Las pequeñas naciones insulares, que en su mayor parte son las que sufren las peores consecuencias del cambio climático, pidieron esta mañana en la COP27 que sean las grandes empresas petroleras las que paguen por los crecientes daños causados por las tormentas oceánicas y el aumento del nivel del mar.
“La industria del petróleo y el gas continúa ganando casi 3.000 millones de dólares estadounidenses diarios en ganancias”, señaló Gaston Brown, primer ministro de la pequeña nación insular caribeña de Antigua y Barbuda.
Y, por ello, hablando en nombre de la Alianza de Pequeños Estados Insulares, pidió que sean estas compañías las que paguen la factura de la crisis climática: “Ya es hora de que estas empresas paguen un impuesto global al carbono sobre sus ganancias como fuente de financiación para pérdidas y daños”.
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Esta es la propuesta que se lanzó durante la mañana de la segunda jornada de discursos de jefes de estado y de Gobierno en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2022 (más conocida como COP27) en la ciudad egipcia de Sharm el-Sheikh.
"Los productores de combustibles fósiles se han beneficiado de ganancias exorbitantes a expensas de la civilización humana. Mientras se benefician, el planeta se está quemando", añadió Brown durante su discurso, en declaraciones recogidas por la agencia Reuters.
Kiribati, una pequeña nación insular situada en el Pacífico, es uno de los mejores ejemplos del impacto de la crisis climática, al ser el primer país que podría desaparecer a lo largo de este siglo por culpa de la subida del nivel del mar.
Palaos, también en el Pacífico, podría ser otro de los países que podría desaparecer en las próximas décadas. "Estamos siendo hundidos y descuartizados", advirtió durante su discurso Surangel Whipps, presidente de Palaos. Y añadió: "Las tormentas extremas y las inundaciones continúan destruyendo nuestros cultivos, hogares e infraestructuras... Esta realidad subraya nuestro llamado urgente hoy para que todos los Estados hagan lo que sea necesario para limitar el calentamiento global a 1,5 grados".
"Ya no debemos ser rehenes de los combustibles fósiles. No permitamos que la guerra en Ucrania sirva como excusa para retroceder en nuestros compromisos para hacer la transición a la energía renovable hoy. Hoy, hacemos un llamado a aquellos que son los mayores emisores de contaminación para que asuman la responsabilidad por el daño que causan".
Durante la mañana el presidente de Sri Lanka, Ranil Wickremesinghe, recordó que “los dobles raseros son inaceptables”. El mandatario esrilanqués ha denunciado que mientras las naciones desarrolladas “consideran adecuadas sus contribuciones financieras climáticas”, no parecen “tener reparos en gastar para una guerra [haciendo referencia a la guerra de Ucrania]”.
En la misma línea se pronunció durante la jornada de ayer Mia Mottley, primera ministra de Barbados, otra nación insular del Caribe. “¿Cómo las empresas obtienen 200.000 millones de dólares en ganancias en los últimos tres meses y no esperan contribuir con al menos 10 centavos por cada dólar de ganancias a un fondo de pérdidas y daños?”, preguntó durante su intervención en la cumbre del clima ante líderes de todo el mundo.
La iniciativa de EEUU
Estados Unidos ha sido otro de los países que ha propuesto una iniciativa similar, que presentará el próximo miércoles en la COP27. Según informó ayer la agencia Reuters, el Gobierno de Joe Biden propondrá que las empresas compren créditos de carbono y las ganancias se utilicen para financiar proyectos de energías renovables en países que busquen reemplazar los combustibles fósiles como el carbón.
Sin embargo, en el caso estadounidense, su propuesta excluye a la industria petrolera y sólo incluye sectores como la tecnológica, la bancaria, la de bienes de consumo, el transporte marítimo o la aviación. La participación de las empresas sería en todo caso voluntaria.
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Las grandes ausencias de la COP
La COP 27 se llevará a cabo del 6 al 18 de noviembre de 2022 con 200 países invitados. Durante la jornada de ayer intervinieron en la cumbre, entre otros, el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, o los jefes de Gobierno de Reino Unido, Francia o Italia.
El presidente de los Estados Unidos —segundo mayor contaminador del mundo—, Joe Biden, acudirá a la Cumbre la semana que viene, al igual que el recién elegido presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva.
La Conferencia estará empañada por la ausencia de varios de los líderes de los países más contaminantes del mundo como China, Rusia o India. Xi Jinping, Vladímir Putin y Narendra Modi ya han confirmado que no asistirán a la cita.