Irene Natividad (Filipinas, 1948) fue la primera mujer con un cargo electo de origen asiático en Estados Unidos. Tal vez en España no sea un nombre conocido, pero en su país de acogida —se mudó a estudiar en Nueva York con 18 años— está al nivel de personalidades tan prestigiosas como Gloria Steinem.
Y fue precisamente la famosa feminista estadounidense la que la nominó, allá en 1985, para ser presidenta del Caucus Político Nacional de Mujeres (NWPC, por sus siglas en inglés), una histórica organización feminista de EEUU fundada por la propia Steinem. Funciona, aún hoy, como grupo de presión y una suerte de Ministerio de Igualdad, del que carecen en EEUU. En aquel entonces, ganó las elecciones. Como también lo hizo cuatro años después, con la siguiente legislatura.
Dice que ella se zambulló en el mundo de la política —o, más bien, de los grupos de presión políticos— cuando "los republicanos no estaban locos, y eran conservadores económicos, pero progresistas sociales". Porque, recuerda, llegó a la presidencia del NWPC gracias al apoyo de demócratas y republicanos.
[La manchega Carmen Quintanilla, en la Cumbre Mundial de Mujeres Líderes de Dubai]
Casi 40 años después, Natividad sigue al pie del cañón en la lucha por los derechos de las mujeres. Es fundadora y presidenta del GlobeWomen Research and Education Institute. Además, desde su organización promueve el ya conocido como Davos de las mujeres, la Cumbre Mundial de Mujeres. Encuentro anual que, por cierto, en 2024 acogerá Madrid.
Precisamente para organizarlo, Natividad ha visitado nuestro país y ha aprovechado la ocasión para charlar con ENCLAVE ODS. Cuando se le pregunta por sus inicios en el feminismo, reconoce que su carrera profesional empezó en el mundo académico. "Quería enseñar literatura, y lo hice", afirma.
Se pasó siete años dando clases en la universidad hasta que su vida más política se convirtió en su trabajo. "De pronto, me encontré organizando a mujeres en política y, después, en el mundo de la empresa", confiesa esta estadounidense. "El liderazgo se apoderó de mi vida y tuve que renunciar a la seguridad que ofrece el mundo académico por el alboroto del activismo en favor de las mujeres", reconoce.
‘El Davos de las mujeres’
Natividad lleva reuniendo anualmente a mujeres líderes desde 1990. Y, cuenta, las cosas han cambiado mucho desde que se celebrara la primera cumbre internacional Global Summit of Women en Canadá. “Al principio no teníamos ordenadores, así que teníamos que enviar las invitaciones por correo y llamar a todo el mundo por teléfono”, explica.
Por eso, dice, “solo físicamente, en términos de comunicación global, los cambios han sido tremendos”. Las redes sociales, a fin de cuentas, han revolucionado la manera en que se envían y reciben mensajes. “Los medios para comunicar y unir a las mujeres son tremendos”, matiza.
La tecnología, para el Global Summit of Women, dice Natividad, le ha permitido “unir a las mujeres a través de las fronteras mil veces mejor” que antes. Ahora, insiste, llegan a países en los que nunca pensaron estar. Y destaca la capacidad de enviar su mensaje a las mujeres de Irán, por ejemplo, e “inspirar” a que “aspiren a cosas mayores, más trascendentales, cuando tienen la tecnología de su parte”.
Eso sí, Natividad destaca que “lo más difícil sigue siendo reunir a las mujeres en un solo lugar”. Eso, asegura, “no es fácil”, pues existen lugares que “siguen impidiendo que las mujeres viajen”.
Compartir lo que funciona
"Compartir lo que funciona”. Ese, explica Natividad, es el objetivo principal de la cumbre de las mujeres. Porque, asegura, siempre “ha habido y sigue habiendo muchas reuniones para hablar sobre los problemas”, pero “ya conocemos los problemas y, francamente, son exactamente los mismos en todos los países”.
Sin embargo, nadie ha resuelto la discriminación en el trabajo, ni la desigualdad salarial, ni cómo hacer que las mujeres accedan al emprendimiento con más facilidad. “Nadie ha resuelto los desafíos de la vida laboral a los que se enfrentan las mujeres”, remarca.
Natividad insiste en que “es lo mismo sin importar dónde estés; es solo cuestión de grado y contexto cultural; esa es la única diferencia”. Y teniendo en cuenta esa premisa, se pregunta, qué vamos a hacer. Por eso, la cumbre se centra en encontrar soluciones y casos de éxito de lo que está haciendo un Gobierno o una empresa. Todo para poder replicarlo en otros lugares. Porque, recalca, “no podemos seguir reinventando la rueda”.
No todo es ir hacia delante
“A veces vamos hacia atrás”, lamenta Natividad. Y, explica, eso también se ve en la cumbre que organiza: “Por cada avance, retrocedes unas cuantas veces, pero sigues adelante porque no puedes parar. Si no, no puedes levantarte de la cama”.
Pregunta: ¿Cuál es el retroceso que más le ha marcado en los últimos años?
Respuesta: En mi país, los Estados Unidos, perdimos el derecho a la libertad reproductiva; en este momento, se impugna la acción afirmativa, que fue la sentencia principal de la Corte Suprema que permitió a las mujeres y a las personas racializadas acceder a lo que no estaba disponible para ellos hasta entonces.
Teniendo en cuenta ese duro golpe del Supremo estadounidense a la sentencia Roe vs. Wade que sentaba jurisprudencia, Natividad recuerda que “saber cuáles son las posibles soluciones, con suerte, servirá de inspiración para seguir adelante”. Porque, está claro, “las mujeres no lo tienen fácil en ningún lado”.
Y precisamente por eso su encuentro anual busca generar referentes. Que “puedas mirar a mujeres exitosas y ver que es posible”, aunque ese “camino puede no estar disponible para ti”.