Ya no quedan más recursos para la familia de Diana Quer. Tras aportar toda la información a la Guardia Civil y estrechar la colaboración con los investigadores, a los padres de la joven madrileña desaparecida en A Pobra do Caramiñal (Galicia) sólo les queda vivir pendientes del teléfono móvil. Tras cada llamada puede estar el mensaje que están esperando. "Lo único que puedo hacer para ayudar a mi hija es estar aquí, defendiendo su imagen a través de ustedes", comenta Juan Carlos Quer, padre de Diana, tras hablar con los medios de comunicación.
Han pasado nueve días desde la desaparición de Diana Quer y, pese a pequeños avances sobre dónde fue la última vez que se le vio, apenas hay novedades sobre su paradero. Las investigaciones de la Guardia Civil apuntan a que la joven pudo haber llegado a su casa a las 3.30. Los movimientos realizados en su teléfono móvil apuntan a esa dirección. Pero la familia de la joven descarta la idea. La madre, que dormía en la habitación contigua y con la puerta abierta, asegura que habría advertido su presencia.
Pero, en cualquier caso, la familia ya no se atreve a aventurar o a descartar hipótesis: "Hay informaciones que van en esa dirección", señala Juan Carlos Quer ante la prensa. No obstante, considera que quien debe mantener las conjeturas es la Guardia Civil, y no ellos: "Son quienes tienen el conocimiento y la capacidad de proseguir con las investigaciones".
Una discusión días antes
Valeria, la hermana pequeña de Diana, "está colaborando y aporta lo posible con sus recursos", asegura su padre. Entre los medios de los que dispone Valeria están las redes sociales, donde colgó una carta pública dirigida a Diana: "Te espero lo que sea necesario", firmaba la joven. Además, añadía: "Siempre voy a estar aquí luchando por ti, como hacen mamá y papá, que te adoran".
Esos mensajes contrastan con la información que apunta a una fuerte discusión entre Diana, su madre -también Diana- y su hermana Valeria días antes de la desaparición. Este dato apuntaría a una hipotética fuga voluntaria, extremo que han negado desde la familia.
Además fue su madre la que le llevó en coche hasta las fiestas de A Pobra do Caramiñal -ellos viven a veinte minutos a pie- y también se ofreció para recogerla después. La despedida entre ambas no hacía sospechar que Diana Quer planeaba cualquier intento de fuga.
En la vivienda, igualmente, se encontró el DNI de la joven, que se había ido sin dinero. Esta pista contradice la hipótesis de que Diana se hubiera marchado voluntariamente. Por eso se rastrean las zonas boscosas y pistas forestales en las que pueda acceder un coche.
La angustia de un pueblo
A Pobra do Caramiñal vive encogido. Sus vecinos, aquellos que están más acostumbrados a la quietud de este pueblo gallego, niegan con la cabeza al escuchar el nombre de Diana María Quer López-Quinel: "Ay, la chiquilla", es la letanía que repiten una y otra vez, sin llegar a ninguna conclusión.
Los carteles de 'se busca' empapelan buena parte del casco viejo del municipio. Sus habitantes ya se han ofrecido al Ayuntamiento para batir diferentes zonas forestales en busca de cualquier indicio sobre el paradero de Diana. Este miércoles, a las 20.30, se reunirán en el Consistorio para organizarse y rastrear todo el pueblo y sus alrededores durante el jueves y el viernes. "Cuantos más vengan, mejor", asegura el alcalde, Xosé Lois Piñeiro.
Un rastro sin huellas
Los investigadores del caso han recorrido una y otra vez el mismo camino que la joven debió de seguir la noche en la que desapareció. Tras interrogar a algunos de los vecinos y comerciantes locales, llegan a la conclusión de que hay un punto en el camino en el que desaparece su rastro.
Para cubrir el espacio comprendido entre el parque en el que se celebraban las fiestas del pueblo y la vivienda familiar, la joven debió de pasar junto a unas naves industriales, después un paseo junto a la playa y, finalmente, por un camino hasta la urbanización. Pero no hay ninguna huella que indique su presencia en estos lugares.
Estas pesquisas policiales, que de momento no sirven para descartar ninguna hipótesis, son las que sostienen las esperanzas de Juan Carlos Quer: "Confío en el trabajo de la Guardia Civil, no quiero entorpecerles y me limito a recibir la información y a colaborar en la medida de lo posible".