Catedrático del Departamento de Periodismo de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), José Manuel Pérez Tornero (Almería, 1954) fue, entre otros cargos, presidente de RTVE en 2021 y 2022. Ahora, el director de la Cátedra UNESCO en la misma universidad ha sido nombrado responsable del Programa de Cooperación mundial en materia de alfabetización mediática y diálogo intercultural de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura.
“En cierto modo se asemeja a un think-tank”, cuenta en exclusiva a ENCLAVEODS. Y lo explica: “Dinamiza redacciones de textos y documentos, impulsa iniciativas y proyectos, y cuando surge la demanda de algún gobierno para una asesoría concreta puede formar equipos y trabajar con ellos”. Respecto al complejo concepto de alfabetización mediática y diálogo intercultural, explica cómo UNESCO, además de ciencia, cultura y otros apartados, incluye uno específico de información, para garantizar la libertad de expresión y el derecho a la información.
"Se trata de potenciar el empoderamiento de los ciudadanos, su sentido crítico, para saber comportarse en el mundo digital", añade Pérez Tornero. Y continúa: "Pero conforme avanza la complejidad de este mundo, para enfrentarse a las nuevas oportunidades y los nuevos problemas, son clave nuevos temas como la inteligencia artificial y sus consecuencias, las fake news y el lenguaje del odio”.
[UNESCO y Naciones Unidas cumplen 75 años: larga vida al multilateralismo]
La idea del catedrático es “buscar políticas culturales y educativas y también regulatorias que nos ayuden como ciudadanos a elegir y tomar decisiones respecto a los medios”. En concreto, respecto a la creciente preocupación por crear organismos que se encarguen específicamente de la inteligencia artificial señala cómo “en España no existen, y hay muy pocas instituciones en el mundo. En Estados Unidos hay alguna pequeña línea gubernamental sobre el tema, en Europa algunas directivas, muchas discutiéndose aún, en relación con aspectos como la robótica y en España lo que más resalta es la Carta de Derechos digitales, que es genérica”.
Un "punto de inflexión"
“Se trata de un campo crucial”, sentencia el especialista. Porque, dice, "estamos viviendo un punto de inflexión". Pérez Tornero lo explica: "Hasta ahora, en los medios de comunicación la línea editorial y la distribución de contenido estaban en un mismo entorno. Actualmente las redes han fagocitado a los medios, muchas veces los más jóvenes consumen ya el contenido de los medios a través de redes".
Y continúa: "En paralelo, las redes en sí mismas capturan el comportamiento de los usuarios, saben qué hacen en cada momento, qué les gusta y generan contenidos a propósito o los personalizan. Ahí hay mucho trabajo que hacer, desde el punto de vista ético y regulatorio".
Para Pérez Tornero, ya no sirve la concepción clásica de emisor, canal y receptor. “Durante mucho tiempo se ha pensado que bastaba con una recepción crítica de los medios por parte de los ciudadanos. Ahora el sistema es mucho más complejo", explica.
Y pone un ejemplo: "Veamos lo que está pasando ahora con la huelga de guionistas en Estados Unidos, que se quejan de su salario, pero también están muy preocupados por la IA, porque actualmente pueden utilizarse los guiones preexistentes para generar otros que sean un éxito. Son las máquinas las que los pueden generan. Por lo cual la sustitución del guionista puede ser un hecho contra el que se protesta, porque las plataformas tienen una experiencia de usuario de una sofisticación increíble: los temas, los lugares, las imágenes, el ritmo… los medios saben qué te gusta y cómo fabricarlo".
[Estrés, tristeza o ansiedad: este es el efecto de los bulos]
Si esto se lleva al extremo, para el director del programa de UNESCO, "cuando las máquinas absorben los mejores contenidos y no pagan royalties y además sustituyen a estas personas… entonces el bucle está completo". Ese ejemplo, dice, "aplica a todos los ámbitos de la vida, desde el uso personal del móvil a los robots que cada vez más cuidan a las personas mayores".
Pérez Tornero asgeura que "el hecho de que la inteligencia artificial que reconoce emociones va ampliándose" hara que "al final se pueda generar en los seres humanos una dependencia para la que no estamos preparados". Este es, insiste, "un desafío mayúsculo para la humanidad".
