La normativa de la Unión Europea de prohibir la fabricación de coches de combustión a partir de 2035 no sólo genera incertidumbre entre la sociedad, sino que causa dudas en el sector, ya que se estima que la red eléctrica todavía no está preparada para soportar la carga de todos esos nuevos vehículos eléctricos. De hecho, se prevé que en 2030 el número de vehículos eléctricos en las calles se habrá multiplicado por 10 en la mayoría de ciudades, lo que puede llegar a suponer un problema para la red.
Otro inconveniente que está ralentizando la adopción masiva del vehículo eléctrico es la falta de puntos de recarga públicos. Según el Barómetro de Electromovilidad de la patronal de fabricantes ANFAC, tan solo 801 puntos públicos en España corresponden a potencias de 150 kW o superiores. Además, un total de 6.475 cargadores públicos están fuera de servicio, debido a que no se han podido conectar a la red de distribución eléctrica o están en mal estado o averiados.
Estos datos hacen evidente el bajo ritmo del despliegue eléctrico de nuestro país, lo que dificulta el cumplimiento de los objetivos fijados por la Unión Europea en materia de reducción de emisiones.
A pesar de estos datos, el futuro será eléctrico. Todas las marcas automovilísticas están cambiando y rediseñando sus activos para hacerlos eléctricos. Asimismo, cada vez existen más ayudas y subvenciones tanto para usuarios como empresas por parte del Estado. Es indudable que el cambio está empezando y, por ello, es imprescindible encontrar la manera para que la popularización del vehículo eléctrico no cause problemas en la red eléctrica.
En este contexto cobran un papel relevante los cargadores móviles ultrarrápidos, por estar desconectados de la red. Se trata de un cambio de operativa en el que las empresas de rent a car, car sharing, taxis, VTC, transporte de última milla o cualquier gestor de flotas pueden electrificarse sin temor a limitar la disponibilidad de sus vehículos, ya que el cargador móvil y ultrarrápido cubre las necesidades de recarga rápida de la empresa, en cualquier lugar, al poderse desplazar a las instalaciones del cliente o dondequiera que se encuentren los vehículos.
Este tipo de cargadores se posicionan además como una solución al sobredimensionamiento de la red, porque permiten almacenar energía en los momentos en los que no hay una alta demanda, evitando drenar energía de la red cuando está más sobrecargada.
Facilitar la reducción de consumo en los picos de demanda es lo que se conoce como peak shaving y consiste principalmente en cargar las baterías durante las horas valle, cuando los costes de la electricidad son además más bajos, para más tarde descargar esta energía y satisfacer la demanda interna en las horas punta, cuando los costes de la electricidad son más altos.
Los cargadores móviles, al facilitar el peak shaving, permiten un aplanamiento de la curva de oferta-demanda de electricidad sobre la red, lo que contribuye a fomentar un sistema eléctrico más robusto y escalable, preparado para acoger más rápidamente la adopción del coche eléctrico por parte de los usuarios y empresas de distribución.
De acuerdo con estimaciones de Redeia, nuestro sistema eléctrico actual tiene capacidad para satisfacer la demanda de casi 4 millones de vehículos cargando en horas valle nocturnas. En un futuro en el que la totalidad de vehículos serán eléctricos (recordemos que hay un total de 20 millones de vehículos de combustión circulando por nuestras calles en la actualidad), no cabe duda de que resultará imprescindible preparar y adaptar la red para poder soportarlo.
Los cargadores móviles ultrarrápidos ayudan a mejorar el rendimiento global del sistema eléctrico y posibilitar que, al consumir electricidad en horas de menor coste, la utilización del vehículo eléctrico sea además más competitiva frente al vehículo convencional.
Hay mucho potencial para que el coche eléctrico sea realmente un participante activo y facilite la descarbonización de España. El hecho de que el Gobierno incentive la adquisición de vehículos sostenibles es un reflejo de ello. En esta línea, los cargadores móviles ultrarrápidos son un impulso más para fomentar la adopción masiva del vehículo eléctrico.
***Juan Roldán es CEO de Wattson Charge.