El HM CIEC, el Instituto de Salud Carlos III y la Sociedad Española de Cardiología pondrán en marcha, gracias a la Ayuda a la Investigación Ignacio H. de Larramendi, de la Fundación MAPFRE, el Estudio Wake UP. Con él, buscan redefinir y aportar conocimiento sobre la singularidad de la enfermedad cardiovascular femenina.
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Liderado por Leticia Fernández-Friera, directora del Centro Integral de Enfermedades Cardiovasculares HM CIEC, esta investigación quiere, además, concienciar sobre una patología que difiere a la que se da en los hombres. En palabras de la propia investigadora, buscan "concienciar a la sociedad de la importancia de la enfermedad cardiovascular en la mujer, que hoy en día es la primera causa de muerte y promover hábitos de vida cardiosaludables".
"Es importante que las mujeres se revisen del corazón, al igual que realizan revisiones ginecológicas, y que reconozcan los síntomas del infarto femenino, que no es exclusivo de hombres, como tradicionalmente se pensaba", señala Fernández-Friera. Su idea es que este proyecto "despierte esa necesidad y proporcione educación en el ámbito cardiovascular de la mujer para mejorar las estadísticas".
Porque la enfermedad del corazón es la primera causa de muerte en la mujer en Europa. Su mortalidad asciende al 35% en Europa, 10 veces mayor que la del cáncer de mama, que es del 3%.
El Estudio WAKE UP está diseñado, explican sus creadores, para reclutar 480 mujeres sanas de entre 18 y 70 años "con el objetivo de modificar su estilo de vida a través de enseñar las imágenes de ecografía vascular de sus propias arterias".
Las voluntarias pueden apuntarse hasta 31 de junio del 2024 y el requisito es tener, al menor, un factor de riesgo cardiovascular, como hipertensión, diabetes, tabaquismo, colesterol alto, obesidad, sedentarismo, síndrome metabólico, preeclampsia u otros problemas durante el embarazo, enfermedad autoinmune y familiares jóvenes con infarto.
Las candidatas pueden enviar un email a mujer@wakeup.red, incluyendo sus factores de riesgo cardiovascular, o precisar más detalles sobre el estudio. La selección se realizará por orden de inscripción y siguiendo criterios de la investigación.
¿En qué consiste?
Las voluntarias, explican desde el estudio, se someterán a una prueba imagen no invasiva: la ecografía vascular. Esta técnica sencilla, de bajo coste y perfil inocuo, se realiza también en el cribado del cáncer de mama y en las embarazadas.
La imagen de ecografía vascular para la detección de aterosclerosis proporciona evidencia visual del estado de la salud arterial. Además, muestra presencia, si la hay, de la placa de aterosclerosis.
"Esto es especialmente atractivo para crear conciencia sobre la enfermedad cardiovascular en las mujeres y fomentar cambios adecuados en el estilo de vida, porque al ver directamente la placa de colesterol en las arterias de uno mismo, seguramente los cambios en el estilo de vida serán más efectivos”, indica Fernández-Friera.
Además, se realizarán varios cuestionarios clínicos, de estilo de vida, factores de riesgo, sueño, estrés, etc. y una analítica completa, que incluirá perfil hormonal para valorar su estado de salud cardiovascular
El estudio comprende dos visitas, una basal para abordar la salud cardiovascular y otra a los seis meses, para valorar cambios en el conocimiento de la enfermedad cardiovascular en la mujer y en los hábitos de vida, que se medirá a través de cuestionarios y scores de riesgo cardiovascular.
Infartos peores
Los investigadores del estudio reconocen que "existe un problema de educación y una falta de concienciación social del alcance de la enfermedad cardiovascular en la mujer". Esto, aseguran, deriva en que no se realice una valoración precisa del riesgo cardiovascular y se ignoren los factores de riesgo específicos de la mujer.
"Las estrategias actuales para controlar los factores de riesgo cardiovasculares, como la hipertensión arterial, diabetes, tabaquismo, obesidad o niveles de colesterol elevados, no están funcionando, por lo que debemos desarrollar estudios de investigación que nos ayuden a controlar uno de los problemas más importantes del mundo occidental, la enfermedad cardiovascular", argumenta Fernández-Friera.
Además, continúa, "el infarto en la mujer muchas veces es peor que en el hombre, con un pronóstico a corto plazo malo. Podríamos pensar que es porque las arterias coronarias en la mujer son peores que en el hombre, pero el motivo es otro".
Y lo explica: "Factores como que tradicionalmente la mujer tiende a aguantar más el dolor o no lo reconocen como algo importante. Esto hace que el tiempo en acudir a la consulta o a Urgencias se dilate y el músculo cardiaco esté más tiempo sin oxígeno, por lo que llega en peores condiciones al hospital".
De ahí que, insiste, "la mortalidad tras un primer infarto sea un 20% mayor que en los hombres". Otra razón fundamental, indica, es que, "clásicamente, la patología cardiovascular siempre ha sido más frecuente en los hombres". Por eso, todos los esfuerzos en el ámbito de la prevención y el manejo terapéutico se han orientado tradicionalmente hacia los hombres.
“Hoy en día, el corazón de la mujer también es vulnerable al infarto y las estadísticas lo demuestran. La enfermedad cardiovascular es la primera causa de muerte en la mujer; sin embargo, la importancia de la enfermedad cardiovascular en la mujer no está reconocida y su riesgo cardiovascular está infraestimado”, concluye la doctora.