Diana López es hermana del líder opositor venezolano Leopoldo López, preso en la cárcel militar de Ramo Verde desde hace cerca de dos años. En septiembre, las autoridades lo condenaron a más de 13 años entre rejas, acusado de ser responsable de las protestas contra el Gobierno de Nicolás Maduro de febrero de 2014, que se saldaron con muertes y detenciones.
Artista plástica y gestora cultural, Diana López es también activista por los derechos humanos y esta semana ha presentado en Madrid el manifiesto "Intelectuales por Venezuela", firmado por 70 personalidades de España y América Latina. El documento pide a las autoridades venezolanas que respeten la libertad de expresión, los derechos humanos y los resultados de las elecciones parlamentarias que el país celebra este domingo, que la oposición, aglutinada en la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), considera esenciales para lograr un cambio político.
Diana López habla con el EL ESPAÑOL en un momento de tensión creciente de cara a los comicios legislativos, después de que el pasado miércoles el opositor Luis Manuel Díaz fuera asesinado a balazos durante un acto político en el que participaba su cuñada, la esposa de Leopoldo López, Lilian Tintori.
¿Cómo se encuentran usted y su familia?
Nos encontramos con mucho ánimo y esperanza con las venideras elecciones del 6 de diciembre, donde la Mesa de la Unidad se ha propuesto como uno de los temas más importantes la libertad de los presos políticos. Y ese respaldo que nos han dado todos los candidatos de la Unidad nos llena de esperanza. También tenemos mucha esperanza gracias al apoyo internacional que hemos recibido de muchos países, sobre todo de España, con el apoyo del presidente Rajoy, pero también de líderes como Felipe González y tantos otros y el apoyo de la sociedad civil, de los medios de comunicación.
¿Es optimista de cara a los comicios?
Siempre soy optimista a pesar de estar viviendo una de las crisis políticas más fuertes en la historia contemporánea venezolana. Pero sí estoy preocupada por los hechos violentos ocurridos recientemente, el asesinato del secretario de Acción Democrática, Luis Manuel Díaz, donde estaba presente mi cuñada, Lilian Tintori, y otros hechos que sucedieron esa misma semana contra el diputado Pizarro, contra el gobernador Henrique Capriles.
Por supuesto, estamos demandando que en Venezuela estas próximas semanas se mantenga el ámbito de la no violencia.
¿Qué sintió al recibir la noticia de lo ocurrido en el mitin de Díaz?
Sentí horror, terror, miedo por la vida humana. Ese es el derecho más esencial que tenemos todos los seres humanos. Y cuando es violentado, sobre todo en una concentración pública, genera un gran sentido de vulnerabilidad. Pensé en mi hermano, en su familia, en su esposa, en sus hijos y en esa admirable campaña que está haciendo Lilian Tintori por la libertad de todos los presos políticos y cómo hacer campaña en Venezuela es poner la vida en riesgo.
En esos momentos pensé mucho en lo que es disentir, en lo que es tener ideas distintas al Gobierno y que el hecho de manifestarlas puede significar en Venezuela la persecución, la cárcel y hasta la muerte.
¿Y cómo ha reaccionado la oposición ante estos hechos? ¿Han provocado miedo entre los opositores o, por el contrario, les han proporcionado más combustible para seguir adelante?
Estamos unidos repudiando cualquier hecho violento y exigiendo respeto al resultado electoral.
¿Cree que Nicolás Maduro aceptará el resultado si gana la MUD?
Yo creo que toda la sociedad civil venezolana, toda la opinión pública internacional está preocupada ante las declaraciones del presidente Maduro, que vienen desde junio, de que si la revolución pierde, saldrán a la calle y que veremos hechos violentos.
Una de las razones por las que estoy aquí en España es por la acción que se está llevando adelante de "Intelectuales por Venezuela". Y en este manifiesto queda muy claro que repudiamos la politización de los poderes públicos, exigimos que el actual Gobierno respete los resultados de las próximas elecciones y denunciamos la inseguridad ciudadana como instrumento de coacción social.
En ese sentido, también estamos esperando que se permita la observación internacional.
¿Piensa que se ha producido un recrudecimiento de la represión en Venezuela?
Yo misma fui víctima de un intento de secuestro hace poco más de un mes. Se llevaron a mi chófer, Jorge Leones, y estuvo 12 horas secuestrado e intentaron sobornarlo. Lo ha vivido mi familia con el accidente reciente que ha sufrido Lilian Tintori y lo vemos desde el discurso político hasta los hechos.
¿Qué se siente al saberse objetivo de un secuestro? ¿Cómo fue ese día?
Ese día fue terrible al darme cuenta que estaba desaparecido mi chófer, que lleva cinco años trabajando conmigo. La desesperación de su familia y nuestra al no saber dónde estaba. Transcurrían las horas y no teníamos información. Hasta que apareció en un terminal a las cuatro de la mañana, golpeado. En nuestro país ser secuestrado es común lamentablemente. Pero saber que viene dirigido por funcionarios del Estado… La vulnerabilidad es aún mayor. Él se negó a llevarlos donde yo estaba y se lo llevaron a él.
¿Para usted es peor Nicolás Maduro que Hugo Chávez?
Chávez inhabilitó a mi hermano. Maduro lo encarceló. Eso es un ejemplo de lo que ha sido Maduro: mucha más represión, que ya existía con Chávez, sin embargo, Maduro ha sido aún más represivo.
La libertad de expresión en Venezuela y los medios de comunicación ha sido aún más vulnerada. Muchísimos periodistas han sido perseguidos. En este momento hay una demanda contra 22 directivos de Tal Cual, La Patilla y El Nacional.
