El presidente de la COP28, Sultan Ahmed Al Jaber aplaude en la última sesión plenaria de la COP28.

El presidente de la COP28, Sultan Ahmed Al Jaber aplaude en la última sesión plenaria de la COP28. Amr Alfiky Reuters Dubái (Emiratos Árabes Unidos)

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La COP28 aprueba un acuerdo que promete por primera vez abandonar los combustibles fósiles

El documento, aprobado por las casi 200 delegaciones presentes en Dubái, incluye por primera vez provisiones para acabar con el carbón, el petróleo y el gas. 

13 diciembre, 2023 13:23
Omar Benaamari Agencias

Este miércoles, los delegados mundiales han puesto el broche final a la 28.ª Conferencia de las Naciones Unidas sobre el cambio climático con un "acuerdo histórico" para dejar atrás los combustibles fósiles, tal como ha calificado Sultan Al Jaber, presidente de la cumbre. Es la primera vez que se utiliza un lenguaje tan contundente en las conclusiones de una COP. El texto adoptado por casi 200 Estados representados en Dubái, ha sido bautizado como el 'Consenso de Emiratos Árabes Unidos' en reconocimiento al trabajo de la presidencia y su equipo a la hora de aunar los intereses de todos las partes. 

Numerosos países han aplaudido la labor de Al Jaber por haber facilitado un acuerdo sin precedentes en casi treinta años de conversaciones globales sobre el cambio climático: la decisión de remar hacia la eliminación de los combustibles fósiles para alcanzar el objetivo de cero emisiones netas en 2050. Uno de los flecos del texto es la no inclusión de referencias a un objetivo de año de emisiones máximas. 

"Es un documento que refleja dos años de trabajo de todas las partes de todas las partes del globo... Aunque nadie de los aquí presentes verá sus opiniones completamente reflejadas, lo cierto es que este documento envía una señal muy fuerte al mundo", expresó John Kerry, enviado presidencial especial de los Estados Unidos para el Clima, durante la sesión plenaria final de la cumbre. Kerry también aprovechó su intervención para anunciar conjuntamente con la delegación china —que representan a los países más contaminantes del mundo— que ambos tienen "la intención de actualizar nuestras estrategias a largo plazo e invitamos a otras partes a unirse a nosotros". 

Fin de los combustibles fósiles

Similarmente, los representantes de Canadá, la Unión Europea y Arabia Saudí —entre otros— han concluido arrojando una nota positiva de una COP28 que hace unos días parecía descarrilada. Steven Guilbeault, ministro canadiense de Medio Ambiente, ha reafirmado que se trata de un acuerdo histórico, ya que "ofrece oportunidades para la acción a corto plazo e impulsa una transición segura, asequible, compatible con 1,5 °C y limpia". 

Por su parte, Wopke Hoekstra, comisario europeo de Acción por el Clima y copresidente de la delegación de la Unión Europea en la cumbre, ha aplaudido que "la humanidad ha hecho por fin lo que debía haber hecho hace tiempo. Mientras que la ministra de Transición Ecológica y copresidenta de delegación, Teresa Ribera, ha expresado que "creemos que es un paso adelante muy relevante y positivo y estamos muy contentos de darlo con todos ustedes."

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El argumento disonante ha corrido a cargo de los países más vulnerables a la crisis climática, que, resignados ante un acuerdo insuficiente, han aprovechado sus intervenciones para recordar las asignaturas pendientes que deja esta COP28: la financiación y la adaptación. El alegato que se ha granjeado el reconocimiento expreso de otros delegados ha sido el pronunciado por Anne Rasmussen, representante de Samoa, en nombre de la Alianza de los Pequeños Estados Insulares. 

"No queríamos interrumpir la gran ovación cuando entramos en la sala, pero estamos un poco confusos sobre lo que ha pasado. Parece que simplemente se toman las decisiones y los pequeños estados insulares en desarrollo no estaban en la sala", ha denunciado Rasmussen.

Y ha continuado expresando la decepción del grupo negociador al cual representa: "Hemos llegado a la conclusión de que no se ha asegurado la corrección de rumbo necesaria. Hemos hecho un avance incremental sobre lo de siempre, cuando lo que realmente necesitamos es un cambio exponencial en nuestras acciones". 

Las claves del Balance Mundial

Los delegados presentes en la cumbre han coincidido en la necesidad de sustituir los combustibles fósiles por energías limpias y de alcanzar el objetivo de cero emisiones netas en 2050 y así lo han reflejado en el documento que suscriben: acuerdan "triplicar la capacidad de energía renovable en todo el mundo y duplicar la tasa media anual mundial de mejora de la eficiencia energética para 2030" y "acelerar los esfuerzos en todo el mundo hacia sistemas energéticos de emisiones netas cero, utilizando combustibles de baja o nula emisión de carbono mucho antes o alrededor de mediados de siglo". 

