Europa se calienta más del doble que el resto del mundo y sitúa a España en el 'ojo del huracán' climático
Un informe de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) sobre el clima de 2021 advierte que el mayor aumento se produjo en los últimos 30 años.
2 noviembre, 2022 15:02Cada año los efectos del calentamiento global suben el nivel de alerta. Los contrastes en las temperaturas y la desaparición de las estaciones más templadas se hacen más evidentes. Sobre todo en Europa, porque según el último informe del Estado del Clima de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) durante el año 2021, el continente fue el más afectado por la subida media de las temperaturas.
No ha habido un aumento igual como el de los últimos 30 años. Los termómetros registraron el año pasado más del doble de grados que la media del resto del mundo. “En ningún otro continente las temperaturas han subido de forma tan notable”, señala la agencia de Naciones Unidas.
De acuerdo con los datos recopilados, entre 1991 y 2021 la temperatura del continente aumentó a un ritmo de unos 0,5 grados por década. Un calor referido al calentamiento de nuestra atmósfera, no a las temperaturas que registran diariamente los termómetros. El problema es que esa subida media desata más episodios extremos excepcionales, incendios forestales, sequías o inundaciones, entre otros.
El documento recuerda la situación que registró España al comienzo del pasado año con Filomena, la tormenta de nieve que heló amplias zonas de nuestro país durante el mes de enero. Dejó hasta 53 centímetros de nieve en zonas como el Parque del Retiro, en Madrid. No sufríamos algo así desde el año 1971.
De hecho, las temperaturas en localidades como Toledo y Teruel llegaron a alcanzar los 13,4 y 21 grados bajo cero, respectivamente. Y no solo eso, porque los daños al sector agroganadero (incluyendo olivares, cítricos, hortalizas de invierno y granjas ganaderas) de principios de enero se contabilizó por un valor de más de 100 millones de euros.
Tras estas temperaturas polares, el verano irrumpió con fuerza. Como señala la OMM, el calor extremo golpeó en especial a la región mediterránea en varias ocasiones durante la segunda mitad del verano del hemisferio norte. En especial, durante la segunda semana de agosto.
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El calor abrasaba países como Italia, que alcanzó el récord de Europa registrado hasta entonces con 48,8 grados. Otros como España tampoco se quedaron cortos, llegando a registrar los 47,4 grados en la localidad cordobesa de Montoro, todo un récord nacional. También Madrid tuvo su día más caluroso registrado el 14 de agosto de aquel año.
Todos estos contrastes meteorológicos no finalizaron con la entrada de 2022. Ya en febrero se lanzaba una alerta por sequía meteorológica. Las temperaturas eran menos frescas de lo habitual para la época y los embalses mostraban mínimos preocupantes.
Los vaivenes del clima durante este año continuaron mostrando su peor faceta, porque ya en primavera, en países como España sufrimos la primera ola de calor. Temperaturas extremas que han continuado golpeando nuestro país y el continente europeo en su conjunto a lo largo del verano.
Mientras, la falta de lluvias arrastrada desde el otoño pasado han ido esquilmando las reservas de agua y han favorecido que las temperaturas inusuales se hayan alargado más allá del verano. Con ello, los termómetros han sumado hasta seis meses en los que se han cumplido varios récords meteorológicos.
Europa, un 'punto caliente'
Las víctimas mortales por los fenómenos extremos que se produjeron durante 2021 se cuentan por cientos. Por no hablar del más de medio millón de personas que se vieron afectadas el año pasado. Sobre todo por tormentas y crecidas, que acapararon un 84% de los daños y que se cuentan por más de 50.000 millones de euros.
Aunque el continente ha reducido sus emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera, los esfuerzos no han sido suficientes. La OMM apunta que la Unión Europea emitió hasta un 31% menos entre 1990 y 2020. Sin embargo, “es el vivo o reflejo de un mundo que se calienta y nos recuerda que incluso las sociedades bien preparadas no están a salvo de las consecuencias de los fenómenos meteorológicos extremos”, reconoce Petteri Taalas, secretario general de la OMM.
“Este año, al igual que en 2021, amplias zonas de Europa se han visto afectadas por extensas olas de calor y sequías, que han alimentado incendios forestales. En 2021, los excepcionales episodios de crecidas causaron muerte y destrucción”, recuerda Taalas. Por este motivo, insiste en que debe mantenerse “el buen ritmo de reducción de emisiones”, además de “marcar objetivos más ambiciosos”.
Los escenarios que ya prevén los expertos sobre cambio climático para España y el conjunto de Europa son preocupantes. Como señalan, con independencia de los niveles futuros de calentamiento global, las temperaturas aumentarán en todas las zonas europeas a un ritmo superior al de los cambios en la temperatura media mundial.
En este sentido, la frecuencia y la intensidad de los episodios extremos de calor, incluidas las olas de calor marinas, han aumentado en las últimas décadas y se prevé que sigan aumentando con independencia del escenario en materia de emisiones de gases de efecto invernadero que se materialice.
En lo que respecta a las previsiones del entorno mediterráneo, todo apunta a que habrá una disminución de las precipitaciones, especialmente durante el verano. También se prevé que, si se alcanzan niveles de calentamiento global superiores a 1,5 °C, las lluvias extremas y las inundaciones pluviales aumentarán en todas las regiones, salvo en el Mediterráneo.
El impacto sobre la salud
Esto, sin duda, tendrá un efecto sobre los ecosistemas y las personas. De hecho, ya lo estamos sufriendo. Provoca muertes y enfermedades causadas por fenómenos meteorológicos extremos cada vez más frecuentes, como las olas de calor. De hecho, multiplica los casos de zoonosis y de las enfermedades transmitidas por los alimentos, el agua y los vectores, además de ocasionar problemas de salud mental.
Como recoge el documento de la OMM, en Europa, los fenómenos climáticos extremos más mortíferos son las olas de calor, en particular en el oeste y el sur del continente. La combinación de cambio climático, urbanización y envejecimiento de la población en esta región no sólo genera vulnerabilidad al calor, sino que también la agrava aún más.
Las alergias también son otro punto a destacar. Según los datos recopilados, más del 24 % de los adultos que viven en la región europea las padecen, incluida el asma grave. Entre los niños y niñas de la región, ese porcentaje oscila entre el 30 y el 40 % y no deja de crecer. Los menores son los más vulnerables al cambio climático, tanto en el plano físico como en lo psicológico.
Según el índice de riesgo climático de la infancia (CCRI) del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), en Europa casi 125 millones de niños viven en países sujetos a un riesgo “medio-alto” (el tercero de los cinco niveles de clasificación utilizados a nivel mundial).
“A medida que los riesgos y los efectos del cambio climático se hacen cada vez más evidentes en la vida cotidiana de las personas, los conocimientos climáticos son cada vez más necesarios y demandados, y es lógico que así sea", comenta el doctor Carlo Buontempo, director del C3S del ECMWF.
Como explica, con este informe se pretende salvar la brecha existente entre datos y análisis para proporcionar información basada en datos científicos pero que, al mismo tiempo, sea comprensible y permita adoptar decisiones, en todos los sectores y ámbitos laborales.