Tres meses después de celebrarse las elecciones, los partidos políticos siguen sin alcanzar un acuerdo de Gobierno. Sin embargo, hay un tema por el que todos los partidos representados en el Hemiciclo han votado 'sí': concederse a sí mismos tres semanas de vacaciones por Semana Santa. Para ello fue necesario que todos los grupos votasen a favor de aplazar el Pleno que había previsto para el 29 de marzo y, por consiguiente, retrasar también la Junta de Portavoces que debía celebrarse este martes, dos días antes de Jueves Santo.
El presidente del Congreso, Patxi López, fue el que pidió el voto afirmativo de todos los grupos para retrasar un tema tan importante como un pleno ordinario en el Congreso de los Diputados. Ninguno de los partidos políticos puso ninguna pega. Así, PP, PSOE, Podemos y Ciudadanos -los mismos que no llegan a un acuerdo para formar gobierno- votaron a favor y, aunque el calendario de sesiones ya estaba aprobado, se modificó en tiempo récord. Excepto los que forman parte de la Junta de Portavoces, ninguno de los diputados tendrá la obligación de volver a su escaño hasta el 5 de abril, cuando se celebrará el pleno que debía celebrarse la semana que viene. La última vez que se celebró un pleno fue el 15 de marzo.
¿Solo un mes más de trabajo?
Con este cambio en el calendario, el Congreso celebrará cuatro plenos en el mes de abril, por lo que en el primer mes de primavera no habrá ninguna semana festiva, como es habitual en la Cámara Baja. La situación es todavía más inverosímil si se tiene en cuenta que el 3 de mayo pueden disolverse las Cortes. Entonces, tras sus largas vacaciones de Semana Santa, a los diputados podrían quedarle solo un mes más de trabajo si finalmente los grupos parlamentarios no consiguen alcanzar un acuerdo de Gobierno antes.
En la propia web del Congreso se explica, en una nota a pie de página, lo acontecido: "La Mesa de la Cámara, en su reunión del día 15 de marzo, oída la Junta de Portavoces, ha acordado modificar el calendario de sesiones plenarias para el período marzo-junio de 2016, en el sentido de que se celebre sesión plenaria en la semana del 5 al 7 de abril, en vez de en la semana del 29 al 31 de marzo".
Sus sueldos
Pese a la situación tan extraña que se vive en el Parlamento durante esta legislatura, cada uno de los miembros de la Cámara Baja tiene asignado un salario base de 2.813,87 euros al mes. Además, a cada uno le corresponde una “indemnización” dedicada a cubrir “los gastos que les origine la actividad de la Cámara”, que son 1.823 euros más para los diputados de circunscripciones distintas a Madrid y 870 euros para los electos por esta provincia. Además, cobran un complemento mensual en función del cargo que ocupen dentro del Congreso, que varía entre los 600 y los 3.000 euros.
Ser portavoz en una comisión parlamentaria se paga a mil euros más; ser presidente de comisión, casi 1.500 euros más cada mes. El presidente del Congreso, los vicepresidentes y los secretarios además cuentan con tres complementos cada uno como miembros de la Mesa, para gastos de representación y para gastos de libre disposición, que varían entre los 9.000 euros del presidente y los casi 3.000 de los secretarios.