El decrecimiento no es una propuesta de esta temporada. La cuestión de explotar los recursos al máximo lleva con el ser humano un tiempo considerable. Así como todos los conceptos que se han consolidado con el paso de los años, tienen un grupo que los apoya y otro, en cambio, que prefiere no hablar de ellos.
El pasado 24 de noviembre, la reina Letizia clausuraba, como presidenta de honor, el XVI Seminario Internacional de Lengua y Periodismo de la Fundación del Español Urgente (FundéuRAE) y la Fundación San Millán de la Cogolla (FSMC).
Bajo el título Cambio climático: lenguaje y comunicación, el encuentro puso sobre la mesa algunos temas como el compromiso laboral y ético que deben tener los periodistas medioambientales de informar de manera efectiva, rigurosa y veraz, así como combatir la desinformación y hacer que el lenguaje tenga especial relevancia.
Letizia no solo tomó parte en el conversatorio, sino que quiso abrir el debate en torno a un concepto que en estos momentos tiene dividida a la comunidad científica y a la económica: el decrecimiento. Una teoría que, dijo, "lleva varias décadas desvinculando" crecimiento del PIB y la inflación.
La reina hizo referencia a Antonio Turiel, del CSIC, y otros catedráticos en Valladolid y de la Autónoma de Barcelona. "Ellos plantean que 'desarrollo' y 'sostenible' ya no puede ser, y hablan del decrecimiento, consumir menos, en definitiva, reducir drásticamente el consumo de energía", dijo.
¿Qué plantea el decrecimiento?
El término decrecimiento fue acuñado por primera vez en la década de 1970 por un grupo de pensadores en Francia que creían que el mundo necesitaba dejar de preocuparse por el crecimiento económico. Desde entonces, estas ideas han ido ganando terreno, al igual que otras de poscrecimiento centradas en abandonar el uso del producto interno bruto (PIB) como medida del progreso económico.
Para los seguidores del decrecimiento, lo que la economía necesita, como su nombre sugiere, es decrecer para limitar el empleo de los recursos del planeta y el consumo de energía. Durante años, los seguidores del movimiento han tratado de explicar que la corriente no implica que las personas tengan que subsistir con lo que tengan, sin utilizar la luz o el agua de sus hogares, sino que las personas con vidas más ajetreadas o economías mucho más elevadas se ajusten.
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Conducir menos, repensar las dietas, viajar menos o vivir en casas más pequeñas, lo que se traduce en vivir de forma minimalista, priorizando el bienestar humano, el equilibrio ecológico y la justicia social frente al beneficio económico.
Como explicó a ENCLAVE ODS José Moisés Martín, economista y autor de El futuro de la prosperidad (Ariel, 2022), los defensores del decrecimiento intentan "recuperar o volver a incorporar la actividad económica dentro de los límites planetarios". Y es que, dijo en una entrevista con este medio, si continuamos con el modelo actual, dicen, "pasaremos esos límites y llegaremos al colapso".
Para algunos economistas, en cambio, el decrecimiento se ve como algo negativo. Pues se entiende como un combate al progreso, que frena la mejora de la calidad de vida y es carente de ideas constructivas que propongan una alternativa viable al sistema capitalista.
Durante el seminario, la reina hizo precisamente especial mención a esa desvinculación del PIB que sugiere el decrecimiento. Sin embargo, son muchos los economistas que plantean las dudas sobre si el crecimiento del producto interno bruto puede desvincularse del impacto ambiental de forma efectiva y rápida, evitando un colapso.
Teresa Ribera, parte del debate
La ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico de España, Teresa Ribera, también ha querido participar en el debate sobre el decrecimiento y la importancia de tratar temas como estos de forma clara y bien argumentada.
Ribera ha dejado clara su posición en una entrevista con EFE en el marco de la cumbre del clima de Dubai, la COP28, buscando dejar atrás la creencia de que para que la economía crezca es necesario realizar sacrificios sociales y ambientales.
Para la ministra, el debate que ha puesto Letizia sobre la mesa "tiene un fondo sofisticado, complejo e importante" que "es indispensable ser mucho más realistas con respecto a la disponibilidad de recursos y la tasa de reposición de esos recursos".
La única manera que tenemos para permitirnos garantizar que la economía crezca de forma "perdurable" es, para Ribera, sellando una "alianza ambiental y social". Además, también puso en la lupa la indispensabilidad de "ser mucho más realistas con respecto a la disponibilidad de recursos y la tasa de reposición de esos recursos".