Rafael Puyol (Gijón, 1945) es probablemente el demógrafo más importante de nuestro país. Doctor en Geografía, presidente UNIR y del Consejo de Dirección de la Universidad IE de Segovia y vicepresidente de la Fundación Instituto de Empresa, este asturiano fue rector de la Universidad Complutense de Madrid entre 1995 y 2003.
En este encuentro comparte con ENCLAVE ODS su sabiduría acerca del impacto de la pandemia en la demografía, la relación entre la superlongevidad y las zonas azules, y reivindica que estamos equivocados en cómo analizamos el simple hecho de cumplir años.
Cuando la gente le pregunta a qué se dedica y usted dice "a la demografía", ¿cómo reaccionan?
Inmediatamente exclaman: qué interesante, qué disciplina tan importante para el futuro.
¿Y eso fue así siempre?
Creo que ha habido un cambio muy fuerte y que hoy en día la demografía es considerada como una de las grandes disciplinas del siglo XXI. Así como la economía había sido la gran ciencia social del siglo XX, la demografía sería la del siglo XXI. Si no es así, por lo menos sí que podemos decir que los temas que tocamos tienen una importancia muy significativa y un gran atractivo ahora.
"Hoy la población del mundo no crece como se pensaba que iba a crecer"
¿A qué se ha debido ese cambio?
La demografía es una ciencia relativamente joven y quizá por eso no ha tenido tiempo de desarrollar un corpus teórico y suficientes modelos para alcanzar la notoriedad que tenían otras disciplinas más antiguas. Sin embargo, se ha convertido desde hace tiempo en una ciencia social imprescindible porque muchos de los grandes retos que tiene en este momento la humanidad son de naturaleza demográfica.
¿Cuáles son esos retos para usted?
En nuestras sociedades nos enfrentamos a una caída muy fuerte de la natalidad que, lógicamente, va a repercutir en una escasez de jóvenes en el futuro inmediato con todo lo que eso supone para cualquier sociedad. Junto al cambio climático, la igualdad, la erradicación de la pobreza, la crisis energética o de recursos en general, incluidos los alimenticios, estos son grandes problemas demográficos.
¿La demografía ha avanzado tanto en los diez últimos años?
Sí, por dos razones. Por un lado está la ampliación de la base informativa: con el paso del tiempo cada día tenemos más y mejores datos. Hay que tener en cuenta que los datos de algunos países del mundo han tardado en llegar. Y, por otro lado, se ha desarrollado un arsenal tecnológico para manejar de una manera correcta esos datos y tener una información agregada en poco tiempo.
"Analizar la población del mundo como un conjunto comienza dejar de tener sentido"
Por poner un ejemplo: cuando se hacían las proyecciones futuras de población en los años 50 o 60, se hacían con un margen de error de cierta importancia. Ahora, partimos de datos mejores y tenemos técnicas más sofisticadas, lo cual produce resultados que estamos empezando a comprobar que se acercan mucho a las predicciones.
Antes se hablaba de superpoblación a nivel mundial y de la conquista de otros planetas, ahora ¿es verdad eso de que la sociedad está dejando de crecer?
El horizonte de estancamiento teórico de la población se sitúa seguramente en la segunda mitad del siglo, más cerca del final que de la mitad. Pero, no obstante, lo que sí se ha producido es una desaceleración del crecimiento.
Hoy la población del mundo no crece como se pensaba que iba a crecer. Hay una serie de factores que lo ha provocado, pero esa disminución de la natalidad de la que hablaba no se está produciendo sólo en los países desarrollados, sino que empezamos a verla en todos los países del mundo, incluso en el África Subsahariana.
En algunos países aún va a crecer mucho, pero incluso en ellos observamos una ligera caída de la misma. Por tanto, seguiremos creciendo y, en algunas partes del mundo, seguiremos creciendo fuerte, pero no ya al ritmo previsto inicialmente, y sobre todo llegados a este punto conviene hacer una aclaración: analizar la población del mundo como un conjunto comienza dejar de tener sentido.
"El envejecimiento es una conquista social: que más gente viva más años y en condiciones mejores es un éxito"
¿Y cómo debería hacerse?
Nuestro mundo es de contrastes, también en el ámbito demográfico. Hay uno desarrollado, con esas características –baja natalidad, inmigración y fuerte envejecimiento– y hay, por el contrario, escenarios en el mundo en desarrollo que presentan características distintas: natalidades altas aunque en disminución, juventud de la población, con más del 40% de personas con menos de 15 años, y la emigración como única salida para una población que no puede vivir en el lugar de nacimiento.
Muchas veces confundimos, dice usted, envejecimiento con longevidad.
