El presidente Mariano Rajoy ha declinado participar en todos los debates electorales excepto uno: un cara a cara con el líder de la oposición en el Congreso, el socialista Pedro Sánchez. ¿Por qué no quiere debatir con los otros dos candidatos principales, Albert Rivera y Pablo Iglesias? Para Rajoy y su equipo, "los debates a dos son los importantes". Pero hay al menos 10 motivos más por lo que se niega a debatir a cuatro.
1. Porque está acostumbrado a no debatir. Desde que se mudó a la Moncloa, Rajoy ha preferido hacer otras cosas antes que debatir. El presidente ha rechazado comparecer en el Congreso 103 de las 108 veces que lo reclamó la oposición, una cifra récord. Sólo aceptó cinco de las peticiones, concentrando varias de ellas en una única intervención en el Congreso de los Diputados. En 2012, Rajoy no permitió que se celebrase el debate sobre el estado de la nación, una cita política clave cada año. Además, Rajoy esquivó a la prensa. Entre los ejemplos más sonados estuvo su huída a través del garaje del Senado para no hacer declaraciones o las explicaciones sobre el caso Bárcenas que dio a través de una pantalla de plasma. Aunque ahora aparezca en muchos medios de comunicación, Rajoy sólo concedió tres entrevistas en 2014.
2. Porque ha optado por una estrategia conservadora. El Partido Popular cree que los votantes que le quedan son conservadores fieles. "La estrategia del PP es quien resiste, gana", dice Pablo Simón, profesor de la Universidad Carlos III. Es sobre todo una campaña para convencidos: "Han decidido hacer una campaña para su público y en debates a cuatro no tiene nada que ganar", dice Jorge Galindo, profesor de la Universidad de Ginebra. El objetivo de rascar unos cuantos indecisos no merece tanto riesgo.
3. Porque es darles estatus. Si Rajoy se pone al mismo nivel que sus dos rivales no parlamentarios, les da relumbrón. "Sería aceptar que son un partido como los grandes y jugaría en su contra", dice Berta Barbet, profesora en la Universidad de Barcelona. Al PP le interesa no solo ignorarles, también algo más: "Quiere menospreciar a Rivera e Iglesias, y el mejor desprecio es no hacer aprecio", dice Ignacio Martín Granados, polítologo y miembro del consejo directivo de ACOP. El PP ya optó por esta estrategia hace un año cuando Podemos crecía. Simplemente les ignoró. Ahora ocurre lo mismo con Rivera: "Evitan a alguien como Rivera, que quiere ser su interlocutor, que quiere ser el jefe de la oposición", dice Galindo. "Tú no debes hacer caso a quien quiere que le hagas caso".
4. Porque la vicepresidenta puede hacerlo mejor. En el PP dicen que trabajan en equipo y en la dirección de campaña deciden quién va a qué programa. Con Soraya Sáenz de Santamaría en el debate a cuatro, al ser mujer y más joven que Rajoy, creen que va a ser la sorpresa positiva de la noche.
5. Porque así sufren otros. Al dejar el debate con los dos más jóvenes en manos de Sáenz de Santamaría y con Sánchez como único sparring de la política tradicional en El País, Rajoy gana siempre. "Es más probable que se metan con Pedro Sánchez", dice Roger Senserrich, analista de Politikon.es. En el caso de Santamaría, ocurre algo parecido: "Si lo hace mal ella, se quema ella. Y si hace un buen papel, los deja mal a ellos porque no han podido con la número dos y, además, se pone en buena situación para un proceso sucesorio", dice Martín Granados.
6. Porque prefiere contraprogramar y presumir de estar ocupado. El presidente contraprograma el debate de El País con una entrevista con Pedro Piqueras. Rajoy pretende parecer un estadista serio lleno de deberes que los otros tres candidatos sólo sueñan: "No puedo atender a todos, entre otras cosas, porque soy presidente del Gobierno -ha dicho Rajoy-; ayer estaba en Bruselas, hoy estoy en París y tengo que seguir atendiendo a mis responsabilidades".
7. Porque ya va ganando. El presidente va primero en las encuestas. En un debate a cuatro, los otros tres le tienen ganas. Es poco probable que saque algo: "Vas a ser tu solo contra tres. Te pueden hacer una pinza", dice Pablo Simón.
8. Porque parece su padre. Pablo Iglesias nació en 1978; Albert Rivera, en 1979. Rajoy les saca casi 25 años. Podría ser su padre. Podemos y Ciudadanos son nuevos y el PSOE ha cambiado a un líder más joven. Si algo simbolizaría la casta en un debate, sería la imagen de Rajoy rodeado por sus rivales.
9. Porque los debates no son tan importantes. La penalización que pueda recibir el presidente no es clave. Sus votantes son fieles. Las quejas porque no el presidente no vaya al debate son sobre todo de votantes de otros partidos: "En ciertos sectores puede molestar ligeramente, pero sobre todo molesta a votantes de otros", dice Barbet.
10. ¿Y la europea? Si en un debate hay algún desliz, el interés se multiplica. "Es complicado sumar en un debate, pero los fallos puntúan doble", dice Pablo Simón. Le ocurrió a Rivera con Kant y, sobre todo, a Rajoy con su "los españoles son muy españoles y mucho españoles" de mayo o su "¿y la europea?" para referirse a la hipotética nacionalidad de los catalanes en septiembre. El PP necesita por tanto minimizar riesgos. "El riesgo de que Rajoy tenga un mal día es más probable vistas sus últimas intervenciones", dice Senserrich. Con un panorama así, dejar el atril vacío es una opción razonable.