El verano de extremos que se ha presentado este año en países como España o la falta de lluvias que auguran los meteorólogos en los próximos meses no es casual. La evidencia científica muestra cómo el calentamiento global que está generando la humanidad con los gases de efecto invernadero que emite a la atmósfera están volviendo más inhabitable nuestro planeta.
Las medidas de mitigación ya no son una elección, pero los últimos datos del informe del Observatorio de Sostenibilidad demuestran que no se están cumpliendo los objetivos marcados. El documento concluye que “no se ha observado descarbonización en España en el año 2021”.
De acuerdo con los datos recogidos, entre 1990 y 2020, se observa que España es el segundo país que menos ha reducido emisiones con respecto a Europa, con un 8%. Nos llevan la delantera otros países como el Reino Unido, donde disminuyeron un 45%; Alemania, un 42%, o Bélgica, un 26%. De hecho, la media de los países de la Unión Europea se sitúa en un 29%.
Países como el nuestro vuelven a estar a la cola, y no son buenas noticias teniendo en cuenta que somos una de las zonas que más va a sufrir el impacto del cambio climático. Tampoco los datos de 2021 que publica Eurostat reflejan una mejor tendencia, porque nos coloca como el quinto país que más ha aumentado sus emisiones con resultados solo peores de Bulgaria, Estonia, Eslovaquia e Italia.
También ocupamos un lugar relevante en el mercado de carbono –la compra-venta de derechos de emisiones de gases entre países–, y no precisamente por algo bueno. España aumentó su participación en un 3%, lo que, según el informe, le coloca en el cuarto país con más peso en este mercado.
A nivel nacional, las Comunidades Autónomas que más han subido la media de emisiones son Asturias, La Rioja, Navarra, Madrid y Baleares, con aumentos entre el 15% y el 35%. Asimismo, Aragón, Murcia, Castilla y León y Castilla-La Mancha han presentado disminuciones entre el 10% y el 15% en las emisiones del mercado de carbono.
Desde el Observatorio aseguran que el seguimiento detallado de la descarbonización es clave para observar cuales son los resultados reales de las políticas implementadas por gobiernos y empresas. El problema es que las conclusiones de su último informe nos dicen que no estamos haciendo los deberes.
Se debería estar observando una profunda descarbonización de todos los sectores para alcanzar los objetivos del PNIEC. Este es Plan Nacional Integrado de Energía y Clima que a propuesta del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) se acordó remitir a la Comisión Europea.
Con este plan, nuestro país se comprometía a reducir un 23% los gases de efecto invernadero respecto a 1990. Como indica el propio Ministerio, este objetivo de reducción implica eliminar una de cada tres toneladas de las emisiones que se emiten actualmente para 2030.
Un objetivo que, incluso, Naciones Unidas en su último informe aseguraba que era insuficiente. La evidencia científica apuntaba que las emisiones debían reducirse en un 43% para 2030, por lo que los próximos años son críticos.
Qué empresas contaminan más
Como casi único avance positivo del impacto del Observatorio se observa el aumento de la penetración de las energías renovables eléctricas. Sin embargo, el avance de los datos del consumo de combustibles fósiles para el 2022 (+3,9% en productos petrolíferos y +26,8% de gas natural), el aumento de ciclos combinados y carbón, además de la prolongación de la sequía –que hace que se desplome la producción de energía hidroeléctrica– y el aumento del transporte “dibujan un escenario para el 2022 también muy pesimista”.
Fernando Prieto, coordinador del Observatorio de Sostenibilidad, señala que “se observan responsabilidades diferenciadas en las emisiones de CO2 del país donde muy pocas empresas son responsables de un parte muy importante del calentamiento global”.
El experto añade que, “tras los buenos resultados puntuales del 2020, España se ha vuelto a alejar de los objetivos del PNIEC, que apunta –con muy poca ambición– a la reducción del 23% de emisiones de gases de efecto invernadero para 2030”. En este sentido, apunta que “será necesario un cambio radical en los próximos años para cumplir los objetivos de descarbonización en el sector industrial, energético y en los sectores del transporte, residencial, comercial e institucional”.
Y es que, según sus datos, se observa un especial incremento de las emisiones en el sector de la aviación, con un 33%; un 14% en el sector de transporte por carretera; un 5% de la industria que incluye cemento, acero y sector químico, o un 1,4% del sector de la ganadería. La generación eléctrica, por su parte, incrementó solo un 0,4%, y el sector residencial, comercial e institucional y el sector residuos han permanecido prácticamente constantes, con un 8,8% y un 4,6% respectivamente.
Entre las 10 empresas que más contaminaron en España en 2021, el informe señala a Repsol (10,7 millones de toneladas), Endesa (9,3 millones de toneladas), Arcelormittal (con 5,6 millones de toneladas), Naturgy o Cepsa (con 4,9 millones de toneladas). De acuerdo con los datos recogidos por el Observatorio, las emisiones de estas 10 empresas representaron el 57% de las emisiones del mercado carbono y el 18,7% de las totales en España en 2021.
No obstante, como apunta el informe, aunque estas empresas puedan ser algunas de las más contaminantes, también han mejorado sus emisiones en el mercado de emisiones entre 2020 y 2021. Entre ellas, aparecen nombres como Naturgy, Iberdrola, Enagás, Endesa o Arcelormittal.
No obstante, Juan A. Avellaner, con una dilatada experiencia en planificación y desarrollo en el sector energético y también del Observatorio señala que “la descarbonización es un imperativo global por encima de cualquier contingencia”. En este sentido, apunta que “tenemos soluciones innovadoras y tecnologías para descarbonizar la economía, apliquémoslas sin más excusas y dilación”.
Por su parte, Borja Zausen de la consultora Grandmother remarca que “ya conocemos el alcance y la dimensión de nuestra desbocada actividad. Ahora es necesario adoptar medidas desde la esperanza, pero con firmeza y resolución. Todavía tenemos tiempo para decidir cómo queremos que se cuente nuestra historia”.