La exregatista y emprendedora social británica Ellen MacArthur (1978) ha sido galardonada con el premio Princesa de Asturias de Cooperación Internacional 2022 por “ser un referente en la lucha para una mejor utilización de los recursos naturales y por acelerar la transición hacia la llamada economía circular”, según ha hecho público el jurado encargado de otorgar el galardón.
Según ha destacado el jurado, mediante su fundación, MacArthur trabaja para “cambiar el actual paradigma de producción y consumo mediante un aprovechamiento de los recursos basados en la reducción, la reutilización y el reciclaje de materiales sostenibles”.
Además, “su capacidad de promover alianzas con gobiernos, empresas, instituciones científicas y sociedad civil ha contribuido a forjar el primer gran acuerdo internacional que será jurídicamente vinculante contra la contaminación por plásticos”.
Una mujer récord
Con tan sólo 4 años, MacArthur tuvo la oportunidad de navegar por primera vez y quedó tan fascinada que a partir de ese viaje, dar la vuelta al mundo en barco se convirtió en su sueño. Hizo todo lo que pudo para lograrlo. “Con diez años, ahorraba en mi cena escolar y durante ocho años comí puré y judías”, contó en una charla TED hace unos años.
Al final, fue capaz de comprar un pequeño bote y con sólo 17 años decidió dejar el colegio y empezar su aprendizaje en la navegación. Y a los 24 acabó cumpliendo su sueño. Un año después, quiso ir aún más allá: se propuso ser la persona que más rápido pudiera dar la vuelta al mundo en solitario, algo que consiguió en 2005.
Precisamente en ese viaje, mientras preparaba los suministros para los tres meses que iba a pasar en la embarcación, se dio cuenta de que la economía mundial era lineal. “Ninguna experiencia en mi vida podría haberme dado una mejor comprensión de la definición de la palabra finito”, señaló en la charla.
Cuando regresó, comenzó un nuevo viaje de aprendizaje para comprender cómo funciona nuestra economía. Ahí se dio cuenta de que las soluciones a nuestros mayores problemas no solo se encuentran en la forma en que generamos energía, sino también en la forma en que usamos los materiales.
Así, cinco años después, en 2010, decidió crear la Fundación que lleva su nombre para cambiar los hábitos de producción y consumo de la economía mundial y acelerar la transición hacia la llamada economía circular.
Una obsesión: la circularidad
La economía circular, según describe la propia Fundación Ellen MacArthur, se basa en tres principios: eliminar los desechos y la contaminación; hacer circulares los productos y materiales; y regenerar la naturaleza. Todo ello sustentado en una transición hacia energías y materiales renovables. En definitiva, una economía circular desvincula la actividad económica del consumo de recursos finitos.
En cambio, en nuestra economía actual, tomamos materiales de la Tierra, fabricamos productos a partir de ellos y, finalmente, los desechamos como desechos: el proceso es lineal.
Bajo esta premisa, la Fundación se ha convertido en todo un referente en la lucha por una mejor utilización de los recursos finitos del planeta. Sus ámbitos principales de actuación son cuatro: alimentación, plástico, moda y la lucha contra el cambio climático.
Ha impulsado diversas iniciativas y proyectos como el proyecto Mainstream, en colaboración con el Fondo Económico Mundial; la iniciativa de Nueva Economía del Plástico, que persigue la reducción del uso de este material; o, la campaña Make Fashion Circular junto a la diseñadora Stella McCartney. También ofrece recursos informativos y plataformas educativas como Circulytics, además de publicar anualmente diversos informes y programas de forma completamente gratuita.
En 2020, su Fundación lanzó junto con WWF una campaña para solicitar a los líderes mundiales que firmaran un gran acuerdo para reducir el uso de los plásticos. Surtió efecto. Un mes después, los representantes de 75 países participantes de la Asamblea de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, celebrada en Nairobi (Kenia) acordaron crear el primer tratado vinculante contra la contaminación del plástico.
Por su carrera deportiva y su posterior trabajo en concienciación medioambiental, MacArthur ha recibido numerosas distinciones como ser Dama Comendadora de la Orden del Imperio Británico (2005) o Dama de la Legión de Honor Francesa (2008).
Ahora recibe el Premio Princesa de Asturias, que MacArthur considera un "gran honor". Y señala que “ante retos globales como el cambio climático y la pérdida de biodiversidad, el trabajo de la Fundación Ellen MacArthur para acelerar la transición hacia una economía circular regenerativa, en el que eliminamos los desechos y la contaminación, circulamos productos y materiales, y regeneramos la naturaleza, nunca ha sido más vital".