Usted es artista plástica. ¿Sus obras han despertado alguna vez recelo por parte del Gobierno?
Yo he tocado mucho el tema de la violencia. Fueron mis primeras obras. Por suerte, nunca he sentido que hayan sufrido censura. Sin embargo, exposiciones en el Centro Cultural Chacao, que yo dirigía, sí la tuvieron.
Tengo entendido que Leopoldo no había pensado en cultivar las artes plásticas hasta que ingresó en prisión y usted lo convenció. ¿Cómo logró persuadirlo? ¿Y lo ha ayudado el arte a afrontar su encarcelamiento?
Él siempre estuvo interesado en la política desde muy joven. Estudió Filosofía, Economía y luego hizo su maestría en Ciencias Políticas. En el mi caso, yo estudié arte. Él siempre me preguntaba “¿para qué sirve el arte, Diana? ¿Para qué estudias eso?”. Creo que la respuesta la comprendió en prisión. Le fui llevando carboncillos, manuales de cómo dibujar, y poco a poco se fue adentrando en esa manera de expresarse. Ha dibujado desde sus memorias de los paisajes venezolanos, de la fauna, de la flora. Ha hecho dibujos de cómo son las celdas, de cómo es el edificio en Ramo Verde. Ha hecho autorretratos. Pero también ha hecho unos murales enormes sobre la pared de la celda para, por un lado, hacer el espacio más ameno para sus niños cuando lo visitan.
Para Diana López, Maduro ha sido más represivo que Chávez.
¿Cómo afronta su hermano la condena?
Leopoldo lleva esto con mucha dignidad, espiritualidad, paciencia y serenidad. La circunstancia es muy dura, porque él está aislado en soledad. Es un edificio de cuatro pisos donde hay 13 celdas y él está en el último piso. Es una cárcel dentro de la cárcel.
Los presos, como seres humanos, tienen derechos. Y los derechos de Leopoldo están siendo violados. El derecho a la visita, porque sólo dejan que lo visite su familia directa. El derecho a la confidencialidad: sus encuentros con sus abogados son grabados. El derecho a la correspondencia: no nos permiten llevar cartas a veces ni siquiera de sus propios familiares ni enviar cartas. El derecho a compartir con otros presos. Son condiciones que nos preocupan mucho.
¿Cómo son sus visitas a la cárcel?
La primera vez que fui me temblaban las rodillas. No estaba acostumbrada a estar cerca de personas armadas y ese ambiente de rejas y candados realmente me asustó mucho. Actualmente no voy con la misma sensación. Pero sigue siendo siempre un pasaje muy desagradable, porque nos revisan siempre. Una vez que pasas ese momento y ves a tu ser querido, baja la tensión y es un momento especial. Y alivio, eso es lo que más siento cuando logro verlo. Leopoldo siempre nos transmite tanta fuerza cuando vamos a visitarlo que esa energía positiva, ese optimismo y esa esperanza es lo que nos permite seguir luchando por la libertad en Venezuela.
¿Me puede contar cómo es vivir con un hermano en prisión?
Es angustiante. Todos en mi familia estaremos un poco presos hasta que logremos su libertad. Muchas veces no puedo conciliar bien el sueño al saber que está en esa celda aislado. Pero también entiendo su lucha, que ha sido muy importante para revelar que estamos en una dictadura.
Su caso, por ser tan emblemático, ha desvelado ante la comunidad internacional y nacional las violaciones de derechos humanos. Y ahí tendría que decir que su esposa, Lilian Tintori, ha hecho una campaña internacional realmente admirable desvelando esas violaciones de derechos humanos. Lo importante es que no ocurren solamente con Leopoldo, sino que estos casos se repiten.
¿Y cómo es Lilian?
Es valiente y es determinada. Una muchacha con mucha energía y determinación, una persona con objetivos. Esa es Lilian. Una persona muy optimista y entregada a esta lucha por sus hijos, por su esposo y por Venezuela.
Tengo curiosidad por saber cómo es un día en la vida de Diana López.
Yo me dediqué a las artes visuales por muchos años. Por diez años, dirigí Cultura Chacao, una fundación pública donde llevábamos la gestión cultural del municipio de Chacao. Trabajé allí hasta enero de 2014. Un mes después encarcelaron a mi hermano. Desde entonces, no puedo decir cómo es un día normal de Diana López. Me mantengo en la gestión cultural. Actualmente, dirijo el archivo Fotografía Urbana, dedicado a la memoria visual de Venezuela. No he dejado de trabajar en cultura.
Tengo que acompañar a mi hermano, enseñarle a dibujar, llevarle los libros, llevarle la comida… cualquier cosa que necesite de su cotidianidad. Voy una vez a la semana a visitarlo. Pero, sin embargo, no quería tampoco abandonar a lo que me había dedicado siempre. Soy madre, soy esposa, soy hija. Tener a un familiar preso cambia los roles de toda la familia. Pero, a pesar de no tener la misma vida familiar que teníamos antes, estamos más unidos que nunca.
En cuanto al activismo por los derechos humanos, estoy en Acción por la Libertad. Surgió a raíz de las protestas del 2014 y decidimos documentar lo que estaba sucediendo. Ese es un poco mi día: paso de la cultura al activismo y a la vida familiar.
¿Cuál es el mejor recuerdo que tiene con su hermano?
Montar a caballo. Nos gustaba mucho. Mi abuelo tenía una finca. Creo que ese es uno de los momentos más agradables que recuerdo.