Los dos últimos años han sido complicados para todos. Nos hemos visto obligados a protegernos en nuestros hogares ante una amenaza real que se ha llevado miles de vidas por delante.
Sin embargo, la frase quédate en casa no ha sido una opción para las personas en situación de sinhogarismo. Porque, ¿en qué casa? Dormir en la calle o en alojamientos de emergencia sin distancia social les ha expuesto a una situación de alto riesgo al virus, imposibilitando su acceso a un espacio seguro, donde cuidarse y aislarse.
La pandemia nos ha dejado clara la importancia de tener un hogar para cuidar nuestra salud. La vivienda es la principal línea de defensa frente a las enfermedades, y es esencial para garantizar una vida sana y promover el bienestar de las personas.
El sinhogarismo es un problema fundamentalmente estructural, vinculado de forma directa con la dificultad de acceso a la vivienda y que supone graves violaciones de otros derechos humanos, como la integridad física y el acceso a la salud o al empleo.
En Hogar Sí apostamos por soluciones integrales al sinhogarismo basadas en el derecho a la vivienda, y somos pioneros en la aplicación de la metodología Housing First en España.
Housing First rompe con el modelo de atención tradicional y proporciona a las personas en situación de sinhogarismo una vivienda individual, estable e independiente. Ofrece apoyos para recuperar su autonomía, con un enfoque centrado en sus necesidades y fortalezas.
Recientemente realizamos la primera evaluación sobre la implementación de este modelo en España, una de las la más completas a nivel europeo, y hemos demostrado que es una solución eficiente y eficaz para reducir el problema del sinhogarismo.
El principal indicador de éxito del programa tiene que ver con el nivel de retención del alojamiento, que en el caso de España es del 96%. Es decir, casi el total de las personas que acceden a una vivienda continúan en ella después de 18 meses.
La vivienda es la principal línea de defensa frente a las enfermedades, y es esencial para garantizar una vida sana
Además, Housing First tiene un coste similar a sus alternativas tradicionales, como suelen ser albergues y centros de acogida de emergencia. Pero ofrece unos resultados muy superiores a estas en todas las dimensiones evaluadas.
Vivimos un momento político crucial, en el que se nos está abriendo la oportunidad de acabar con este problema que afecta al menos a 33.000 personas en España. La puesta en marcha de una Plataforma Europea para Combatir el Sinhogarismo supone un gran avance en la lucha contra esta grave violación de los derechos humanos.
Y además, servirá para que las instituciones y gobiernos europeos, y sociedad civil unamos fuerzas para lograr que nadie viva en la calle en nuestro continente.
En este contexto, los fondos de recuperación NextGenerationEU representan la oportunidad perfecta para crear una Europa social fuerte y lograr una recuperación justa e inclusiva tras la pandemia de la covid-19.
La estrategia de desinstitucionalización que contempla el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia del Gobierno de España debe ser la herramienta para transformar nuestros sistemas de cuidados de larga duración. Y debe poner la vivienda y el respeto a la autonomía de las personas en el centro de las políticas sociales de nuestro país.
Construir una sociedad más justa en la que podamos vivir con dignidad es una cuestión de compromiso con las políticas públicas adecuadas
En este sentido, la Agenda 2030 nos ofrece la oportunidad de trabajar desde este enfoque integral, porque los derechos humanos son interdependientes e indivisibles. Porque la vulneración del derecho a la vivienda afecta al disfrute de una amplia gama de otros derechos humanos, como el derecho a la salud, al empleo o a la igualdad de trato.
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible indican el camino a seguir para acabar con el fenómeno del sinhogarismo y conseguir que, en 2030, nadie viva en la calle. La consecución de la Agenda 2030 está profundamente ligada a la solución al sinhogarismo.
En Hogar Sí lo tenemos claro: acabar con el sinhogarismo es posible. Construir una sociedad más humana y justa en la que todos y todas podamos vivir con dignidad no es una utopía, sino una cuestión de liderazgo y compromiso con las políticas públicas adecuadas.
Los retos son grandes, pero las oportunidades también. Sabemos que hay metodologías que funcionan, y la crisis sanitaria debería servir de acicate para alejarnos del asistencialismo y evolucionar hacia un modelo basado en el acceso a los derechos humanos.
Y es que el sinhogarismo tiene solución y esa solución pasa por tener una vivienda. La pandemia ha evidenciado más que nunca lo indispensable de este derecho y nos ha puesto en la senda de reformar las estructuras del sistema de atención al sinhogarismo.
Para ello, es fundamental que gobiernos, empresas, movimientos sociales y ciudadanía rememos en la misma dirección y apostemos por soluciones permanentes a la falta de hogar desde una óptica de derechos.
La crisis sanitaria debería servir de acicate para evolucionar hacia un modelo basado en el acceso a los derechos humanos
El próximo domingo 10 de octubre es el Día Mundial del Sinhogarismo y quiero terminar haciendo un llamamiento a los lectores para que reflexionen sobre lo que significa tener las llaves de nuestro hogar.
Llegar a casa, cerrar la puerta, sentirnos seguros y protegidos, descansar, cocinar, darnos una ducha y desconectar. Miles de personas en España no pueden hacer estas cosas cotidianas, ya que carecen de una vivienda a la que llamar hogar.
No desaprovechemos la oportunidad de cambiar esta situación, estemos a la altura. Porque todos tenemos derecho a tener unas llaves: Hogar, Sí.
*** Marian Juste es presidenta Hogar Sí.