“Este libro se tenía que escribir y este era su momento”, comienza explicando de forma clara la periodista especializada y colaboradora de ENCLAVE ODS Ana de Santos. “Si queremos que todo cambie, la sostenibilidad debe democratizarse y no ser solo un discurso corporativo o institucional”.
Huyendo del 'ecopostureo', su nuevo libro Vivir sin Huella (Zenith, 2023), es necesario “para abrir los ojos a la población sobre el impacto que nuestros actos tienen sobre el planeta con gestos diarios y cotidianos como el café de las mañanas o el cóctel del fin de semana, pasando por la película del fin de semana o los hábitos en un entorno laboral y corporativo para entender el mercado de los créditos de carbono o los nuevos empleos verdes”.
Esta guía pretende, explica, “servir de ayuda tanto a entendidos como a noveles y que pueda ser de gran utilidad tanto en un aula escolar, como en un consejo empresarial. No existía un libro en castellano que tratara tan en profundidad la huella. Estamos en pleno renacimiento sostenible, pero no todos tenemos lo tenemos claro”.
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Su objetivo, por lo tanto, es “ayudar a que todos podamos comprender terminología científica como huella ecológica, huella medioambiental, huella hídrica, huella de CO2, huella plástica, GEI, Net Zero, o ciclo de vida de un producto, entre otros… y empoderarnos para que todos nos convirtamos en eco-héroes con nuestras acciones diarias”.
La primera parte del libro, afirma la especialista, “sería más científica y empresarial, y la segunda es una guía con más de 250 ideas para hacer cambios en nuestras vidas. Lo hago con mucha humildad y a través de mi experiencia como periodista especializada. Me dirijo a todos. También me dirijo a los que aún piensan que esto de la sostenibilidad nos quita confort, o que no sirve de nada y a las nuevas generaciones que sufren eco ansiedad. A mi parecer, no debemos afrontar las cosas con complejo de culpa”.
Lo primero que llama la atención al leer 'Vivir sin Huella' es que no existe sólo una huella, sino varias…
Podríamos decir que la huella es como nuestra sombra. Nos acompaña desde que nos levantamos hasta que nos acostamos. Todas las decisiones que tomamos a lo largo del día, aunque sea sin darnos cuenta, están relacionadas directa o indirectamente con ella. Desde la taza de café que desayunamos hasta el vehículo en el que vamos a trabajar, la ropa que llevamos o los libros que leemos. Pero la huella tiene muchas sub-huellas que nos ayudan a encontrar diferentes soluciones para reducirlas. Pero, aunque todas son indicadores de sostenibilidad, no se pueden hacer comparativas de pesos con terrenos, ni las soluciones son las mismas.
¿Por qué se confunden habitualmente?
Existe confusión sobre la huella ecológica y la ambiental. De hecho, muchas veces se encuentran explicadas como si se tratara de lo mismo. A mí me gusta hacer la comparativa de que la huella medioambiental habla de una visión más vertical y la ecológica, más horizontal.
Vertical en cuanto a profundidad, referida a recursos que consumimos y que contaminamos en la Tierra y en la atmósfera (la huella ambiental se mide en toneladas). La visión horizontal da cuenta de la extensión del terreno en el que impactamos (la ecológica, en metros). Dentro de la huella ambiental encontramos la huella de carbono, la huella hídrica y la huella plástica o de residuos.
Puede que hayas escuchado hablar de ella también como 'huella de carbono', lo cual se debe a que, al ser la más famosa, a veces se toma la parte por el todo. Dentro de la huella ecológica encontramos la 'extensión de espacio' marino y terrestre que se necesita para producir todos los recursos y bienes que se consumen, así como la superficie para absorber los desechos que se genera. Se trata de un sumatorio.
Habla usted de pequeños hábitos diarios, que no cuestan apenas esfuerzo, pero tienen un gran impacto si los adoptamos…
La única receta infalible para ponernos a hacer algo es empezar por algún sitio. Probablemente hayas escuchado la regla de las tres erres: reducir, reutilizar y reciclar. Bea Johnson, madre del movimiento Zero Waste (residuo cero) en el ámbito doméstico, las amplió a cinco, incluyendo 'rechazar' al principio del proceso y 'reincorporar' (hacer compost) al final del mismo.
