Mabel Lozano durante una sesión de fotos en Madrid.

Mabel Lozano durante una sesión de fotos en Madrid. Sergio R. Moreno G3online

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Mabel Lozano sobre su nueva serie, 'PornoXplotación': "La pornografía normaliza las violaciones grupales"

La serie, que se estrenará el 8 de junio en la plataforma gratuita RTVE Play, acerca al espectador a las entrañas del "chiringuito" del porno en España. 

30 mayo, 2023 01:52

"La pornografía ha existido siempre, no es un fenómeno de ahora", afirma la ganadora del Goya al mejor cortometraje en 2018 y 2021, Mabel Lozano (Toledo,1967), al otro lado del teléfono. Y al instante matiza: "Pero la de antes no era como la de ahora; la pornografía antes estaba en una revista, una peli que tú alquilabas en un videoclub…".

Son muchas las generaciones que crecieron intuyendo el porno a través de los puntos blancos y negros de aquel Canal+ codificado de los 90. Entonces, afirma la directora y activista por los derechos de las mujeres, "un chavalín de seis, siete, ocho o nueve años tenía difícil acceder a ese contenido. Hoy en día, en cambio, ese contenido les busca a ellos".

Para alertar de los peligros que supone (y trae consigo) la pornografía, el próximo 8 de junio estrenará su nueva serie, PornoXplotación, producida por Secuoya Studios, en RTVE Play, la plataforma gratuita de Radio Televisión Española.

['Pornoxplotación', la serie documental de Mabel Lozano sobre las víctimas de la industria del porno]

En tres capítulos y a través de las voces de dos intérpretes que dan vida a "dos 'actrices', entre comillas, porno", dos actores porno, el padre de una menor madrileña que se adentró en este sector –y que ahora está en protección de testigos– y de un consumidor, que convive con una adicción al porno, retrata la realidad de esta industria en España.

Una industria que, cuenta, los propios actores porno tildan de "chiringuito". "Nos dijeron que no hay nadie dado de alta en la seguridad social, no hay contratos, no hay ningún tipo de garantías y que mueve mucho dinero del que los actores no ven casi nada", asegura Lozano.

Según el investigador y profesor de la Universitat de les Illes Balears, Lluís Ballester, que sale en la docuserie, en España los menores se introducen en la pornografía con apenas ocho años de una manera orgánica: "Se topan con él", dice Lozano. Todo, debido a la familiaridad con la tecnología móvil. Además, uno de cada cuatro varones se inicia antes de los trece años. Y es que hasta el 75,8% de los hombres menores de 16 años consumen porno de manera habitual. En el caso de las mujeres en esa misma franja de edad, el porcentaje desciende hasta el 35,5%.

Cartel de promoción de la serie.

Cartel de promoción de la serie. Cedida Secuoya Studios

Lozano dice que las cifras tienen su lógica. Los jóvenes, arguye, “son nativos digitales” y, para ellos, “la pornografía está absolutamente accesible a golpe de clic". Solo es necesario responder ‘sí’ cuando las webs preguntan si eres mayor de edad. “El porno nunca había sido tan accesible, tan agresivo… la pornografía mainstream también se llama cocaína digital por algo: es altamente adictiva”, remarca la cineasta.

Y la verdad es que los expertos en la materia insisten en que, como explica Lozano, “con menos exposición que la propia cocaína, la pornografía te engancha”. Además, lo hace en “escalada”. Es decir, “un chaval que empieza con nueve, diez, once años, que llega por casualidad a la pornografía, cada vez va a consumir más y los contenidos van a ser cada vez más salvajes”, asegura Lozano.

De hecho, insiste, “vemos que muchos chavales heterosexuales están consumiendo pornografía gay y no saben por qué les gusta”. La respuesta, en realidad, están en lo que explica el actor porno homosexual que aparece en su serie: el porno gay es muy violento.

