La juez de vigilancia penitenciaria le ha concedido a Carlos Fabra el tercer grado y lo ha hecho en contra del criterio de la Junta de Tratamiento de la prisión, de la Secretaría de Instituciones Penitenciarias y de la fiscalía. El expresidente de la Diputación de Castellón y del PP de esta provincia ingresó en la cárcel de Aranjuez el 30 de noviembre de 2014 tras ser condenado a cuatro años de cárcel por cuatro delitos fiscales al defraudar cerca de 700.000 euros.
La agencia Efe ha tenido acceso al auto por el que la juez argumenta esta decisión que va en contra de lo decidido por la secretaría general de Instituciones Penitenciarias. La juez basa su decisión en que el interno ha evolucionado favorablemente, ha abonado la mayor parte de su responsabilidad civil, que tiene una condena corta y que ha cumplido los 70 años. También alega la juez que con Carlos Fabra existe poco riesgo de reincidencia.
Carlos Fabra fue condenado por evadir casi 700.000 euros al fisco por ingresos sin declarar de 1,9 millones de euros en sus cuentas (3,3 millones contando lo no declarado por su mujer) entre 1999 y 2003. La Audiencia de Castellón no encontró explicación a esos ingresos. El Tribunal Supremo, que confirmó la sentencia, señaló que solo “fuentes ocultas” explicaban estas ganancias del expresidente de la Diputación.
El fallo condenó además a Fabra a pagar 693.074 euros a la Hacienda en concepto de responsabilidad civil (una cantidad exacta a lo defraudado) y otra cifra igual en concepto de multa. En total, cerca de 1,4 millones de euros. La juez de vigilancia penitenciaria dice en su auto que el exbarón del PP ya ha pagado la mayor parte de lo referente a la responsabilidad civil al haber satisfecho 729.672 euros (la indemnización a Hacienda más los intereses) y al tener embargadas las propiedades para garantizar el pago restante.
Pero Fabra no ha cumplido con todos sus compromisos de pago y este es uno de los motivos por los que la Fiscalía se opuso al tercer grado, así como la gravedad de los delitos por los que fue condenado. Para la Fiscalía, su buena conducta en prisión y su apoyo familiar no son "datos indicativos ni relevantes" que justifiquen la progresión de grado "al ser habitual en quienes cometen este tipo de delitos".
La juez, por su parte, ha considerado que la ley obliga a tener en cuenta el comportamiento del preso a la hora de evaluar una recalificación y estima que se han cumplido todos los requisitos necesarios para pasar al tercer grado.
PRIMER PERMISO ANTES DE UN AÑO
El ex todopoderoso cacique de Castellón debía cumplir tres de los cuatro años a los que fue condenado según el documento de su liquidación de condena. Una ingeniería procesal alegada por su defensa que le impide estar en la cárcel más del triple de su condena más alta. Y Fabra está condenado a cuatro penas de un año de prisión, por lo que el máximo que debía cumplir eran tres.
Este argumento le valió para que, el pasado octubre, disfrutara de su primer permiso penitenciario antes de llevar un año interno y al alegar haber cumplido ya un cuarto de la pena. La Audiencia de Castellón también aplicó esta ingeniería judicial para, en contra de su propia norma, suspender el ingreso en la cárcel hasta que el Gobierno no se pronunciara sobre su petición de indulto.
Ahora, la juez le ha otorgado el régimen de tercer grado que le permite abandonar la cárcel de Aranjuez cuando solo ha cumplido un año y cuatro meses de la condena y en contra de Instituciones Penitenciarias, que insistía en mantenerle en segundo grado.