España, como otras partes del continente europeo, está sumida en una fuerte sequía que ya dura dos años. No llueve lo suficiente y las temperaturas encadenan meses de récords impensables hasta ahora, como los más de 30 grados alcanzados a finales del mes de abril. Y, lo peor, es que el intenso calor que invadió parte de la primavera parece no tener fin.
Según el último aviso de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), es probable que las temperaturas globales alcancen niveles récord en los próximos cinco años. En su actualización climática global apunta que, al menos, existe una probabilidad del 66% de que la temperatura promedio global anual cerca de la superficie entre 2023 y 2027 sea superior a los 1,5 grados por encima de los niveles preindustriales. Y será así durante al menos un año.
De hecho, en colaboración con los centros de producción global, avisan de que existe una probabilidad del 98% de que al menos uno de los próximos cinco años, y el período de cinco años en su conjunto, sea el más cálido registrado.
Esto significa que estamos a las puertas de violar el mayor acuerdo del clima alcanzado hasta ahora: el Acuerdo de París. Aquel tratado vinculante fue adoptado por 196 países en la cumbre del clima de 2015 en la capital francesa. Era el gran acuerdo que planteaba un objetivo ambicioso, pero alcanzable y a la altura de la emergencia: limitar el calentamiento mundial a muy por debajo de 2 para finales de este siglo, preferiblemente a 1,5 grados centígrados, en comparación con los niveles preindustriales.
Era todo un hito que, sin embargo, no se está consiguiendo cumplir. Y es que, a estas alturas, el mundo ya está a punto de rebasar ese límite. Al menos, de forma temporal. Como comenta Petteri Taalas, secretario general de la OMM, “este informe no significa que superaremos permanentemente el nivel de 1,5 °C especificado en el Acuerdo de París, que se refiere al calentamiento a largo plazo durante muchos años. Sin embargo, la OMM está haciendo sonar la alarma de que superaremos el nivel de 1,5 °C de forma temporal y con una frecuencia cada vez mayor”.
De hecho, de acuerdo con el informe, parece que todavía hay una buena noticia, y es que solo hay un 32% de posibilidades de que la media de los próximos cinco años supere el umbral de 1,5 °C, según el Global Annual to Decadal Climate Update producido por la Oficina Meteorológica del Reino Unido, el centro líder de la OMM para tales predicciones.
Pero es verdad que no hay que olvidar que la posibilidad de superar temporalmente los 1,5 °C ha aumentado constantemente desde 2015, cuando era cercana a cero. Para los años entre 2017 y 2021, hubo un 10% de probabilidad de superación.
Esto está motivado, según la OMM, por dos cuestiones. Una de ellas está ligada al aumento constante de las emisiones de gases de efecto invernadero -los que atrapan el calor del sol- que volvieron a cumplir un nuevo récord en el último año. Como consecuencia, la temperatura global promedio en 2022 fue de aproximadamente 1,15 °C por encima del promedio de 1850-1900.
Por otro lado, según comenta Taalas, la influencia de enfriamiento de las condiciones del fenómeno meteorológico de La Niña durante gran parte de los últimos tres años frenó temporalmente la tendencia al calentamiento a largo plazo. Pero La Niña terminó en marzo de 2023 y se pronostica que el otro fenómeno cíclico, el de El Niño, se desarrolle en los próximos meses. Por lo general, este aumenta las temperaturas globales en el año posterior a su desarrollo; en este caso, sería 2024.
“Se espera que se desarrolle un calentamiento de El Niño en los próximos meses y esto se combinará con el cambio climático inducido por el hombre para llevar las temperaturas globales a un territorio desconocido”, apunta Taalas. En consecuencia, prosigue, "esto tendrá repercusiones de gran alcance para la salud, la seguridad alimentaria, la gestión del agua y el medio ambiente. Necesitamos estar preparados”.
Por su parte, Leon Hermanson, director del informe y científico experto de Met Office, apunta que “se pronostica que las temperaturas medias globales seguirán aumentando, alejándonos cada vez más del clima al que estamos acostumbrados”.
Una subida en los termómetros a nivel mundial que lleva aparejados otros problemas. Los gases de efecto invernadero inducidos por el hombre están provocando un mayor calentamiento y acidificación de los océanos, el derretimiento del hielo marino y de los glaciares, el aumento del nivel del mar y un clima más extremo.
De hecho, como recoge el informe, el calentamiento del Ártico es desproporcionadamente alto. En comparación con el promedio de 1991-2020, se pronostica que la anomalía de la temperatura será más de tres veces mayor que la anomalía media global cuando se promedia durante los próximos cinco inviernos prolongados del hemisferio norte.
Además, los patrones de precipitación pronosticados para el promedio de mayo a septiembre de 2023-2027, en comparación con el promedio de 1991-2020, sugieren un aumento de las precipitaciones en el Sahel, el norte de Europa, Alaska y el norte de Siberia, y una reducción de las precipitaciones para esta temporada en el Amazonas y partes de Australia.