Su proyecto desde UNESCO pretende, por tanto, “suscitar la reflexión, cuestionar aquello que se deba cuestionar, promocionar lo que sea necesario… una toma de conciencia”.
Bulos y odio
¿Qué ocurre con el lenguaje de odio y las fake news? Pérez Tornero señala que "preocupa mucho a nivel internacional".
"Sabemos de cierto que ha habido guerras fratricidas en África que han sido promocionadas por emisoras de radio… Todos conocemos la capacidad incendiaria de los medios de comunicación. Pero es que las redes sociales ahora, como han copado tanto el discurso y hacen frases tan cortas y tan tajantes, generan una difusión con mayor impacto que nunca. El lenguaje emocional polarizado tiene mucha mayor rapidez de propagación que antes", cuenta.
Para el experto, esto puede llevar a "una falta de respeto general en las relaciones humanas". Y eso, dice, "puede degenerar en conflictos, incluso violentos". Y remata: "Sin saltarnos la libertad de expresión, podríamos pensar en si es posible o no generar una filosofía de contención del lenguaje del odio, crear fórmulas consensuadas que permitan poner de relieve cuándo el lenguaje pasa a ser agresivo y cuándo puede degenerar en violencia".
Porque, recuerda, "hay una emocionalidad creciente en el lenguaje online; esta situación identitaria luego se traduce en problemas de relación cotidiana".
En este sentido, “hacer este trabajo con una perspectiva internacional es complejo pero necesario. Por ejemplo, en Francia algunos sociólogos hablan de un proceso de descivilización, de ruptura de las normas de cortesía, relación y respeto mutuo, que puede desembocar en enfrentamientos inimaginables hoy en día, aparte de todo lo que puede tener el lenguaje con las desigualdades y la falta de inclusión”.
UNESCO en el mundo
“UNESCO tiene cátedras distribuidas por el mundo y estamos en un proceso de generación de una red”, añade Pérez Tornero. “Por ahora, en un punto incipiente, somos una red de 25-30 cátedras que trabajamos en estos temas, pero la idea es llegar a 100 o 200 centros de investigación de prestigio en los próximos dos o tres años que tengan como objeto debatir estos temas, proponer acciones”.
Al mismo tiempo, el doctor en Ciencias de la Comunicación se encuentra diseñando otra dimensión de actuación. “Una alianza global que incluye a mil entidades en el mundo, no solamente universidades, sino también medios de comunicación, oenegés y movimientos cívicos y sociales con preocupación por estos temas, que están generando una segunda red de activismo".
En la UNESCO, cuenta, "los Estados representados formarán parte de esta línea general de investigación, para trazar una estrategia grande de investigación, ése es el objetivo. La función de UNESCO será dinamizar el trabajo de estas entidades, para generar una línea común que fije cuatro o cinco vectores de actuación potentes para defenderlos y darlos a conocer”.
Coincide en que es una iniciativa ambiciosa, pero necesaria. “En temas como la inteligencia artificial y las redes sociales, la emergencia del problema es tan llamativa y tan contundente que no estamos en el ritmo de los hechos en lo que se refiere a toma de conciencia. Es necesaria cierta ambición", cuenta.
Y añade: "Necesitamos activar una toma de conciencia general. Ya hay evidencias de la temida adicción a las pantallas. Incluso la OMS ha lanzado una alerta, que afecta a adolescentes y a mayores. Las políticas educativas con respecto a esta adicción son inexistentes, y es un tema que hay que encarar".
IA, guerras y control
Hay un eje también común, que es la “explicabilidad de la AI”. Es decir, que estos sistemas, por complejos que sean, puedan en un momento dado "transparentar" sus algoritmos, compartirlos. "Sobre esto hay que trabajar mucho porque ya existen algoritmos autogenerados por la máquina que son de difícil comprensión y acceso", incide.
Y matiza: "No es sólo un problema de transparencia jurídica sino también tecnológica de los algoritmos; se trata un tema clave para que, ahora que está comenzando, no perdamos el control de la inteligencia artificial". Aquí, asegura, "son importantes las reacciones de los gobiernos, pero también las de la sociedad civil. Tenemos que encontrar el modo de que las conclusiones a las que lleguemos sean atractivas para la población”.
