71 vecinos de A Pobra do Caramiñal se ofrecieron voluntarios para batir la zona en busca de cualquier indicio de la desaparecida Diana Quer. Las labores de rastreo, coordinadas por la Protección Civil y la Guardia Civil, se prolongarán el jueves y el viernes. Muchos de ellos lo hacen convencidos de que su labor servirá para obtener alguna pista: "Toda ayuda es poca", argumentaron. A esta cifra hay que añadir los que se ofrecieron a través de redes sociales, a los que el Ayuntamiento telefoneó uno por uno.
"Hay que ponerse en el papel de los padres", comentó Leo Fernández, de 26 años. Su casa es próxima a la vivienda en la que, desde hace catorce años, veranea la familia Quer López-Pinel. A Diana la conoce "desde que era una chiquilla": "No somos íntimos amigos, pero en un pueblo así terminamos por conocernos". Sobre la batida, sostuvo: "Creo que encontraremos algo".
Ese es el espíritu compartido por buena parte de los voluntarios que se han presentado en el salón de plenos del Ayuntamiento, donde se han dado las primeras instrucciones sobre cómo será la batida. Esperan hallar el rastro de Diana, o bien alguna pista sobre su paradero. Este jueves se cumplen diez días desde la desaparición de la joven madrileña de 18 años y la falta de noticias tiene al pueblo confuso.
"Esto es un trauma para la gente", argumentaron Víctor y Pedro. Los dos son jubilados y llevan "toda la vida" veraneando en A Pobra. Ambos se ofrecieron voluntarios para rastrear las calles y las inmediaciones de la localidad. A todos ellos se les ha pedido el nombre completo, el DNI y un teléfono de contacto.
El alcalde de la localidad, Xoan Lois Piñeiro, compareció acompañado de todos los cuerpos policiales que están participando en el operativo. "Lo más importante es seguir las instrucciones de la Guardia Civil", comentaron a sus vecinos. Acto seguido, pidió a la prensa que abandonara la estancia para debatir los pormenores de la situación.
Las pesquisas en los próximos días
El salón de plenos del Ayuntamiento de A Pobra se ha convertido en el corazón de la inquietud por la desaparición de Diana Quer. El sentir colectivo lamenta la falta de noticias de la joven madrileña, que lleva 14 años veraneando con su familia en este municipio gallego. El suceso tuvo lugar, además, en la celebración de las fiestas patronales de la localidad, en la que están censadas 9.600 personas.
Las próximas horas pueden ser clave para dar con pistas del paradero de Diana Quer. La incorporación de los vecinos de A Pobra a las batidas era una de las opciones que guardaba la Guardia Civil, al frente de la investigación, en el caso de no encontrar pistas significativas. Las averiguaciones se han estancado en las últimas jornadas y se espera que este nuevo despliegue aporte algún indicio al caso.
La iniciativa de estas batidas populares surgió desde la propia comunidad de vecinos de A Pobra do Caramiñal. Sus habitantes se ofrecieron, bien a través de las redes sociales, bien en el propio Ayuntamiento, para sumarse a las labores de búsqueda.
10 días sin noticias de Diana
El equipo de Protección Civil que ha coordinado este operativo vecinal tiene previsto rastrear todo el camino que, en principio, siguió Diana Quer hace ya diez días: desde el parque de Valle-Inclán, donde se estaban celebrando las fiestas del pueblo, hasta su vivienda, a unos veinte minutos a pie. Además se barrerán zonas boscosas próximas y caminos forestales. Una patrullera de la Guardia Civil, por su parte, fondea en las inmediaciones marítimas.
El equipo de investigación del Instituto Armado -el mismo que resolvió el caso de la niña Asunta Basterra- ya ha batido estas áreas en varias ocasiones. Lo han hecho, además, con la colaboración de Protección Civil, de la Policía Local y de la Infantería de Marina. Pero la falta de noticias es la que les ha empujado a tomar la determinación de contar con los vecinos.
Las diferentes hipótesis
Lo que los agentes tratan de resolver es lo que ocurrió con Diana Quer en torno a las tres de la madrugada. La joven, pocos minutos antes, había escrito un mensaje de WhatsApp a un amigo en el que le contaba que un hombre le había increpado por el camino: “¡Morena, ven aquí!”. Las autoridades dieron con un hombre -un operario de las atracciones instaladas con motivo de las fiestas- al que varias jóvenes habían denunciado por comentarios similares aquella noche. Tras tomarle declaración, descartaron su implicación en los hechos.
Además, las averiguaciones conducen hasta el mismo domicilio en el que se aloja la joven, junto a su madre -también Diana- y su hermana Valeria. El teléfono móvil de la desaparecida registra un movimiento a las 3.30, hora más que suficiente para que alcanzara la vivienda. La madre, no obstante, descarta esta posibilidad: su habitación es la contigua a la de su hija y duerme con la puerta abierta. Sostiene que, en caso de que Diana hubiera pasado por casa para cambiarse de pantalones -como sostienen algunos vecinos-, ella lo habría advertido.
La hipótesis de una posible fuga también perdió fuerza tras conocerse que, en caso de que la joven se hubiera marchado, lo habría hecho sin DNI, dinero o tarjetas, que se encontraron en su habitación.
Juan Carlos Quer, padre de la joven, resumió recientemente ante los medios el sentir de la familia, que no puede hacer nada para ayudar en las labores de investigación más que esperar noticias: "Lo único que puedo hacer por mi hija es estar aquí".
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