Una hora con el rey, 50 minutos con Mariano Rajoy, apenas 10 minutos para los tres líderes de la oposición (Pedro Sánchez, Pablo Iglesias y Albert Rivera) y un almuerzo con los empleados de la embajada de EEUU en un hotel en el centro de Madrid. Barack Obama ha puesto rumbo a la base de Rota (Cádiz), la guinda de su breve paso por España, tras insistir ante el Jefe del Estado y la clase política del país en la solidez de las relaciones entre ambos países sea cual sea el Ejecutivo que se termine formando en España. "Compartimos los mismos valores de libertad, Estado de derecho y dignidad de todas las personas", ha dicho Obama ante el rey. "Nos importa mucho que haya un Gobierno estable en España, pero la relación con EEUU no depende del partido que esté en el poder", ha añadido después ante Rajoy.
El presidente en funciones se ha mostrado de acuerdo con Obama pero ha insistido en que la incertidumbre política no puede dilatarse más:"No debemos jugar con juego. Sinceramente creo que ha pasado demasiado tiempo y España necesita formar Gobierno".
De sus cinco interlocutores en Madrid ha recibido Obama condolencias por la tragedia de Dallas que ha reducido a la mitad la visita más esperada de los últimos 15 años.
El primero en ofrecer su simpatía a Obama ha sido el rey, que le ha agradecido en dos ocasiones su decisión de no cancelar el viaje a pesar de "estas particulares circunstancias": 5 agentes muertos y 6 heridos en Dallas.
Después le ha llegado el turno a Rajoy, que lo ha recibido en la puerta de La Moncloa y también le ha agradecido públicamente haber mantenido el viaje. Durante una hora en el salón de Tapies, Obama y Rajoy han hablado de la situación interna en España pero también del Brexit, de los refugiados, de Cuba y de Colombia. Emulando el formato habitual del Despacho Oval, al terminar han hecho una declaración conjunta y han aceptado un par de preguntas de un pool de prensa. Obama ha felicitado a Rajoy por el "progreso económico de los últimos años" y ha agradecido al pueblo español y a los militares españoles "la hospitalidad en Rota".
Rajoy ha asegurado a Obama que hará "todos los esfuerzos" para formar Gobierno "a la mayor celeridad posible". El presidente en funciones ha añadido:"Que se volvieran a repetir una terceras elecciones sería una broma de muy mal gusto que afectaría a nuestra economía y a nuestro crédito". Obama ha respondido largo y tendido a la prensa americana cuando le han preguntado por los dos asuntos más urgentes de la actualidad de EEUU: la tensión racial y el mal uso que hizo Hillary Clinton de un servidor privado para mandar correos oficiales.
Rajoy ha sido mucho más escueto, pero ha insistido como Obama en que la relación con EEUU, la política exterior y la de defensa no dependen del color del Ejecutivo español:"Los pueblos y los países están por encima de las personas".
Recepción real
La pata institucional del viaje de Obama este domingo ha empezado en el salón de Columnas del Palacio Real, el lugar reservado para grandes ocasiones de Estado como la entrada en la Unión Europea o la abdicación de Juan Carlos I. Allí, Obama ha roto el hielo con una broma ante el rey: "La primera vez que vine a España no fue en Air Force One, vine con mochila, era muy joven, caminé mucho y comí barato".
Felipe VI se ha convertido así en guía de lujo a lo largo de las tres principales estancias del Palacio Real para el hombre que vino a España de mochilero con 25 años y que hoy es el primer presidente afroamericano de EEUU. "Entonces nunca me imaginé que iba a ser recibido por el rey", ha dicho Obama entre risas, sin papeles, y con la mismo afecto que ya mostró el sábado por la noche ante el rey en Torrejón. En el Palacio Real, el rey ha exhibido toda la pompa y la circunstancia que permite el protocolo español ante un jefe de Estado:lo ha recibido a pie de escalera en el patio de la Armería ante un cordón y al son de los pífanos de los alabarderos. Obama ha preguntado por la catedral de La Almudena, que está frente a la entrada, y juntos han subido hablando la amplia escalinata hasta ubicarse bajo la estatua de Santiago Matamoros.
En medio de la solemnidad, Obama ha encontrado la forma de expresar su afecto por España y por su monarquía:"Es un gran privilegio estar aquí hoy. Al igual que su padre, usted representa la fuerza y el espíritu de los españoles". Ante el rey ha dicho que le gustaría volver a España aunque ya no sea presidente, y ha destacado lo mucho que le gusta nuestro país a su mujer, Michelle, y a sus dos hijas, que estuvieron aquí hace apenas 10 días.
El rey ha sido más formal que Obama, y ha leído en español un discurso escrito: "Tenemos la firme voluntad de mantener siempre la más estrecha colaboración con EEUU, un país amigo y decisivo en el mundo".
A cada lado, las delegaciones. La española, encabezada por la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, con dos ministros en funciones (Defensa y Exteriores), el embajador de España en Washington DC, Ramón Gil-Casares y el jefe de la Casa del Rey, Jaime Alfonsín. La americana, también liderada por una mujer: Susan Rice, la consejera de Seguridad Nacional (NSC, en sus siglas en inglés) acompañada por otros dos altos cargos de la NSC y por el jefe de prensa de la Casa Blanca, Josh Earnest. Junto a ellos, el embajador de EEUU en España, James Costos, un gran amigo de Obama que ha hecho lo imposible por conseguir que viniera a España seis meses antes abandonar la Casa Blanca.
Felipe VI le ha mostrado a Obama el comedor de gala, donde este lunes estaba previsto el almuerzo oficial con un centenar de personas. Después ha cruzado con él la sala Gasparini, una estancia rococó y pequeña donde Carlos III solía vestirse ante la Corte. El salón del Trono, con sus leones y su bóveda al fresco de Tiépolo, ha entusiasmado a Obama. Finalmente, los dos jefes de Estado y las delegaciones se han sentado en la Cámara Oficial para mantener el encuentro bilateral.
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