El reloj de la población mundial, una web que mide en tiempo real los nacimientos y las muertes alrededor de todo el globo, y cuyos datos reflejan que ya hemos superado la cifra de 8.000 millones de humanos sobre la faz de la Tierra.
Un hecho que para el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, merece una reflexión sobre el estado actual del mundo y las crisis por las que atraviesa. “La cifra de ocho mil millones de personas da testimonio de los avances científicos y las mejoras que se consiguieron en materia de nutrición, salud pública y saneamiento. Sin embargo, a medida que aumenta la familia humana, también se vuelve más dividida" agrega Gutérres.
Miles de millones de personas tienen graves dificultades; cientos de millones pasan hambre e incluso hambruna. Hay cantidades sin precedentes de personas en tránsito, en busca de oportunidades y tratando de superar deudas y penurias, guerras y desastres climáticos, precisa.
Y a menos que reduzcamos el enorme abismo entre los que tienen y los que no tienen, estamos allanando el camino hacia un mundo con ocho mil millones de habitantes dominado por tensiones y desconfianza, crisis y conflicto, predice el responsable de la ONU en un extenso artículo del que se hace eco EFE.
Según el último informe sobre población humana publicado por las Naciones Unidas, el crecimiento natural (las muertes totales restadas a los nacimientos totales) se ha desacelerado en este 2022. Aun así, la previsión es que cada año haya en torno a 70 millones de nuevas personas en el planeta.
Esto quiere decir que la población del mundo seguirá creciendo durante el siglo XXI, pero lo hará a un ritmo más moderado que hace unas décadas. Siguiendo este ritmo, los expertos vaticinan que para finales de esta década se alcanzarán los 8.400 millones, y a finales de este siglo en la Tierra habrá más de 10.000 millones de personas.
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India adelanta a China
Hasta ahora, China era el país más habitado de la Tierra, sin embargo esto ya está cambiando y es la India quien ocupa el primer puesto como nación más poblada del globo. En apenas una década, la India ha crecido en más de 200 millones de personas, y aunque ha dejando atrás al gigante asiático, China se mueve en cifras muy similares, por lo que ambas naciones encabezan el listado.
Por regiones también se ve la diferencia de natalidad entre el norte y el sur global. Solo Asia aglutina más de la mitad de los humanos que hay en todo el mundo, seguido de África. Después, a muchísima distancia, se encuentra Europa, cuyo declive poblacional es evidente.
Las Naciones Unidas aseguran que, para mediados de este siglo, más de la mitad del aumento de la población mundial quedará relegado a únicamente ocho países, la mayoría del África Subsahariana: Egipto, Etiopía, India, Nigeria , Pakistán, Filipinas, Tanzania y la República Democrática del Congo.
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Un crecimiento más lento
La tasa de crecimiento anual alcanzó su punto máximo a finales de la década de 1960, cuando rondaba el 2% (ahora apenas supera el 1%). La baja natalidad de los países más desarrollados ha ocasionado que esta tasa disminuya, a pesar de que los países del Sudeste Asiático y el África Subsahariana verán crecer sus poblaciones.
Atendiendo a los datos, la población humana del planeta llegó a duplicarse en cuatro décadas. Si en 1959 había 3.000 millones de almas, en el año 2.000 ese número alcanzó los 6.000, y tan solo dos décadas después estamos a punto de llegar a los 8.000 millones.
También hay que tener en cuenta que, desde el final de la II Guerra Mundial, el mundo no ha vivido episodios que supongan un impacto tan grave en la mortalidad de las personas, por lo que ha podido consolidarse un crecimiento estable.
Un problema de recursos
Tal y como expone la ONU, los países con los niveles de fecundidad más altos tienden a ser los de menor renta per cápita. En estos países, el crecimiento rápido y sostenido de la población puede frustrar el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), que persiguen la extracción y utilización de recursos sin perjudicar al medio ambiente.
Si bien el crecimiento de la población magnifica el impacto ambiental del desarrollo económico, el aumento de los ingresos per cápita es el principal impulsor de patrones de producción y consumo insostenibles.
Los países con mayor consumo per cápita de recursos materiales y emisiones de gases de efecto invernadero tienden a ser aquellos con mayores ingresos, no aquellos donde la población está creciendo rápidamente.