Así, se reconoce el objetivo de evitar un incremento de la temperatura media global del 1,5 °C con respecto a la época preindustrial, pero no se apoya totalmente en las recomendaciones de los científicos. "El hecho de que el término 'eliminación progresiva de los combustibles fósiles' se haya incluido en el borrador de la COP28 representa un cambio radical en muy poco tiempo", han afirmado Katharine Hayhoe, científica jefa de The Nature Conservancy y Paul Whitfield Horn profesor de la Texas Tech University.

"Sin embargo, no cabe duda de que el texto se queda corto con respecto a lo que la ciencia nos dice que es necesario para mitigar el riesgo existencial que nos plantea el cambio climático", han añadido.

En lo que respecta al carbón, se vuelve a enunciar el objetivo adoptado en la COP26 de Glasgow. Promover la "reducción rápida del carbón no consumido" y limitar "la autorización de nueva generación de electricidad a partir de carbón". Li Shuo, director del China Climate Hub ha reaccionado afirmando que "el lenguaje general sobre el carbón es muy modesto".

También se menciona, con un lenguaje vago, la importancia de las energías de transición a emplear. Algunos países y representantes de la sociedad civil han advertido del peligro de caracterizar al gas dentro de esa categoría. Uno de los grandes escollos que impiden considerar al gas natural como un combustible de transición tiene que ver con su composición.

"El metano es el principal componente del gas natural; constituye el 70% o más del gas natural bruto del subsuelo y más del 95% del gas procesado que quemamos para obtener energía", señalan desde el Climate Portal del MIT. Y cuando se quema, el metano se convierte en CO₂, pero antes puede escaparse a la atmósfera por todas las partes de la infraestructura del gas, como válvulas y tuberías. 

Los delegados de Chile y Antigua y Barbuda han sido los más vocales en este sentido. El primero ha rechazado la inclusión de esa disposición, reflejada en el párrafo 29 del texto, algo que muchos consideran una concesión a los países productores de gas. Mientras que el representante antiguano ha defendido en su intervención que "el GNL y el gas natural son combustibles fósiles y tenemos que abandonar todos ellos; queremos dar la voz de alarma de que el combustible de transición será permanente en los países en desarrollo". 

El segundo aspecto que ha suscitado más polémica del texto son las disposiciones relativas a las tecnologías de captura, almacenamiento y uso del carbono (CCUS por sus siglas en inglés). Se reconoce la utilidad de este tipo de herramientas y se anima a acelerar su implementación en los sectores en los cuales es difícil reducir el nivel de emisiones, y no de forma generalizada.

"La era de los combustibles fósiles está escrita en la pared", ha comentado Vanessa Nakate, activista climática y embajadora de buena voluntad de UNICEF. Y ha tildado de insuficiente la decisión de la COP28. "El gas es un combustible fósil y no un combustible de transición, la captura de carbono es una distracción peligrosa y el énfasis en las compensaciones de carbono pone en grave peligro a los países del Sur. La ciencia exige la eliminación progresiva de los combustibles fósiles", ha concluido. 

Financiación y Adaptación, asignaturas pendientes

En su arranque, la COP28 parecía que iba a ser la cumbre de la financiación climática. Pero tras dos agitadas semanas de negociaciones se ha vuelto a demostrar que, cuando se habla de dinero, las cosas van despacio. En el texto se reconoce la necesidad de financiación, pero no se dan cifras concretas.

De esta manera, y como sucedió en la cumbre de Sharm el-Sheij, la financiación se vuelve a meter en el cajón de sastre de las cumbres por el clima. "A pesar del bombo y platillo que se le ha dado a esta COP por ser una sobre financiación, no hay ningún resultado histórico en este ámbito", ha recalcado Aarti Khosla, director de Climate Trends.

Desde que empezó la COP se han sucedido las promesas de financiación para afrontar la crisis climática. Algunos países ricos han planteado financiar casi 700 millones de dólares para el fondo de pérdidas y daños. Y además, se ha asegurado que se dispondrá de 12.800 millones de dólares para la segunda reposición del Fondo Verde para el Clima, una cifra que supera la primera. 

La financiación de la transición energética y la adaptación, un reclamo constante de las naciones más vulnerables al cambio climático, siguen pendientes. En las versiones anteriores del texto sí que incluía un lenguaje sobre objetivos y plazos, pero el documento aprobado omite las referencias al desarrollo sostenible y a la financiación de la adaptación

"La adaptación es realmente una cuestión de vida o muerte... No podemos comprometer la adaptación; no podemos comprometer vidas y medios de subsistencia", ha expresado  Saber Hossain Chowdhury, enviado de Bangladesh para asuntos climáticos, en su intervención. 

Por su parte, Kyle Stice, director ejecutivo de la Red de Organizaciones de Agricultores de las Islas del Pacífico, resume muy bien el desarrollo de esta cumbre: "La COP28 puso comida en el menú, pero los gobiernos se fueron sin pagar la cuenta". Y ha insistido en que "la financiación de la adaptación no es caridad: es una inversión para alimentar a la humanidad. Los gobiernos deben recaudar la financiación necesaria y garantizar que más fondos lleguen a las organizaciones de base, donde pueden tener el mayor impacto".