Es decir, primero reduce. Intenta hacer un inventario de qué cosas crees que podrías reducir en casa para hacer disminuir tu huella. Habrá cambios que quieras hacer, nuevos productos que contaminen menos, en lugar de los que siempre usabas por inercia o desconocimiento. Después, reutiliza. Antes de comprar algo, gasta lo que ya tienes.
Por malo que sea para el planeta, ha necesitado sacar unos recursos del planeta para crearse, por lo que lo mejor es darle un ciclo de vida digno, y quizá se pueda usar para otra cosa. Y recicla. Si ves que no tiene más sentido acumularlo, como dice Marie Kondo, con la ropa que no usamos, dale las gracias por el tiempo que habéis pasado juntos y dale la oportunidad de que arranque una nueva etapa a través del reciclaje.
¿Es esta labor fácil?
Yo recomiendo que pongas en práctica las tres erres sin presiones externas, dado que son tus compromisos y tus circunstancias. Tú decides qué quieres cambiar, cuándo y cómo hacerlo. No te sientas menos por estar empezando, pues nadie es el adalid de la sostenibilidad, ni la sostenibilidad es algo de unos pocos que tienen los medios para hacerlo. Siéntete feliz y orgullosa de haber dado el paso a comprometerte y presume de tu lista y de tus cambios. Por pequeños que creas que son, harán que cambien las cosas y se visibilice el mensaje. Cada céntimo que gastamos, cada decisión que tomamos y cada hábito que adoptamos sirven para dibujar el mundo en el que soñamos vivir.
¿Cómo ha sido su caso?
Desde que me embarqué en la aventura de escribir este libro y reducir mi huella, han cambiado por ejemplo los residuos que genero desde mi hogar porque compro menos plástico, no tiro alimentos, los elijo. Una vez te comprometes con la sostenibilidad, te das cuenta de que se puede vivir de otra manera y piensas y actúas de forma diferente. La clave está en avanzar paso a paso.
¿En qué sentido esta publicación puede afectar no sólo a nuestros hábitos caseros sino también a nuestro trabajo y entorno laboral?
Además de ser el color de la esperanza, el verde es el color de un nuevo mercado laboral. En el libro explico el potencial de adaptar las profesiones al nuevo marco sostenible: arquitectos, abogados, ingenieros… La especialización medioambiental se puede integrar en cualquier sector.
Aparecen nuevos empleos que van dirigidos directamente a proteger el medio ambiente y a minimizar el impacto en la salud del planeta, que antes no existían: rehabilitación energética de edificios, construcción de viviendas de bajo consumo, ecodiseño, jardinería vertical, turismo sostenible, etc.
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Además, propone una guía para reducir nuestra huella en las oficinas tradicionales…
En efecto, con ideas como por ejemplo trabajar en documentos compartidos en vez de enviar emails cada vez que hay un pequeño cambio. Así, se pueden ahorrar decenas de envíos. O por ejemplo apostar por la tecnología reacondicionada que apoyan la economía circular y dejar de extraer nuevos materiales.
¿Por qué 'compensar' puede ser una buena estrategia, además de reducir la huella?
Toda actividad genera una huella de carbono, así que, a día de hoy, es imposible vivir sin generar huella. Lo que sí podemos hacer es calcularla y saber cómo reducirla. Y como siguiente paso, compensarla. Es muy importante que el orden sea este. Compensar es equilibrar la balanza de la huella con proyectos medioambientales.
Por ejemplo, contribuyendo a absorber las cantidades de gases contaminantes que liberamos plantando árboles, apostando por la agricultura regenerativa que promueve la biodiversidad, creando un huerto o realizando limpiezas de playas, ríos o montañas para compensar la huella plástica y de residuos que emitimos y que daña el medio ambiente.
¿Qué resaltaría del texto introductorio de Cruz Sánchez De Lara?
Cruz para mí es mentora, inspiración y aprendizaje. Contar con ella como prologuista pareciera ser el broche de oro para este libro que nace como resultado de mi especialización en periodismo ecosostenible. Un camino para el cual la abogada, escritora y activista me brindó la oportunidad.
En el prólogo Cruz me reconoce como pionera y enumera los pasos que con este libro creo para que todos aprendamos en esta transición ecológica. Un camino que tal y como decía Antonio Machado son mis huellas y las que, permíteme el juego de palabras, quiero ayudar a borrar.