Para Pérez Tornero, una vertiente espinosa del tema sería el armamento. “¿Cómo cambia con la inteligencia artificial? ¿Y cómo pueden los parlamentos tener conciencia de sus desarrollos? Los Estados toman decisiones militares, muchas veces polémicas, con intentos de regulación globales. Ahora los drones y las armas gobernadas con inteligencia artificial constituyen una nueva dimensión de la guerra. Necesitamos una toma de conciencia universal para favorecer la paz, para que el avance no sea incontrolable”.
En paralelo, “la otra cuestión es la supervigilancia, la cantidad de cámaras y sensores que nos rodean, todos los datos que capturan de la ciudadanía y que pueden restar autonomía. Necesitamos que los Estados tomen conciencia, que legislen, y que se generen políticas educativas, pero también hay que moverse en la dimensión mediática, en el debate público, la conciencia de que se trata de un fenómeno mundial”, sentencia.
Emergencia de soluciones
La relación impactante del ser humano con la información tuvo varias oleadas, explica el profesor. “La primera fue después de la imprenta, después de que los medios se hicieran en papel". Luego llegó la electrificación, que "dio lugar a los medios de masas, la radio y la televisión, que dura todavía".
Pero internet, la web, a partir del 1989, "provoca un cambio planetario, porque todo el mundo publica". Ahí, asegura, "surge la esperanza de un nuevo mundo de cooperación en los contenidos". Sin embargo, lamenta, "ya hemos constatado que no sería así: los nuevos poderes los tienen ahora las grandes tecnológicas que dominan el mundo". Exite, por tanto, "un oligopolio sobre la información".
En los próximos cinco años, la concentración de poder tecnológico vendrá catalizada por la IA. El auge del teléfono móvil, al que vivimos conectados todo el día, puede convertirse en un instrumento de fragmentación social y de aislamiento individual.
“Esto puede generar problemas sociales y poderes internacionales tan potentes que pueden dar lugar a pérdidas de la democracia. Todo está a la vuelta de la esquina. Ya se han dado voces de alarma, por parte de intelectuales, científicos y empresarios: estamos en un momento clave. La UE está intentado lanzar directivas sobre el tema. La preocupación sobre la formación de dos bloques en torno a la AI es un problema”, recuerda.
Con Estados Unidos en la UNESCO, explica Pérez Tornero, "se abren nuevas oportunidades, que tienen a las redes sociales y a la IA como un eje capital". Por eso, indidca, "deberíamos buscar que no hubiese enfrentamiento sino colaboración". Porque "los debates abiertos a nivel planetario son interesantes, sea quien sea que los impulse. La UNESCO defiende los derechos humanos, el derecho a la información y a la libertad de expresión, así que tiene esa fuerza moral”.
El avance de lo inmersivo y lo metaversiano se ha ralentizado, a la espera de mayor potencia visual, pero la IA se ha disparado. Esto se debe a que “hubo una época en la que todo era programación lógica y simbólica; había que pensar los problemas de forma secuencial, por eso era más lento. Ahora, con los sistemas neuronales y el aprendizaje profundo, estas tecnologías son menos lógicas y más probabilísticas, y producen estándares de crecimiento más rápido".
Por eso, explica, "según aumente la capacidad de procesamiento –y ahí está la computación cuántica también a la vuelta de la esquina–, con estos sistemas aumentará drásticamente la capacidad de aprendizaje".
"ChatGPT ha conseguido entrar en el uso social en tiempo récord. Primer síntoma de una avalancha que viene. No es que las máquinas vayan a poder copiar la inteligencia humana en sentido amplio, pero sus procesos sí que van a ser cada vez más inteligentes", indica.
En opinión de Pérez Tornero, la emergencia es extrema: “La aceleración es mayor que la que se va a producir en el cambio climático. El crecimiento exponencial de la IA y su impacto es más rápido, comparado con el crecimiento del deterioro ambiental del cambio climático".
Una de las dimensiones más importantes para entender el momento en el que estamos, dice, es que "ciertos elementos geológicos y metereológicos pueden ser difíciles de controlar. Pero aquí estamos hablando de algo que es producto de la mente humana, por lo que los cambios a positivo que podemos introducir también pueden ser mucho más rápidos".
Y concluye: "Podemos tener mejores resultados en menos tiempo. Por supuesto que son claves el cambio climático, demográfico y energético… pero la revolución de la IA es una de las dimensiones más importantes del ser humano en los próximos años y eso no debe olvidarse".