Hace un par de días me encontraba en la Feria Internacional de Turismo (Fitur), entrevistando a diferentes personajes en el stand de #TodoestáenMadrid del Ayuntamiento, cuando uno de los presentes en el espacio empezó a hablarme de Shakira, más bien a criticar su actitud y la creación de la canción BZRP Music Session #53 en la que se despacha contra su exmarido y parentela política.
Para mis adentros, suspiré. También para mis adentros canté por Bandini y me dije: "In SPAIN, We call it pereza". La que me producía el tema. No quedó ahí la cosa. Porque a la conversación se unió otra fuerza viva social para recordar el protagonismo de la otra.
No era la nueva novia del futbolista Piqué, sino la otra estrella mediática de tertulias y sobremesas, Tamara Falcó. Imaginando por cómo podría reconciliarse con el novio infiel. Y volví a suspirar y a canturrearle a mi alma silenciosa. Sin embargo, no soy de piedra; más bien soy facilona en 'entradas al trapo'.
La demoledora canción de Shakira con Bizarrap y contra Piqué: "Perdón que te sal... pique"]
Seguramente por eso y porque tanto tiraron de mi lengua, acabé rompiendo mi callada por respuesta. No para cantar, sino para reclamar clemencia inteligente, capaz de acallar las voces que hacen de una la mala y de la otra la tonta ingenua, en ese afán criticón que necesita el humano y que nunca me ha satisfecho.
"Cuánto daño hacen a las mujeres", expresé finalmente. De la segunda no digo nada, ¿quién soy yo para juzgar novios, noviazgos, incluso casorios, quiénes somos? Es más, que tire la primera piedra quien no haya perdonado infidelidades, ya sea hombre o mujer.
De la primera, su tema musical rezuma venganza. Por eso creo que daña su dignidad y la de sus congéneres. No me agrada ese ventilador de inquina, que mira tú por donde sí ha tenido un efecto beneficioso: ha elevado las ventas de relojes Casio, no gracias a su mala leche, sino a la rápida reacción comercial de la marca (aviso para navegantes 'marketinianos').
Podía haber acabado ahí zanjando la conversación cansina de 'modelo cuñado'. Pero decidí seguir, ya digo que entro rápido al trapo. Acallé tanto rollo con varias preguntas que reproduzco: ¿Sabéis cuántas mujeres fueron asesinadas el año pasado por sus parejas o exparejas? ¿Sabéis a cuántas han matado en nuestro civilizado país en las primeras semanas de 2023?
En 2022, 49, según las cifras oficiales. En los primeros días de 2023, cuatro. Alguien podría imaginar que esto ocurriera con hombres asesinados por el hecho de serlo, o con futbolistas o periodistas. La violencia ejercida contra la mujer sigue siendo un fenómeno que afecta por igual a distintas edades, en distintos entornos y que no entiende de clases sociales ni de títulos universitarios.
¿Sabéis cuántas mujeres son presidentas de las 35 empresas del Ibex? Tres, solamente tres: Beatriz Corredor, en Redeia, Marta Ortega, en Inditex y Ana Botín en Banco Santander. ¿Y cuál es el porcentaje de mujeres ocupando sillones en los Consejos de Administración de estas empresas del Ibex? Casi un 38% por ciento.
El año acabó con esa cifra y no con la recomendada por la CNMV de un 40 por ciento. Es más, solo dieciocho de las compañías que componen esa especie de faro de empresas han logrado acabar ahí donde existía el compromiso. Y es cierto que en diez años se ha avanzado lo que no podía imaginarse, porque entonces solo se había logrado un doce por ciento de señoras sentadas en sillones de esos Consejos de Administración.
¿Queréis que sigamos con el Ibex 35? ¿Cuántas creéis que son altas directivas? Solo un 22 por ciento. Claro que si se sale del ese grupo para hablar del grueso del mercado bursátil, la cosa cambia, ¡a peor! Solamente un diecinueve por ciento son mujeres. Días antes de esta conversación —les conté— publiqué una entrevista con la CEO de la marca de joyería Pomellato, Sabina Belli, en MagasIn, en la que aseguraba que en el mundo de la moda y el lujo a nivel internacional solo un ocho por ciento de mujeres son CEO.
Afortunadamente, Europa está tomando cartas en el asunto de la alta dirección porque, entre otras cosas, se trata de una cantera eficaz y real para nutrir los Consejos. De hecho, su nueva directiva sobre diversidad de género que debe cumplirse antes de junio de 2026 es bastante ambiciosa.
Habla de que los miembros del sexo menos representado, que nadie duda cuál es, deberán estar representados en los Consejos de Administración de las sociedades que cotizan en los países miembros. Como mínimo, tienen ocupar un 40 por ciento de los sillones no ejecutivos y en un 33 por ciento si se incluyen también los puestos ejecutivos.
¿Cuántas han recibido un premio Nobel? 71 mujeres en 121 años de la historia del galardón, que ha entregado un total de 987 estatuillas. Un siete por ciento de representación femenina. Sin comentarios.
¿Cuántas han recibido el premio Cervantes? En los 47 años que lleva entregándose el premio, lo han recibido seis mujeres. Son tan pocas que os diré los nombres, empezando por la última que fue Cristina Peri Rossi en 2021, y antes María Zambrano, Dulce María Loynaz, Ana María Matute, Elena Poniatowska e Ida Vitale.
Y así podía haber continuado apabullando el cuñadismo con este tipo de preguntas, pero tenía que seguir entrevistando.