Sí, y no son la misma cosa. El envejecimiento es un concepto relativo. Es el porcentaje de población de una determinada edad en el conjunto de esa población. Hablamos de población envejecida cuando más del 10% de la población tiene 65 años o más.
En cambio, la longevidad es un concepto absoluto: es la edad que cumplen las personas que, hoy por hoy, tiene un límite pero que seguramente se irá rebasando en el futuro.
Yo suelo decir que el envejecimiento es una conquista social: que más gente viva más años y en condiciones mejores hay que considerarlo como un éxito. ¡Una conquista social!
El envejecimiento es una especie de rejuvenecimiento porque hay más personas que viven durante más tiempo en buenas condiciones.
Usted habla de desafíos, pero también de oportunidades del envejecimiento.
Desafíos los relacionados con la sanidad, que representa un reto. En el ámbito de las pensiones, que haya más gente jubilada que además cobre una pensión durante más años representa un desafío para los sistemas de seguridad social, y para los que se refieren a la dependencia.
Ahora bien, el envejecimiento y la longevidad tienen algunas oportunidades muy claras, por ejemplo todo lo que se llama la silver economy, que ahora está tan de moda.
¿Qué es la silver economy?
La abundancia de personas mayores –y en muchos casos con cierta capacidad adquisitiva como consecuencia del ahorro que han podido producir a lo largo de su vida– está creando una serie de actividades, servicios y productos muy relacionados con esa población mayor, en el ámbito del automóvil, en el ámbito de las nuevas tecnologías, en el ocio, en las zonas residenciales…
Para usted, como queda claro en sus recientes informes, las políticas deberían incentivar que los mayores trabajen.
Nuestras sociedades ya tienen niveles de envejecimiento fuertes y un buen número de longevos. Deberíamos plantearnos conseguir que esta gente se mantuviese activa durante más tiempo, porque las condiciones físicas y mentales de los sénior son hoy día espléndidas en muchos casos.
Tanto como para no salir tan pronto del mercado de trabajo como a veces observamos que ocurre en países como el nuestro, en el que las prejubilaciones o las jubilaciones anticipadas son tan frecuentes.
"Las condiciones físicas y mentales de los sénior son actualmente espléndidas, tanto como para no salir tan pronto del mercado de trabajo"
¿Qué sentido tiene que una persona que tiene una esperanza media de vida de más de ochenta años se le acabe jubilando a los cincuenta y pocos, en plena capacidad física y mental?
Ese es un lujo que no nos podemos permitir y, por lo tanto, tenemos ahí un desafío muy importante: que el aumento de los sénior debido al envejecimiento demográfico, que crea una población activa potencial, se pueda traducir en una población activa real con las políticas adecuadas.
¿La jubilación no debe ser obligatoria?
Con demasiada frecuencia confundimos, hablando de la jubilación, que efectivamente es un derecho pero que no debería ser tanto una obligación. Aquellas personas que hayan podido llegar a la edad de jubilación, si se encuentran en buenas condiciones físicas y mentales y quieren seguir trabajando, no debería de haber ninguna ley que lo prohibiera.
Entonces, ¿le parece que la jubilación anticipada es aún peor?
Es un despilfarro de talento de tal magnitud que yo creo que las sociedades occidentales en general, y en concreto la española, no podemos permitírnoslo. En informes recientes lo que estamos observando es el aumento de los sénior por cuenta propia, en el mundo del emprendimiento, por ejemplo.
"La jubilación anticipada es un despilfarro de talento de tal magnitud que no podemos permitírnoslo"
Entre la población mayor de 55 años, hay casi un millón de emprendedores en España. Y en el segmento 65-69, por cada trabajador por cuenta ajena hay un emprendedor.
¿Y en qué actividades emprenden?
En actividades múltiples, casi todas vinculadas con los servicios, muchos con actividades que venían desarrollando con anterioridad en el mundo empresarial. La empresa prescinde de estas personas, que se encuentran con plenas capacidades para seguir trabajando, y entonces realizan pequeñas actividades no muy grandes, crean pequeñas empresas muchas veces vinculadas a su actividad anterior.
¿Y les va bien?
La capacidad de éxito de esa gente emprendedora mayor es más alta que la de los jóvenes. Convierten una idea en una realidad con mayor intensidad y acierto que los jóvenes.
En ellos convergen una serie de condiciones, que son los conocimientos acumulados a lo largo de una vida, la experiencia y que tienen mayor capacidad relacional. Se saben relacionar con más facilidad con los ámbitos que les pueden ayudar a desarrollar sus iniciativas, por ejemplo el sector financiero.
Y en relación a Europa, ¿es similar este porcentaje?
Con los países nórdicos o centroeuropa, nuestra vida laboral es más corta. No tenemos tantos, pero están corrigiéndose tímidamente estas diferencias, el número de trabajadores mayores de 55 en el mercado laboral español está creciendo, e incorporando a más mujeres.
