El caos se ha apoderado del PSOE. Tras la dimisión este miércoles de 17 miembros de la Ejecutiva de Pedro Sánchez, los socialistas se pelean por el control de los órganos del partido y airean su pelea en los medios de comunicación.
El equipo de Sánchez reivindica que la Ejecutiva dispone de plenas funciones pese a las renuncias y convoca primarias el 23 de octubre y un Congreso extraordinario el 12 y 13 de noviembre. Líderes regionales como Guillermo Fernández Vara, presidente de Extremadura, han pedido la constitución de una gestora "no contaminada" que sustituya a Sánchez y lo que queda de la Ejecutiva. "El partido necesita una gestora no contaminada, en la que no estemos los que hemos estado en este proceso", ha dicho. "Es tiempo de contar con gente que sea capaz de unir y de coser", ha pedido.
En la sede de Ferraz se vivió esta mañana un episodio surrealista. Mientras Pedro Sánchez presidía una reunión de lo que queda su Ejecutiva, a las puertas de la sede de Ferraz, en Madrid, comparecía la presidenta del Comité Federal y también presidenta del PSOE de Sevilla, Verónica Pérez.
"Les guste o no, la máxima autoridad en el PSOE soy yo", dijo al llegar, asegurando que los que se reunían en el interior del edificio eran ya meros militantes. Pérez, fiel aliada de Susana Díaz, llegó para pedir colaboración al personal del partido para organizar la logística del crucial Comité Federal de este sábado. Además, la presidenta del Comité Federal pidió la convocatoria de la Comisión de Garantías del PSOE, que puede emitir dictámenes en caso de conflictos internos. Pero nadie la recibió y se acabó yendo tras dos horas en el vestíbulo.
Según las reglas internas del partido, los que pueden convocar esa reunión de la Comisión de Garantías son la presidenta y el secretario del órgano, ambos próximos a Sánchez. La guerra interna entre Sánchez y los barones críticos se reproduce en todos los órganos del partido.
Además de en la Ejecutiva, en la Comisión de Garantías, donde dos de cinco miembros están con lo que queda de la Ejecutiva y tres se suponen críticos. Por ese motivo, el equipo de Sánchez hizo pública una nota junto a la presidenta de ese órgano en el que se aseguraba que no había convocatoria alguna y que Pérez no era quien para pedirla o convocarla.
"Ayer llamé a todos los miembros de la Comisión de Garantías y curiosamente hablé con todos menos con la presidenta. No quiero pensar que nadie esté secuestrando la voluntad de la Comisión Federal de Garantías", ha insistido Pérez, mano derecha de Susana Díaz en la dirección de Ferraz.
"Intentar buscar una maniobra reglamentaria o estatutaria para atrincherarse en Ferraz no es estar a la altura de lo que merece este partido, sus siglas, sus valores y su historia", ha añadido. "Mi partido es grande, fuerte y no es patrimonio de nadie, sino de su militancia y de la sociedad española", ha añadido antes de señalar que los socialistas deben iniciar una nueva etapa.
Óscar López se abre a "pensar"
La duda en estos momentos es si Sánchez resistirá atrincherado en Ferraz pese al gran rechazo de sus detractores o si aguantará hasta el sábado, fecha para la que está convocado un Comité Federal.
Distintas fuentes apuntan a que el líder no tiene intención alguna de tirar la toalla, pero otras apuntan a que podría dar su brazo a torcer si le fallan algunos de sus más próximos colaboradores. En duda está lo que puedan pensar Patxi López, expresidente del Congreso, Óscar López, portavoz en el Senado, y Antonio Hernando, portavoz en el Congreso.
A su llegada a Ferraz, López aseguró que hay que reflexionar. "Vamos a pensar. Tenemos que pensar", dijo críptico. Hasta ahora, tanto López, como Patxi López y Hernando han apoyado sin fisuras a Sánchez. La tormenta originada por las dimisiones y la certeza de que Sánchez acabará siendo destituido, lo quiera o no, podrían hacerles cambiar de opinión.
El discurso de Susana Díaz de esta tarde, en la que ha reunido a la plana mayor del PSOE andaluz, podría acabar de decantar la balanza.
Iceta y los independentistas
Mientras esto ocurría en Ferraz, algunas federaciones del partido reaccionaban con incredulidad a las declaraciones de Miquel Iceta, líder del PSC, uno de los apoyos más decididos de Sánchez.
Iceta se refería así a los partidos independentistas en su réplica a Carles Puigdemont en el Parlament catalán: "No pido que cambien los objetivos, sino que se planteen colaborar con el cambio político en España, que no condicionen la investidura a la obtención de un referéndum".
Jesús Fernández Vaquero, secretario de Organización del PSOE en Castilla-La Mancha, reaccionaba de la siguiente manera:
Castilla-La Mancha, presidida por Emiliano García-Page, es en estos momentos de las comunidades más críticas con Sánchez.