La célula yihadista desarticulada este martes por la Policía pretendía perpetrar un atentado en Madrid. Sus miembros, de origen marroquí y afincados en la capital, tenían acceso a un mercado ilícito de armas. España mantiene un nivel de alerta 4 sobre 5 ante el riesgo terrorista y en lo que llevamos de año se han detenido a 60 personas en 24 operaciones policiales. Grupos como el autodenominado Estado Islámico reclutan nuevos miembros a través de la red y después los integran en sus filas. Éste es el proceso que siguen para captar yihadistas.
1. Perfil del futuro terrorista
No existe. Es difícil establecer unos parámetros que marquen quién o qué sector de la sociedad es más susceptible de someterse a las proclamas yihadistas. Los analistas ni siquiera se ponen de acuerdo en si la marginación es uno de los puntos comunes que favorecen este proceso. “El intento de trazar perfiles de terroristas es bastante frustrante”, señala Luis de la Corte, doctor en Psicología y profesor del Instituto de Ciencias Forenses y de la Seguridad de la Universidad Autónoma de Madrid. “Hay personas de muy distinta psicología que se han visto implicadas en terrorismos diversos”.
De los tres hombres detenidos este martes en Madrid -con edades entre los 26 y los 29 años-, dos vivían en la Cañada Real y el tercero, en el barrio de Vallecas. El 21 de octubre, la Guardia Civil detuvo a una joven de 22 años procedente de Almonte (Huelva) que tenía la intención de marcharse a Siria. Ese mismo mes, Marruecos y España coordinaron una operación que culminó con la detención de diez personas por su vinculación con el Estado Islámico; cuatro de ellos en Toledo, Badalona y Xeraco (Valencia).
2. Vídeos de propaganda
“Están pensados para una primera fase de radicalización”, argumenta Javier Lesaca, investigador en la Universidad George Washington y profesor adjunto en la Universidad de Navarra. El 22 de octubre, Lesaca participó como experto en terrorismo islámico en una reunión celebrada en el Consejo de Seguridad de la ONU sobre víctimas del terrorismo. “Nadie toma la decisión de cometer un atentado o viajar a Siria o Irak por ver unos vídeos -apunta el investigador-. El objetivo de estos archivos es el de banalizar el terror y hacerlo atractivo, popularizarlo. Ése es un cambio o una novedad del ISIS respecto a Al Qaeda”.
3. Redes sociales
Plataformas como Twitter o Facebook permiten a los terroristas emitir un mensaje mucho más segmentado dependiendo del público objetivo. No es lo mismo lanzar un argumento a un auditorio de Siria, España, Francia o Alemania. Lesaca apunta que esta herramienta permite a los creadores de campañas contactar directamente con sus audiencias, sin pasar por medios de comunicación: “En Twitter todo ocurre de forma muy rápida, con mensajes superficiales. El EI lo hace muy bien: no se caracteriza por sus análisis complejos, se basa en la repetición de mensajes. En España, por ejemplo, parasitan los hashtags de Twitter -como pueden ser #RealMadrid o #FCBarcelona- para lanzar campañas masivas con sus mensajes”.
4. Contacto directo
De nuevo, la red se presenta como una herramienta fundamental en este proceso. Las redes sociales funcionan como un embudo en el que se van filtrando los potenciales simpatizantes por el grado de afinidad. Después, es fácil seleccionar a aquellos que muestren un mayor fervor hacia los ideales propugnados por el yihadismo radical. Los reclutadores contactan con ellos a través de mensajes directos en Twitter u otras plataformas, como WhatsApp o Telegram, que ya permite un contacto personalizado.
5. Adoctrinamiento
Una vez establecido el contacto directo, comienza el adoctrinamiento. Es probable que esta sea la fase más delicada del proceso, en la que se pone a prueba los límites a los que el captado está dispuesto a llegar. Los mensajes son seductores y los reclutadores los adaptan a la persona con la que está tratando. En ocasiones, se presentan con consignas que apelan a un conflicto Estado-nación; otras veces, si ven cierta predisposición, vacían su repertorio de dogmas religiosos. Pero no es fácil determinar el momento en el que se adoptan las posturas más radicales. “Lo que dicen las evidencias al respecto es que hay personas que se radicalizan bastante rápido y, por tanto, ese cambio definitivo llega antes. Hay otras que necesitan más tiempo y la radicalización es más paulatina o gradual”, señala el profesor Luis de la Corte.
6. Adiestramiento
Fuentes de la lucha antiterrorista apuntan que el adiestramiento varía entre los terroristas que combaten en escenarios de Oriente Medio o aquellos que actúan como lobos solitarios en los países en los que residen. Respecto a los primeros, el adiestramiento sobre el terreno se considera imprescindible. Aquellos que se van a escenarios como Iraq, Siria o Afganistán asumen lecciones de diferente armamento o material bélico; por el contrario, los lobos solitarios pueden atentar con armas convencionales -incluso, con cuchillos- o con artefactos caseros.
7. Refuerzo del ideario extremo
Hay publicaciones -como la revista Dabiq, editada en varios idiomas- que incitan a los terroristas a actuar contra el “enemigo del Estado Islámico”. Cuando una persona ha sucumbido al ideario radical se le bombardea con mensajes extremos desde varios frentes. Sobre las detenciones que la Policía Nacional llevó a cabo este miércoles, el Ministerio del Interior destaca, a través de un comunicado, que sus miembros se encontraban “plenamente radicalizados” y en “una fase de total asimilación y compromiso del ideario terrorista”: “[Mantenían] plena disposición a cometer un atentado en la ciudad de Madrid”.
8. Integración en una célula
Después de que el captado haya jurado fidelidad a los preceptos radicales, los líderes de las células determinan a qué grupo va a parar. Fuentes de la lucha terrorista destacan que esta decisión se basa, ante todo, en la afinidad entre sus miembros. En otras ocasiones, no obstante, se determina atendiendo a razones geográficas o estratégicas.
9. Elección del objetivo
Las células yihadistas operan de forma independiente, sin entrar en contacto las unas con las otras. Así, si las fuerzas de lucha antiterrorista desarticulan una de ellas, las demás continúan operativas. Cada miembro que la integra asume su papel. La elección de los objetivos contra los que atentar los determina el líder, quien además controla la evolución de sus subordinados y lleva a cabo labores de captación. Los demás componentes aceptan el papel de actores operativos.
10. Preparación del atentado
Los tres yihadistas detenidos en España eran “individuos muy imprevisibles en sus reacciones” y “presentaban indicadores de máximo riesgo”, según apunta Interior. Los terroristas encuentran numerosos objetivos contra los que atentar: todos aquellos a los que el yihadismo radical considera un enemigo. El objetivo perseguido, más allá del asesinato, es provocar el mayor ruido mediático.