A las puertas de la cumbre del clima que se celebrará la próxima semana en Emiratos Árabes, Naciones Unidas ha revelado que la Tierra se encamina a "un infierno". Y es que, según el Informe sobre la brecha de emisiones 2023 de ONU, los compromisos adquiridos tras el Acuerdo de París sitúan las temperaturas planetarias entre 2,5 °C y 2,9 °C por encima de los niveles preindustriales.
Nos encontramos, según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), en un momento en el que es "urgente" un compromiso sólido y "aumentar la acción climática". El informe asegura que "las temperaturas vuelven a romper todos los récords" y "una vez más, el mundo suspende a la hora de reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero".
El secretario general de Naciones Unidas, Antònio Guterres, reconoce que, pese a todo, "aún es posible que el límite de 1,5 °C [de aumento de temperatura] sea una realidad". Sin embargo, conseguirlo implica "destrozar por completo la raíz de la crisis climática: los combustibles fósiles".
El informe no deja lugar a dudas: las emisiones de gases de efecto invernadero tiene que reducirse un 28% para encaminarnos a una subida de temperaturas de 2 °C; y un 42%, de 1,5 °C. Todo ello antes de 2030 y, según Guterres, una "transición justa, igualitaria y renovable".
La mitigación, dice el estudio, es clave en esta década, para que la adaptación sea posible. Porque, como dice Inger Andersen, directora ejecutiva del PNUMA, "no hay persona ni economía a la que el cambio climático no impacte". Por eso, insiste, "necesitamos dejar de batir récords de emisiones de gases de efecto invernadero".
Un calentamiento sin control
Hasta inicios de octubre de este año, se han registrado un total de 86 días en los que la temperatura se situó por encima de los 1,5 °C (tomando como punto de partida los niveles preindustriales). Septiembre, por su parte, ha registrado las temperaturas más altas de la historia, 1,8 °C por encima de los valores preindustriales.
Según el informe de Naciones Unidas, las emisiones de gases de efecto invernadero, además, hay aumentado un 1,2% de 2021 a 2022. Ahora mismo, los seres humanos emitimos 57,4 gigatones de dióxido de carbono. Además, las emisiones de los países del G20 ha aumentado también un 1,2%. Esto, por tanto, demuestra una tendencia desigual en todo el planeta.
"Si los esfuerzos de mitigación de las políticas actuales continúan como hasta ahora, el calentamiento global se situarán cerca de los 3 °C a finales de siglo", alerta el informe. Y añade que solo hay un 66% de posibilidades de controlar la situación y que las temperaturas no asciendan por encima de los 2,9 °C o 2,5 °C en dos escenarios: que se cumplan de manera parcial o completa los planes de descarbonización nacionales.
Si los planes siguen el rumbo tomado hasta ahora, explica el informe, se necesitará una reducción extra de 14 gigatones de CO₂ para 2030 si queremos mantener el calentamiento global en 2 °C. Para que este se quede en 1,5 °C, el recorte habría de ser de 22 gigatones extra. Es decir, habría que reducir las emisiones en un 28% o en un 42% respectivamente.
Por desgracia, incluso en el escenario más optimista, las posibilidades de limitar el calentamiento global a 1,5 °C son "solo" del 14%. Al menos, así lo prevé el modelo utilizado por Naciones Unidas para realizar su nuevo estudio.