Es frecuente escuchar que la Agenda 2030 y los ODS están dirigidos fundamentalmente a las grandes empresas. Sin embargo, creo que no nada más lejos de la realidad. Somos un país de pymes, lo que significa que si nos quedamos fuera de la ecuación difícilmente alcanzaremos los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible previstos por las Naciones Unidas. Y qué duda cabe de que las multinacionales ejercen como palanca del cambio tanto por su capacidad de arrastre como por sus grandes recursos. Pero a pesar de todo este potencial, si el compromiso no es global habremos fracasado.

Esta aseveración me recuerda la historia de aquel pequeño gorrión que sobrevolaba un gran incendio sobre el que soltó la gota de agua que llevaba en su pico. Ante la pregunta de si creía que aquel gesto aportaba algo al incendio, contestó: “Yo hago mi parte”. Y de eso se trata, de que cada uno seamos capaces de hacer nuestra parte.

Trabajar en el desarrollo progresivo de los ODS exige disponer de una gran capacidad de análisis y autocrítica, pero, sobre todo, de un compromiso personal. Como regidores de nuestras compañías debemos estar en condiciones de realizar los cambios necesarios, pero primero debemos empezar por nosotros mismos. Una vez llegado a este punto, ya no hay retorno, y esta forma de pensar se convierte en la espina dorsal del funcionamiento de la empresa, como ha sido en nuestro caso, donde determinados elementos han jugado un papel fundamental, como nos ocurre con el objetivo de industria, innovación e infraestructura (ODS 9).

Javier Fur Quesada es CEO de Grupo Marjal Imagen cedida

Hace años creamos en Marjal una división sostenible que hoy ha convertido su razón de ser en el modus operandi de nuestra organización. Con su concepción, impulsamos un cambio hacia dentro en la organización, de la que nació una nueva cultura empresarial, capaz de alinear los objetivos económicos con los medioambientales, sociales y de gobierno corporativo y todo ello con un profundo sentimiento de innovación constante.

Tanto es así que desde 2019 canalizamos una parte de nuestra investigación a través de la Cátedra Marjal de Innovación Sostenible de la Universidad de Alicante. La educación es la base de la asunción del entorno como parte del individuo. Esta cátedra supone la gota de agua del gorrión en el incendio, pero también la base para que nuevas generaciones se eduquen con unas premisas que otros hemos tenido que adquirir desde la vivencia de un camino que no era el correcto.

"El empeño por alcanzar los objetivos y metas de desarrollo sostenible debe ser tanto personal como universal"

En esta senda hacia el respeto a nuestro entorno, nuestro caso un claro ejemplo de la transformación que estamos llevando a cabo en el sector living. Desde Somium, la división inmobiliaria del Grupo Marjal, combinamos nuestra experiencia en construcción durante más de 40 años con la investigación y tecnología para ayudar a disminuir nuestro impacto en el planeta. Exploramos nuevas prácticas sostenibles en los ámbitos que nos afectan, desde el abastecimiento de materiales o el diseño hasta los procesos de fabricación y vivencia de nuestras casas, que se convertirán en los hogares de otros. Una nueva forma de mirar la vida con otras prioridades que nos permite conectar con la sensibilidad. Nosotros lo hemos llamado well-living.

Esta forma de pensar y actuar está ya impresa en cada uno de nuestros innovadores proyectos: con el coliving Suiters, por ejemplo, estamos rehabilitando edificios emblemáticos en el centro de ciudades como Alicante, Málaga o Valencia, entre otras, que ayudarán a la transformación del paisaje urbano, la recuperación del tejido económico local y la atracción de residentes permanentes en los centros de las ciudades, ahora colonizadas por usos terciarios derivados del turismo. Una fórmula innovadora que viene a cubrir la sostenibilidad desde tres verticales: medioambiental, social y económica.

Sin embargo, el camino por recorrer es aún largo, pero también alentador y ya no tiene vuelta atrás. Este requiere de un aprendizaje continuo que, en palabras de Javier Ferras, profesor de ESADE, tiene 5 derivadas importantes: aprender a aprender, aprender a emprender, aprender a innovar, aprender a investigar y aprender a olvidar, dejando atrás realidades obsoletas que ya no están vigentes hoy. Lo que no significa renunciar, y mucho menos repudiar el pasado, que ha configurado lo que somos ahora.



Como conclusión: el empeño por alcanzar los objetivos y metas de desarrollo sostenible debe ser tanto personal como universal, porque si no nos comprometemos todos difícilmente lograremos la consecución de los mismos, que principalmente persiguen la igualdad entre las personas, proteger el planeta y asegurar la prosperidad como parte de una nueva agenda de desarrollo sostenible. En definitiva, un contrato social global que no deja a nadie atrás. No en vano Sócrates decía: "El secreto del cambio es enfocar toda tu energía no en luchar contra lo viejo, sino en construir lo nuevo".

*** Javier Fur Quesada es CEO de Grupo Marjal