Venta de teléfonos móviles al final de su vida útil.

Venta de teléfonos móviles al final de su vida útil. Muntaka Chasant UNITAR/Muntaka Chasant for Fondation Carmignac Acra

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Menos de la mitad de los 17,6 kg de residuos electrónicos que cada europeo genera se recicla, según la ONU

El informe 'The Global E-waste Monitor 2024' recoge que los residuos electrónicos aumentan cinco veces más rápido que su reciclado.

20 marzo, 2024 15:01

"En medio de la esperanzadora acogida de los paneles solares y los equipos electrónicos para combatir la crisis climática e impulsar el progreso digital, el aumento de los residuos electrónicos requiere una atención urgente", afirma Nikhil Seth, director ejecutivo del Instituto de Naciones Unidas para la Formación Profesional e Investigaciones (UNITAR, por sus siglas en inglés) a propósito de la publicación del informe The Global E-waste Monitor 2024, que registra 62 millones de toneladas de residuos eléctricos y electrónicos (RAEE) generados en 2022 en el mundo, y la mayor parte, se generó en Europa. 

La conclusión que arroja el informe es que los residuos electrónicos aumentan cinco veces más rápido que su reciclaje documentado. En todo el mundo, la generación anual de residuos electrónicos crece a un ritmo vertiginoso: a una relación de 2,6 millones de toneladas anuales. De seguir así, se estima que en 2030 la cifra de residuos llegará a los 82 millones de toneladas, lo que supone un nuevo aumento del 33% respecto a la cifra de 2022.

Por otra parte, se estima que el reciclado no podría seguirle el ritmo a esta tendencia creciente. Si en 2022 la tasa de recogida y reciclaje era de menos de una cuarta parte (22,3%) de la masa total de residuos electrónicos del año, en 2030 se espera que se reduzca al 20%. Según el informe, esto es "debido a la creciente diferencia entre los esfuerzos de reciclado y el asombroso crecimiento de la generación de residuos electrónicos en todo el mundo". 

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Este preocupante dato, sumado a la insuficiente regulación por parte de los gobiernos, explica Cosmas Luckyson Zavazava, director de la Oficina de Desarrollo de las Telecomunicaciones de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), "da la voz de alarma para que se establezcan normativas sólidas que impulsen la recogida y el reciclaje". El documento va acompañado de multitud de datos que permiten conocer la magnitud real de la basura electrónica y del trabajo que se está haciendo para su procesamiento y reciclado. 

La mayor parte de los residuos electrónicos globales son equipos pequeños como cámaras, microondas o cigarrillos electrónicos. En 2022 se generaron 20.000 millones de residuos de este tipo, lo que representa alrededor de un tercio del total. Le siguen los grandes equipos como lavadoras, los equipos de intercambio de temperatura, las pantallas y monitores, los dispositivos pequeños, las lámparas y los paneles fotovoltaicos. 

Lámparas, placas solares y vapeadores

El informe dedica especial atención a tres tipos de residuos. Las lámparas, que son la categoría de residuos electrónicos que menos se recicla: solo se recoge el 5% a pesar de que contienen recursos valiosos como elementos de tierras raras, metal y vidrio, además de recursos peligrosos como el mercurio.

Con respecto a las placas fotovoltaicas, reconoce que "desempeñan un papel fundamental en la transición hacia la energía verde", pero su acelerado despliegue plantea "cierta preocupación" sobre su reciclado en el futuro. La razón: una vida relativamente corta (3-4 años) de los productos solares a pequeña escala no conectados a la red en los países de ingresos bajos y medios. 

"Aunque los residuos generados (tanto en la red como fuera de ella) siguen siendo bajos por el momento, con 600 millones de kg anuales, se prevé que se cuadrupliquen, hasta 2 400 millones de kg, en 2030", recoge el informe. 

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El tercer tipo de residuo sobre el que llama la atención el equipo de investigadores del UNITAR son los vapeadores, que "están en auge". En 2022, se estima que el volumen de cigarrillos electrónicos vendidos fue de más de 42 millones de kg (incluido el peso de las baterías) "muchos de los cuales son desechables y se convierten en residuos instantáneos".

El informe reconoce que este tipo de residuos "no solo contienen plástico, sino también baterías de iones de litio, un elemento calefactor y una placa de circuito". "Es obvio que su reciclaje será fundamental para abordar el problema de los residuos electrónicos", recoge el informe.

Europa a la cabeza

Estos datos auguran un futuro en el que, de no implementar medidas adecuadas para gestionar los residuos, la basura electrónica se multiplicará. "La transición ecológica y la conexión de comunidades sin red eléctrica llevarán a cuadruplicar los residuos de los paneles fotovoltaicos, que pasarán de 600 millones de kg en 2022 a 2.400 millones de kg en 2030", alerta el informe. 

La situación es especialmente preocupante para Europa, que en 2022 fue la región con mayor volumen de RAEE per cápita, superando a Oceanía (16,1 kg) y América (14,1 kg): cada europeo generó 17,6 kg. Estos tres continentes, pese a ser los que más basura producen, también fueron los que presentaron una tasa más alta de reciclado. Se recuperaron 7,3 kg en Europa, y 6,66 kg y 4,2 kg en Oceanía y América, respectivamente. 

El informe reconoce que hay una correlación entre la riqueza y el volumen de los residuos (y de reciclado): los países más ricos, al tener más capacidad adquisitiva, consumen más bienes electrónicos, por lo que son los que más RAEE tiran a la basura. "Se calcula que en 2022 se eliminaron indebidamente 14.000 millones de kg de residuos electrónicos en todo el mundo en contenedores normales, junto con otros residuos domésticos, sobre todo en países de renta alta y media-alta", reza el documento.

Los artículos más grandes se recogen como residuos voluminosos y pueden incinerarse o verterse en vertederos sin reciclaje de materiales, dependiendo de la infraestructura de gestión de residuos del país. En cuanto a los pequeños aparatos electrónicos, como lámparas, pequeños dispositivos informáticos y equipos pequeños, se suelen terminar mezclando con los residuos normales. 

"No podemos seguir como hasta ahora. Este nuevo informe representa un llamamiento inmediato a una mayor inversión en desarrollo de infraestructuras, más fomento de la reparación y la reutilización, creación de capacidades y medidas para detener los envíos ilegales de residuos electrónicos", concluye Kees Bladé, autor principal de UNITAR.