"No", una palabra formada por tan solo dos letras, se ha consagrado como principal arma arrojadiza entre Podemos y el PSOE. Durante meses ambas formaciones compitieron por exhibir quién había hecho más cesiones y señalar al contrario por haberlas rechazado. Este martes, el esquema se repitió a cuenta de las listas al Senado, pero con la diferencia de que Sánchez tuvo que enfrentarse a alguien más que a Pablo Iglesias. En su propio partido, Ximo Puig se ha erigido como una piedra en el zapato del secretario general.
A media mañana, Irene Montero, diputada de Podemos, prevenía a la prensa sobre una sorpresa que no tardó en producirse. Podemos ofreció al PSOE listas conjuntas al Senado "para superar al PP". El argumento estaba claro: si ambas fuerzas se unen, su peso en la cámara se multiplicaría. A diferencia de la fragmentación política en el Congreso, que ha hecho imposible formar Gobierno, en el Senado el PP dispone cómodamente de mayoría absoluta. 208 de los 266 senadores se eligieron en las urnas (el resto, por designación autonómica). De esos 208, 124 fueron del PP. El PSOE obtuvo 47 y Podemos, 7.
La oferta no surgía de la nada. En varias Comunidades Autónomas, como Comunidad Valenciana, Aragón o Baleares, los socialistas han mantenido contactos o reuniones formales para lograr una amplia candidatura de izquierdas que superase al PP. En otras, como en Cataluña, estos pactos se hicieron en varias legislaturas bajo el nombre de la Entesa (acuerdo, en catalán), con ERC e ICV-IU.
En la Comunidad Valenciana, donde de los 12 senadores que se eligieron el 20-D, 9 fueron a parar al PP, los socialistas confiaban en darle la vuelta a la tortilla y que 9 fueran en esta ocasión para las fuerzas que apoyan al Gobierno: PSPV-PSOE, Compromís y Podemos.
Por ese motivo, una Ejecutiva del PSPV-PSOE decidió desoír a Sánchez y aprobar una negociación exprés que debería concluir esta misma semana. Una resolución aprobada por el partido reclama "la autonomía de cada partido político, desde el espíritu de diálogo y entendimiento", pero también "desde el convencimiento que la situación de la Comunitat Valenciana lo necesita". Ximo Puig, presidente de la comunidad, negociará este miércoles con Mónica Oltra, líder de Compromís y vicepresidenta, y con Podemos, que apoya al Ejecutivo regional pero no está incluido en él.
La reacción del PSOE no se hizo esperar en la noche de este martes. "Las listas del PSOE al Senado son listas del PSOE del principio al final", aseguraron fuentes de Ferraz consultadas por EFE. En otras palabras: Sánchez no está dispuesto a que Puig le enmiende la plana y pacte con el partido que le negó la presidencia del Gobierno, por mucho que compartan proyecto en la Comunidad Valenciana.
Una "operación de marketing"
"No, gracias", había dicho Pedro Sánchez durante una entrevista en Mañanas Cuatro, desacreditando la propuesta como una "operación de marketing para decir que el PSOE no quiere entenderse con el partido de Podemos".
A Podemos le conviene electoralmente sumar sus votos a los del PSOE, pero en realidad ninguna de las dos fuerzas creía realista un pacto en todo el Estado sobre las listas. "Esto era una competición por ver quién se bajaba antes de la moto, pero han sido inteligentes y han obligado a Pedro a decir que no", explican fuentes socialistas.
Es más, mientras Sánchez decía "no, gracias", Pilar Alegría, la secretaria de Organización del PSOE de Aragón participaba en una reunión con varias fuerzas de izquierda, entre ellas Podemos. Tras ella, aclaró que Podemos exigía que los candidatos fuesen independientes (sin carné de ningún partido) y exigían la marcha de Marcelino Iglesias, ex presidente autonómico y secretario de Organización socialista, que ahora es senador por designación autonómica.
"Si aceptamos esas listas conjuntas, acabaríamos perdiendo estrepitosamente las elecciones", asegura un conocido referente. "Tenemos que tener un proyecto autónomo, ganador. Si lo que quieren es listas conjuntas contra el PP, ¿por qué no son tan rápidos reclamándolas para el Congreso?", se pregunta.
Sánchez recordó que, si Pablo Iglesias quería sumar fuerzas, debería haber votado a favor de su candidatura en las dos votaciones de investidura en las que acabó apretando el mismo botón que el PP.
Divisiones sobre la estrategia
Fuentes de varias autonomías socialistas coinciden en su sorpresa ante el "no" tajante y taxativo de Sánchez, que enmarcan en la virulencia con la que se tratan los líderes del PSOE y Podemos y no con experiencias de Gobierno conjuntas que ya se dan en muchos gobiernos regionales.
Hay división en el PSOE sobre la estrategia. Mientras que en la Comunidad Valenciana los contactos estaban ultimados, en otras, como en Castilla-La Mancha (donde Podemos apoyó la investidura de Emiliano García-Page) ni se llegaron a plantear.
Fuentes del PSC recuerdan que la asociación Federalistes d'Esquerres "lo propuso de cara a las elecciones 20D y En Comu Podem ni se dignó a contestar". Durante 11 años existió Entesa "a iniciativa del PSC", recuerdan, por lo que esta nueva iniciativa es "oportunista y tacticista dado que dentro de 2 dias se acaba el plazo para presentar las coaliciones electorales".
La coalición con IU reactiva el temor del PSOE
En el PSOE consideran la propuesta de Podemos como un golpe de efecto de pronta caducidad pese al potencial de multiplicar los escaños. La prioridad ahora es frenarlos en las urnas. Si hace unas semanas el sorpasso no asustaba, la cercanía a la campaña electoral y la facilidad con la que Pablo Iglesias protagoniza los medios de comunicación ha encendido algunas alarmas.
En el PSOE temen que el pacto Podemos-IU revitalice a la izquierda a la izquierda de los socialistas. En Ferraz se teme que cada vez menos votante tradicional de IU se vaya a la abstención y opte por aceptar un pacto que hasta ahora veían con recelo. La capacidad de Podemos para movilizar y hacer campaña, mucho más coordinada, con mensajes más claros y con mayor presencia mediática, es otro factor que el PSOE espera contrarrestar pronto.
Este sábado, un nuevo Comité Federal (máximo órgano socialista entre congresos) dará carpetazo a las listas electorales, que contendrán muy pocas sorpresas. Faltan por saber los número 2 y 4 de la lista por Madrid, que según las reglas del partido corresponden a dos mujeres. Una de ellas podría ser Luz Rodríguez, del núcleo duro de Sánchez.
Tras ese Comité Federal, que probablemente se celebrará en Móstoles (Madrid), habrá un gran mitin para proclamar a Sánchez de nuevo candidato a La Moncloa. El año pasado, esa cita se aprovechó para exhibir una gran bandera de España. En Ferraz confían en recuperar ahí el pulso electoral que haga que el partido salga de la hibernación donde parece llevar sumido semanas.
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