Katharine Wright. Probablemente no le suene este nombre. Y no es de extrañar. Fueron sus hermanos Wilbur y Orville —también conocidos como los hermanos Wright— quienes pasaron a la historia, mientras que su nombre se obvió en los libros. Sin embargo, tal y como señala el Instituto Smithsoniano, Katharine desempeñó un importante papel en la temprana industria aeronáutica de los Estados Unidos.
La hermana menor de Wilbur y Orville, los considerados padres de la aviación e inventores de la primera aeronave propulsada más pesada que el aire, fue una representante fundamental dentro de la Wright Company. Tenía un carácter fuerte y ofrecía un apoyo inquebrantable y consejos a sus hermanos.
“Durante sus experimentos y viajes, manejó las comunicaciones, la escritura y apoyó sus operaciones de vuelo de prueba. En 1909, acompañó a sus hermanos a Europa para conseguir financiación y promover las ventas”, cuenta de ella el Instituto Smithsoniano. Pronto, los tres se convirtieron en celebridades en Europa, donde fue galardonada con la Legión de Honor, la máxima distinción al mérito en Francia.
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Casi un siglo después de su muerte, la industria de la aviación es fundamental en el mundo. Y, sin embargo, las mujeres siguen teniendo una presencia pequeña en comparación a los hombres. Tal y como denuncian desde la Asociación Internacional de Mujeres de la Aviación, es una de las industrias con uno de los “equilibrios de género más pobres en una amplia gama de industrias”.
Y, como confirma María Bello, directora de Desarrollo de Personas en Iberia, “es una industria mayoritariamente masculinizada”.
Esto es especialmente palpable cuando llegamos al nivel directivo. Según la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA), que representa a 290 aerolíneas, la cantidad de mujeres en puestos ejecutivos de nivel C —esto es, consejeras delegadas y directoras generales— dentro de esta industria es sólo del 3%.
Para paliar este desequilibrio, en muchos casos, son las propias empresas las que han decidido establecer políticas para aumentar la diversidad de género. En el caso de Iberia —y del grupo IAG—, explica Bello, el objetivo es alcanzar el 40%. “Tenemos que tener más representatividad en esos puestos, ya que es una representación de la sociedad”, afirma la directiva.
Para llegar a este objetivo, sin embargo, señalan desde la Asociación Internacional de Mujeres de la Aviación, muchas veces faltan modelos femeninos a seguir. Aquí, el coaching y la tutoría son herramientas fundamentales. Porque tener un modelo a seguir no sólo significa sentirte identificada, sino que también sirve para saber que es posible llegar alto.
Por ello, el programa #ChicasImparables —impulsado por la periodista Gloria Lomana, presidenta de 50&50— quiso llevar a 33 chicas de entre 16 y 20 años a La Muñoza, las instalaciones de Iberia en Madrid. Ahí, durante una jornada de cinco horas, las jóvenes pudieron conocer de primera mano el trabajo de varias directivas de Iberia, con las que ENCLAVE ODS pudo charlar.
Beatriz Urdiales, piloto
Beatriz Urdiales decidió ser piloto “sin saber muy bien por qué”. Desde pequeña, miraba el atlas y anhelaba viajar a todos esos sitios que aparecían en el mapa. Ser piloto, por tanto, fue un paso natural. Los comienzos, sin embargo, no fueron sencillos.
Al principio, intentó entrar al ejército, pero en aquella época las instalaciones no estaban preparadas para acoger mujeres y así se lo hicieron saber en una carta. Al final, consiguió hacerse piloto por libre.
En su ámbito, el de los pilotos, es quizás uno de los trabajos con mayor diferencia de género del mundo. Según Statista, en 2021, el país con más mujeres piloto es India con un 12,14% sobre el total. Por detrás, Irlanda (9,9%) y Sudáfrica (9,8%) completaron el podio. En el caso de España, explica Bello, está en alrededor de un 6,6%.
¿Ha encontrado algún obstáculo por ser mujer?
No he encontrado ningún problema. Creo que siempre se valora más a la persona por lo que hace y por cómo trabaja que por ser mujer.
¿Qué le diría a una niña que quisiera ser piloto?
Que se vaya preparando todo lo que le pueden pedir para ingresar en algún sitio: su inglés, sus matemáticas… Pero sobre todo, que lo intente, porque es una vida muy bonita. Cada día gestionas algo diferente. Llegar no es fácil, pero si tienes un objetivo, lo consigues.
En su caso, le ha llevado a ser comandante de vuelo en Iberia desde 2015 y también ocupó el puesto de jefa de día, esto es, la persona responsable de la operación diaria de la compañía. Y, según afirma, aunque no lo parezca a primera vista, su trabajo permite conciliar familiarmente.
“Trabajando como piloto, no tienes una rutina. Llevo un bikini y un plumas en el maletero del coche siempre”, señala. Pero, indica que cuando volaba a América, el máximo de horas al mes es de 90 horas de vuelo, por lo que sólo no veía a sus hijos cuatro días al mes. Muchos días, cuenta, dejaba por la mañana a sus hijos en el colegio y ya al día siguiente iba a recogerlos.
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Natalia Martínez, directora de aviones
Natalia Martínez está en uno de esos puestos que está casi dominado por hombres. Ella es directora de Mantenimiento de Aviones en Iberia y cuenta que, de las mil personas que componen el equipo, casi el 98% de la plantilla son hombres. “Tenemos muy pocas mecánicas, se pueden contar con los dedos de una mano, aunque a nivel de gestión y de ingeniería sí que somos más”, señala.
¿Cuál ha sido su experiencia? ¿Ha encontrado barreras?
Yo personalmente nunca me he encontrado con barreras. Al revés. Pero nos cuesta mucho encontrar mujeres que quieran acceder a este mundo, sobre todo en la parte de la mano de obra directa, es decir, mecánicas.
¿Cuál es la razón?
Quizás sea un tema de referencias. Si en tu entorno tienes referentes, lo ves como algo normal. Estas actividades [la visita de Chicas Imparables] son muy positivas para que vean que no tenemos límites y que no tenemos por qué ponérnoslos. Desde mi experiencia personal y la de mis compañeras, el entorno es amigable. No te sientes ni más ni menos. Eres una más. No por ser mujer, te miran diferente.
Me encantaría que hubiera más mujeres en todas las capas, sobre todo en la mano de obra directa. Creo que la diversidad aporta valor al equipo. Y cada vez tenemos que hacer más por promocionarlo.
Eylo González, directora de motores
Eylo González es la directora del taller de Motores de Iberia, el único taller del grupo IAG y centro tecnológico puntero donde se reparan motores de todos las aerolíneas de los cinco continentes. Al igual que Martínez, dirige un departamento predominantemente de hombres. Sin embargo, señala, no ha encontrado ningún problema por ser mujer.
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“Nos aceptan perfectamente”, concluye González. Y es que en el taller de motores, toda la cadena de mando son mujeres. “Eso es una maravilla porque siempre puedes tener miedo cuando empiezas a trabajar”. De hecho, explica, hace poco preguntó a una de las nuevas mecánicas si había tenido alguna dificultad y le respondió ‘¿por qué me lo preguntas?’. Para González, “esa es la mejor señal de que no nos tratan de manera distinta”.
¿Qué le diría a una chica que quiera llegar a donde está usted?
Que puede. Yo creo que muchas veces la falta de referentes juega un papel, porque si la niña quiere, llega de sobra.