En términos relativos, los crecimientos mayores tienen lugar en las comunidades más envejecidas.
"La capacidad de éxito de esa gente emprendedora mayor es más alta que la de los jóvenes"
Y la pandemia, ¿cómo nos ha afectado en términos demográficos?
En primer lugar, con un aumento de la mortalidad y una disminución de la esperanza de vida. Al morirse un buen número de personas de más de 70 años, se ha reducido ligeramente la esperanza de vida de la población. En este sentido son mejores los datos del INE que los del Ministerio de Sanidad, que reflejan más la realidad.
En segundo lugar, con una disminución de la natalidad, que se ha traducido en un 20% por el momento. Y en último lugar, en una disminución de las migraciones, tanto de las regulares como de las irregulares.
¿Tendrá mayores efectos a medio plazo?
En mi opinión, yo creo que es una situación temporal, que no se va a prolongar demasiado y que la hemos vivido hasta los primeros meses de 2022, pero que podrá corregirse en el futuro inmediato, en la mortalidad ya se está corrigiendo y a partir del próximo años es muy probable que la natalidad vuelva a los ratios anteriores, además de que las migraciones ya se estás recuperando.
¿Entonces es una crisis más leve que las anteriores?
Digamos que sus efectos en términos demográficos no tiene nada que ver con crisis anteriores.
Usted habla de zonas azules en el mundo, que son más longevas y felices.
Existen lugares en el planeta donde determinadas circunstancias de naturaleza demográfica deparan sociedades más felices. Las zonas azules son zonas de especial concentración de personas mayores, muchas de más de 65 años, y de más de 80 y de 100. Existen en distintas partes del planeta y son debidas a factores como la alimentación, la actividad, las pautas sociales, etc., lugares en los que la gente se siente más feliz con la vida que lleva.
"La covid, al afectar a un buen número de personas de más de 70 años, ha reducido ligeramente la esperanza de vida de la población"
¿Y tienen algo en común?
Hay factores demográficos que influyen, de naturaleza económica, social y cultural, sobre la felicidad de la gente. Yo digo que la demografía contribuye a la felicidad de alguna manera, por eso mismo.
¿Cuáles son estas claves que debemos aplicar?
Hay algunas circunstancias que permiten envejecer de manera mejor y siempre resultan de la combinación de factores sanitarios –como la medicina preventiva e incluso predictiva–, laborales –como una mayor y más satisfactoria ocupación– y socioculturales –tiempo cubierto con satisfacción–.
¿Qué son los supercentenarios?
Aquellos que tienen más de 110 años, con una focalización significativa en Japón, donde hay el mayor número. El récord es de una señora que vivió 122 años, 5 meses y diez días. Esta señora venía de familia longeva, sus padres y abuelos también habían tenido esperanzas de vida muy altas.
¿Y por qué en Japón?
Dos o tres factores están en la base de esa mayor longevidad, en mi parecer: una alimentación con mucho pescado, muy sana; ser uno de los países donde la gente se retira más tarde de la actividad laboral y con pocas vacaciones anuales; y que son personas de, digamos, arraigadas costumbres comunitarias, y esa vida en común constituye un factor claro de longevidad.
Ellos han hecho un estudio, las personas que ahora tienen 70 años equivalen a las que tenían 60 años hace 15 años. Por eso se suele decir que le hemos ganado 10 años a la vida en los últimos 15.
"Existen lugares en el planeta donde determinadas circunstancias de naturaleza demográfica deparan sociedades más felices"
¿El concepto de edad cronológica tendríamos que ir erradicándolo?
Los medios de comunicación están obsesionados por el sexo y por la edad. No entiendo por qué. Al definir a una persona, inmediatamente dan la edad y dónde nació. Esta obsesión de los medios por la edad concretamente puede manifestar un cierto edadismo, o discriminación por razones de edad.
Una persona podría hacer algo a los 40 o a los 60 años y no ser significativo, ¿no te parece? He leído frases como “un anciano de 60 años” referidas a alguien que está en plena capacidad física y mental.
¿Necesitamos, entonces, los españoles una reeducación respecto a los temas de la edad?
Creo que es Jagger, el de Satisfaction, el que afirma “no tengo edad”. Pongo a menudo como ejemplo los escritos de Bioy Casares para hablar de discriminación por razones de edad, de cómo esos jóvenes incluso persiguen a los mayores considerándolos personas inútiles, incapaces…
No hemos logrado que las visiones negativas desparezcan. Te invito a que hagas un ejercicio, una consulta que yo hago con frecuencia: googlear “la vejez como problema” a ver qué número de voces te aparecen en Google sobre esa temática. Después, busca “la vejez como oportunidad”. Necesitamos más voces de esta última perspectiva.