La española que codiseña la resonancia magnética accesible finlandesa: revolucionará la medicina
Erika Renedo Illarregi es investigadora de postdoctorado en la Universidad de Aalto (Finlandia), donde trabaja en el diseño de una máquina portátil.
26 febrero, 2023 03:25El pasado septiembre, Erika Renedo Illarregi se mudó a Espoo, una ciudad costera del sur de Finlandia de poco menos de 300.000 habitantes. Allí se unió al equipo de la Universidad de Aalto. Su misión en esta nueva aventura es clara: codiseña una máquina de resonancia magnética (MRI) accesible.
Pero, ¿qué es eso de resonancia accesible? Renedo explica que, a nivel tecnológico, la máquina es como las que todo el mundo reconoce en un hospital. Sin embargo, posee una peculiaridad: su campo magnético es muy reducido. Esto se traduce en esa “accesibilidad” de la que habla: “La tendencia hasta ahora era tener más y más potencia en el sistema magnético para ver con más fidelidad la anatomía de la persona por dentro, pero las MRI que se utilizan en los hospitales necesitan muchos medios de seguridad, de energía, etc.”, cuenta.
Y matiza: “Con un campo magnético más bajo puedes crear otro tipo de imagen que para algunas aplicaciones puede ser muy beneficioso”. Renedo, diseñadora industrial de carrera, asegura que ahí es donde entra en juego la accesibilidad “en términos de coste, de que las operaciones necesarias o la infraestructura que necesitas para crear una imagen con esta tecnología no tiene nada que ver”.
[La primera máquina de resonancia magnética completamente portátil]
La idea es que, con su revolucionario diseño, no sea necesario pasar por ese ritual del hospital en el que tienes que deshacerte de cualquier complemento metálico antes de entrar en el escáner MRI. “El metal no se calienta y, por ejemplo, puedes utilizarlo a baja potencia para hacer operaciones”, asegura.
Renedo explica que su rol dentro del equipo de investigación es realizar “el diseño conceptual de la tecnología y entender en qué contextos podría utilizarse para ayudar al equipo técnico a direccionar sus esfuerzos en crear la tecnología”. Porque, cuenta, “se pueden realizar todo tipo de aplicaciones”.
Aplicaciones de este MRI
Ahora mismo, cuenta Renedo, la tecnología que están desarrollando en Finlandia es un lienzo en blanco. “Estamos en una fase de exploración”, insiste, aunque argumenta que está claro que el proyecto es viable, pues en Estados Unidos se han hecho desarrollos similares.
Por el momento, la investigación en la que participada ha conseguido obtener una imagen, tras meses de enfrentarse “a mil problemas cada semana”. Aunque, recuerda, “el desarrollo funciona un poco así”. Aunque no puede asegurar cuándo tendrán la máquina lista, Renedo tiene las esperanzas puestas en la primavera cuando, prevé, conseguirá una imagen con la que poder trabajar.
Porque, asegura, las posibles aplicaciones ya existen y no ven el momento de poder dar soluciones reales. En Europa, indica, las unidades de ictus móviles que recomienda la Organización Europea de Ictus son su inspiración: “Hasta ahora se usa otro tipo de escáner, el 'ct', que es más como una radiografía y tiene radioactividad”, dice.
Y explica: “Para tratar el ictus, el escáner de resonancia magnética tiene unos beneficios mayores: la tecnología pesará menos, los costes son más bajos, si lo tienes en una ambulancia, no necesitas todo el ‘kit’ para proteger de la radiación a los sanitarios”.
Renedo insiste en que “toda la realidad se transforma cuando cambias una tecnología”. Su trabajo consiste, en definitiva, en intentar entender todas esas realidades y cómo se verían afectadas por el MRI accesible en el que trabajan desde la universidad finlandesa.
Otro ejemplo de aplicación estaría en las unidades de pediatría. “Se ha visto que la radioactividad de las radiografías, que en adultos no supone un riesgo, en los niños sí. Y esta tecnología que estamos desarrollando nos evitaría ese riesgo”, afirma esta española.
Codiseño, la clave de la investigación
Para Renedo, la clave de su investigación es que “las personas que vayan a utilizar o se vayan a beneficiar del producto, en este caso la máquina de resonancia magnética, participen en el proceso desde el principio”. Para ella, ya antes de que la tecnología esté completamente desarrollada debe haber participación, porque, explica, “cuando una tecnología ya funciona va todo muy rápido y a veces se desarrolla, se implementa y luego vienen los problemas”.
Por eso, ella ha insistido en que los médicos que vayan a poner en práctica su escáner participen en el proceso de codiseño para “intentar prevenir esos problemas y entender los contextos en los que introduces una innovación antes de introducirla”.
¿Qué es el codiseño?
Cuando se le pregunta a Renedo sobre la disciplina en la que es experta es rotunda: “He hecho un doctorado sobre ello y no te sé contestar”, bromea. Pero poco después define el codiseño de manera sencilla: “Se trata del proceso en el que se diseña algo, lo que sea, en colaboración con los posibles usuarios de esa tecnología, servicio o producto”.
Algo que de lo básico que es, históricamente ha quedado olvidado. “Antes, como mucho, se hacían test, pero no se incluía al futuro usuario en el proceso de desarrollo”, explica. E insiste: “Era un yo me he creado algo y luego voy a los usuarios y lo testeo, pero no es lo mismo que empezar desde cero con esas personas y crear este servicio o este producto juntos”.
Para Renedo, el codiseño, ese incluir las voces de los usuarios desde el principio, se resume en un concepto: “Democratizar el diseño”. Porque con esta metodología, asegura, “cualquier cosa que diseñes va a tener un impacto grande en la sociedad, si se implementa”.
Codiseñar terapias de salud mental
Pero este no es el primer proyecto de estas características en el que participa Renedo. Antes de mudarse a Finlandia, vivió en Londres, y allí incluso creó su propia empresa sin ánimo de lucro para desarrollar técnicas de codiseño destinadas a la salud mental.
“Hace muchos años hice un máster de Diseño Industrial en Londres e hice unos productos cuya función era terapéutica. Para testearlos fui a una organización de salud mental y estando allí me pregunté cómo sería si en vez de llevarse un objeto para testearlo, fuese allí y empezase a diseñar lo que sea ellos que quisieran diseñar”. Y así fue como empezó todo.
Abrió su propia empresa y organizó talleres de codiseño con personas con problemas de salud mental. “Ahí me empecé a dar cuenta de que el proceso mismo de codiseño empodera a las personas”, continúa. Porque, indica, “las personas usaban sus propias experiencias en el diseño: si tú tienes depresión o tienes lo que sea que tengas, tienes una comprensión de tu situación, pero también de las causas que puedan haber contribuido, etcétera”.
Al final, concluye, se trata de “usar el codiseño para que esas experiencias tengan un fruto con el que estás ayudando a los demás”. Y sentencia: “Eso empodera”.