Cristina Cifuentes no tenía todas consigo de que la Presidencia de la Mesa de la Asamblea de Madrid fuera a parar a manos de los conservadores. El partido de Albert Rivera, que consiguió los 17 escaños que la candidata del PP (48 escaños) necesitaba para conseguir ser investida presidenta de la Comunidad, peleó hasta el último día para que el PP cediera la Presidencia de la Cámara a cambio de dejar a Cristina Cifuentes ser presidenta de la región. Pero no lo consiguieron.
En el PSOE de Madrid estaban convencidos de que los de Cifuentes iban a acabar cediendo la Presidencia de la Asamblea al candidato de Ciudadanos para conseguir ocupar la Real Casa de Correos. Sin embargo, durante el tiempo que duró la negociación, los del PP hicieron reflexionar a los de la formación naranja argumentándoles lo mismo que ahora pide Mariano Rajoy: “El partido más votado había sido el PP y ceder la Vicepresidencia Primera, que sustituye al presidente de la Cámara cuando éste está ausente, es un puesto que está muy bien y que sin nuestro apoyo no lo hubieran conseguido”, reconoce a EL ESPAÑOL uno de los conservadores que negoció con los de la formación naranja la composición de la Mesa de la Cámara madrileña.
Las exigencias de Podemos, que pedía igualdad de representación en la Mesa de la Cámara sin respetar el porcentaje de votos que se había obtenido en las urnas, como marca el Reglamento, contribuyó a que Ciudadanos cediera ante el PP, a quien nadie garantizaba que si cedía la Presidencia días después los 17 diputados de la formación de Albert Rivera votaran a favor de la investidura de Cristina Cifuentes. Finalmente, la que era alcaldesa de Pozuelo, Paloma Adrados, se convirtió en la presidenta de la Asamblea de Madrid, y el diputado de Ciudadanos, César Zafra, es su mano derecha en el órgano rector de la Cámara regional, un "puesto de gran relevancia", apuntan las mismas fuentes.
Desde que la ex delegada del Gobierno se convirtió en candidata del PP a la Presidencia de la Comunidad de Madrid, se presentó ante el electorado como la persona que iba a hacer las cosas de otra manera. Tras el 24-M, cuando los madrileños votaron que aparecieran dos nuevos partidos políticos en el Parlamento regional y quitaron la mayoría absoluta al PP, la candidata conservadora no tuvo más remedio que ceder a las exigencias de los nuevos que pedían un nuevo aire a la Cámara.
Tradicionalmente, los grupos de la oposición denunciaron que la mayoría absoluta del PP en el Parlamento sirvió para aplicar el rodillo sin ningún titubeo: nada de 'tarjetas black', del ático de Ignacio González, de Telemadrid... Unión Progreso y Democracia lo denunció hasta en cinco ocasiones ante el Tribunal Constitucional, que siempre le dio la razón. “Se había vulnerado” el derecho de los de Rosa Díez en la Comunidad de Madrid a “ejercer las funciones representativas”.
Con estos precedentes, Cifuentes entendió el mensaje de los ciudadanos: había llegado la hora de las alianzas y los pactos y todos tenían que ceder. Así se negoció y se repartieron los siete asientos de la Mesa de la Asamblea, donde los cuatro partidos con representación parlamentaria tienen asiento.
El PP va a por todas
Ocho meses después de las elecciones autonómicas, es el Partido Popular de Mariano Rajoy el que negocia la Presidencia del Congreso con Albert Rivera, que hasta ahora ve con mejores ojos al socialista Patxi López que al popular Jesús Posada para ocupar el máximo puesto de representación en el Parlamento, uno de los puestos políticos-institucionales más codiciados. Las negociaciones no han cesado desde el 21 de diciembre y el Partido Popular dirá oficialmente el nombre de sus candidatos a presidir el Congreso y el Senado en la Junta Directiva Nacional que ha convocado para la tarde de este martes. No se dan por vencidos y todavía creen, al menos en público, que pueden presidir las dos Cámaras.
Todas las quinielas apuntan a que los populares renovarán a Jesús Posada en el Congreso de los Diputados y a Pío García Escudero en el Senado, donde el PP goza de mayoría absoluta y nadie podrá torpedearlo. El mayor quebradero de cabeza está en la Cámara Baja. El PSOE va a por todas para arrebatar el puesto al PP. El conservador que sigue negociando con los demás grupos la bendición de su candidato es el portavoz Rafael Hernando, que insiste en que el partido más votado tiene el derecho de ser quien ponga al presidente. “Nunca en los treinta años de democracia ha pasado que el presidente de la Cámara sea distinto al presidente del Gobierno”, insistía un alto cargo conservador a este diario este lunes. Sin embargo, PSOE, Podemos y Ciudadanos insisten en que el PP fue el 20-D la lista más votada, pero “nadie tiene todavía la gobernabilidad”.
El PSOE sigue sin inmutarse
Si el PSOE consigue convencer a Podemos y Ciudadanos de que voten a su candidato, Patxi López, el miércoles en la sesión constitutiva de las Cortes Generales, supondrá el primer fracaso del PP en su intento de formar gobierno. El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, no se ha inmutado de su posición ni siquiera tras la inédita investidura del president de Cataluña, que vuelve a activar el proceso separatista: “No renunciaré a buscar una mayoría alternativa -ha apuntado-. Mi responsabilidad es tender la mano para un gobierno progresista”.