El problema está, indica Lozano, en que “hoy en día tú tienes el control para que tus hijos menores accedan o no a estos contenidos dentro de tu hogar, pero nuestros hijos no viven en una burbuja”. Y añade: “Son chavales del siglo XXI, nativos digitales que cuando salen de su casa van a querer ver los mismos contenidos que sus amigos. Porque además todos tienen un pequeño cine porno en el bolsillo, que es un móvil, y a golpe de clic entran”.

Las manadas

Cada vez es más común ver titulares de ‘manadas’ de jóvenes –incluso niños– que violan a menores, a niñas, en grupo. En esa lucha, dice Lozano, hay quién dice que las manadas no tienen nada que ver con la pornografía. La directora discrepa: “Es muy fácil de analizar, tiene que ver todo, porque dónde y por qué quiere un chaval de 12 años participar en una violación grupal, dónde lo ha visto, dónde lo ha aprendido”.

Imagen de la nueva serie de Mabel Lozano, 'PornoXplotación', en la que se recrea una escena de violación en grupo de una película porno.

Imagen de la nueva serie de Mabel Lozano, 'PornoXplotación', en la que se recrea una escena de violación en grupo de una película porno. Cedida Secuoya Studios

Lozano, que además da charlas y conferencias sobre explotación sexual, prostitución y pornografía en institutos, reconoce que hace esa pregunta –de dónde sacan los menores esas conductas sexuales violentas– y la respuesta de los chavales es siempre la misma: “Todos dicen 'en la pornografía’". Porque, indica, “esta normaliza esa conducta, porque lo que necesita la pornografía es normalizar todo, incluso las violaciones grupales”.

“Hay muchos detractores que dicen 'hombre, también vemos a Superman que se tira por la ventana y los chavales no lo hacen'. Pero los chavales ven que eso es ficción. La pornografía, sin embargo, lo que trata es de normalizar todo para que los críos lo encuentren una cosa cotidiana”, insiste. Porque, de hecho, pregunta “por qué los chavales, una vez que violan a unas niñas, son tan idiotas que además, al más puro estilo del porno, lo quieren grabar y compartir”. La respuesta, dice, está “más clara que el agua”.

Los niños, con su cerebro de niños, “están viendo estas actitudes” y normalizándolas. Lozano recuerda que “uno de los vídeos más vistos de internet es una violación grupal con más de 300 millones de visitas”. Estas películas están, además, rodadas como cualquier otro vídeo, y por eso los niños las “quieren ritualizar y reproducir, porque además les mola esa conexión de grupo, la cohesión de grupo, la impunidad”.

E insiste: “Solo tienes que ver que, al más puro estilo de la pornografía, su hazaña no termina en la violación de esa chica, sino cuando además lo graban y lo suben a las redes, igual que se hace en la pornografía”. Y es que estos menores, a fin de cuentas, están, desde pequeños, "normalizando una violencia brutal" que luego se reproduce en la vida real.

Falta educación sexual

El problema está, para Lozano, en la falta de educación de los menores en un mundo hiperdigitalizado en el que cualquier contenido está a su alcance. "La pornografía viene a copar unos lugares donde no hay educación sexual, porque no se habla de educación afectivo-sexual en los hogares españoles”, lamenta.

[Educación sexual, la eterna asignatura pendiente en España: ¿es un peligro o una necesidad para los niños?]

Y asegura que, de la misma manera de que en su “época” no se hablaba de sexo y se decía que los niños venían en una cigüeña de París, hoy, como le han contado varios chavales en un instituto, “los padres ponen una semillita en el ombligo a su mamá”. Y ¿qué hace la pornografía? “Viene a copar unas estructuras mentales con las que no se ha trabajado, con las que no se ha creado un pensamiento crítico, porque nadie habla con sus hijos e hijas de estos tema, ni cuando ellos lo demandan”.

Su consejo, como activista, cineasta y madre, es que los padres busquen “espacios” para abordar la trata, la prostitución y la pornografía con sus hijos e hijas. Por ejemplo, cuando empiezan a salir con sus amigos o cuando empiezan a usar el móvil de manera independiente.