En materia de ingeniería costera, España, con sus casi 8.000 km de costa, y el turismo ligado al litoral como primera industria nacional, ha sabido estar a la vanguardia mundial en soluciones de intervención y gestión.
Todo ello en un permanente y complejo ejercicio de equilibrio entre las actuaciones de ingeniería que permiten regenerar y conservar las playas, infraestructuras náuticas y turísticas y la gestión integrada de los usos y actividades que confluyen en un espacio tan sensible y ambientalmente valioso como es la costa.
Es cierto que la política española en materia de costas se ha visto afectada por serios vaivenes presupuestarios y estratégicos, pero no lo es menos que la coyuntura actual, en la que apenas estamos vislumbrando los retos a los que nos someterá el cambio climático en las próximas décadas.
Nos van a obligar a encontrar soluciones creativas en las que la planificación estratégica territorial y la gestión política, deberán aliarse, se quiera o no, con la ingeniería y la consultoría para intervenir de forma decidida en la solución de los problemas y en el impulso de soluciones.
También es necesario destacar la solidez del sistema portuario español. A las casi 370 instalaciones portuarias de competencia autonómica, hay que sumar el sistema portuario estatal, integrado por 46 puertos de interés general y gestionados por 28 Autoridades Portuarias. Cuya coordinación y control de eficiencia corresponde al Organismo Público Puertos del Estado, dependiente del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana.
El sistema demanda servicios de ingeniería, que ni en las épocas más duras de las crisis de 2008, perdió fuelle. Como tampoco lo ha hecho durante la pandemia. Se trata de un caso de éxito y ejemplo de cooperación público-privada y que, para ser competitivos y rentables, además de motor económico que genera empleo, desarrolla inversiones. Y lo que es tan importante o más: sirve de base para proyectar a las empresas y profesionales españoles en todo el mundo.
La política española en materia de costas se ha visto afectada por serios vaivenes presupuestarios y estratégicos
Porque son empresas españolas y sus ingenieros, con su talento, las que han llevado a cabo proyectos tan diversos como el Plan Estratégico de puertos de Panamá; el observatorio logístico para los dos principales puertos de Chile, San Antonio y Valparaíso; el puerto de Saint John en Nuevo Brunswick, la mayor terminal de gas natural licuado de Canadá; la terminal de regasificación de Dahej en la India; el puerto de Açu en Brasil, el tercero más grande del mundo y el primero del continente americano como puerto exterior de aguas profundas.
Pero también han desarrollado el nuevo puerto energético de Jorf Lasfar, en Marruecos; la terminal de contenedores de Neom Duba en Arabia Saudi; la isla artificial Ijmuiden en Holanda; o el puerto de Matarani en Arequipa en Perú.
Porque en estos momentos una empresa española está estudiando los fondos marinos de la costa de Bretaña en Francia, para la implantación de proyectos de energía eólica marina. Y otras están asesorando a diversos gobiernos sobre cómo han de afrontar la gestión de su costa en el escenario de cambio climático que nos afecta.
Porque son centenares los ingenieros españoles que prestan sus servicios en empresas de ingeniería y consultoría portuaria y costera en todo el mundo, poniendo a disposición del desarrollo y el progreso su talento y formación.
La economía azul jugará un papel protagonista junto a las energías renovables marinas
La Asociación Mundial de Infraestructuras de Transporte Acuático (PIANC por sus siglas en inglés) está desde 2019 presidida por un español, Francisco Esteban Lefler. España recibió el premio en 2018 a la mejor sección nacional de jóvenes profesionales. Y, además, es la española, representada por la Asociación Técnica de Puertos y Costas (ATPYC) una de las secciones nacionales más numerosas, pujantes y activas de PIANC, lo que la hace liderar distintos grupos de trabajo y ponencias técnicas.
Y todo esto no es fruto de la casualidad, España tradicionalmente, con independencia de la coyuntura política de cada momento, ha sabido dotarse de prestigiosos centros de formación. Las escuelas de ingeniería de caminos, canales y puertos de varias universidades españolas han sido referentes en la materia, generando profesionales sólidamente formados.
A la capacidad de estos centros universitarios, como las universidades politécnicas de Barcelona, Madrid, Valencia, Coruña o Granada, de irradiar talento e innovación más allá de nuestras fronteras, se unen organismos públicos como el Centro de Estudios y Experimentación de Obras Públicas (CEDEX), con sus más de 6 décadas de historia, o el prestigioso Instituto de Hidráulica de Cantabria y otros tantos que generan y exportan conocimiento.
Centenares de ingenieros españoles prestan sus servicios en empresas de ingeniería y consultoría portuaria y costera en el mundo
Es difícil segregar datos económicos de este subsector, del de la totalidad de los servicios técnicos de ingeniería, arquitectura y consultoría técnica asociada del que forma parte y que, en su conjunto, en España da empleo a más de 200.000 personas y cuenta con una cifra de negocio en el entorno de los 25.000 millones de euros. Pero en todo caso resulta obvia su importancia estratégica.
Hoy, las empresas y profesionales de la ingeniería y consultoría de puertos y costas, ingenieros, geólogos, biólogos, licenciados en ciencias del mar o ambientólogos han de mirar al futuro de un tablero de juegos global.
La economía azul va a jugar un papel de cada vez mayor protagonismo. Un tablero en el que deberemos acometer nuevos desarrollos como el de las energías renovables marinas, que esta vez esperemos ser capaces de desarrollar en España, al amparo de la recién acometida ordenación del espacio marítimo.
España cuenta con casi 370 instalaciones portuarias de competencia autonómica
Y han de hacerlo en un entorno extremadamente sensible, afectado por serios problemas ambientales, sujeto a las restricciones impuestas por los distintos grados de protección territorial en defensa de la biodiversidad, hábitats y especies.
Conciliándolo con actividades tradicionales como la pesca o la acuicultura y con las miras puestas en cada uno de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), a los que esta generación se ha comprometido. El papel de la ingeniería y la consultoría es necesario en su consecución: salud y bienestar, agua limpia y saneamiento, energía asequible y no contaminante, trabajo decente y crecimiento económico, industria, innovación e infraestructura, ciudades y comunidades sostenibles, acción por el clima, vida submarina y vida de ecosistemas terrestres. La tarea no es fácil, pero es necesaria y apasionante.
*** Francisco José González es director comercial en España y Colombia de Tecnioambiente y vocal de ingeniería del Clúster marítimo marino de Andalucía.