sé ni cómo lo hago. Para mí, Caroline siempre va a tener 14 años.

Caroline

*Vídeo difundido por los amigos y familiares de Caroline.

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