Un equipo científico internacional de la Estación Biológica de Doñana-Consejo Superior de Investigaciones Científicas (EDB-CSIC) y el Kalahari Meerkat Project (KMP) ha demostrado que el aumento de las temperaturas extremas recrudece el impacto de una enfermedad endémica en las poblaciones del suricato.
El estudio, según ha comunicado CSIC este martes, ha usado datos muy detallados sobre la supervivencia, la reproducción y la dispersión de una población de suricatos del desierto de Kalahari para relacionar los brotes de tuberculosis con condiciones climáticas extremas.
El equipo ha descubierto que los periodos prolongados de temperaturas extremas, cada vez más frecuentes en el desierto, incrementan las probabilidades de que existan brotes de tuberculosis al aumentar el estrés fisiológico y promover la movilidad de los machos entre grupos, que son los portadores principales de la enfermedad.
Para realizar el estudio, el equipo ha utilizado 22 años de datos demográficos semanales de cerca de 1.000 hembras y 1.000 machos de suricatos (Suricata suricatta). Esta población se estudió en el Desierto de Kalahari, "donde las temperaturas han aumentado de forma continua debido al cambio climático" y, según el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), "se prevé que lo sigan haciendo".
"La tuberculosis es una enfermedad endémica en los suricatos y se han observado numerosos brotes que han resultado fatales para los individuos", ha explicado la autora principal del estudio e investigadora en la EBD-CSIC, Maria Paniw. "Es una enfermedad que también afecta a un amplio abanico de especies, incluyendo los seres humanos y, aunque los patrones de los brotes difieren de una especie a otra, nuestro estudio muestra que el cambio climático podría empeorarlos", ha añadido.
Los periodos prolongados de temperaturas extremas, cada vez más frecuentes en el desierto, incrementan las probabilidades de que existan brotes de tuberculosis
Con estos datos, el equipo creó modelos para observar la relación entre el clima, la demografía de los suricatos y la enfermedad. Los resultados indicaron que, al aumentar la frecuencia de años extremadamente calurosos, también aumentaban los brotes de tuberculosis en los grupos estudiados.
"Las temperaturas extremas aumentan el estrés fisiológico, así como la dispersión realizada por los machos, que son portadores importantes de tuberculosis" ha concretado EBD-CSIC, añadiendo que "en la mayoría de los mamíferos, los machos son los que más se desplazan y, por tanto, son los que más expanden las enfermedades". "El cambio climático hace que la dispersión de los machos sea más probable, lo que termina agravando el brote" ha puntualizado.
Según el estudio, las condiciones ambientales estresantes, así como las temperaturas extremas, pueden incrementar los brotes de enfermedades. Sin embargo, esto tiene unas consecuencias que va más allá de los ejemplares a los que afecta de forma individual porque también desestabiliza la población al afectar a grupos sociales grandes que mantienen la población estable.
"Cuando se evalúa el riesgo del fracaso del grupo, es vital tener en cuenta la dinámica de la enfermedad, de lo contrario, la extinción del grupo debido al cambio climático se subestima en más del 50%" ha explicado la entidad, resaltando que "esto puede tener efectos muy negativos para otras muchas especies que dependen de los suricatos como alimento".
Algo similar en la Península Ibérica
"Esto es un poco similar a lo que está pasando en la Península Ibérica con los conejos, que también experimentan brotes periódicos de enfermedades y colapsos poblacionales, lo cual afecta negativamente a sus depredadores" ha enunciado Paniw. Subraya que "tenemos intención de realizar un estudio similar en estos sistemas porque Estamos viendo que la biodiversidad puede disminuir rápidamente con efectos sustanciales para los servicios de los ecosistemas que también son importantes para los humanos".
Según EBD-CSIC, predecir cómo responderá la biodiversidad al cambio climático y cómo este altera las interacciones entre especies es "muy importante" para mitigar los riesgos. Este estudio destaca la importancia de comprender las interacciones parásito-huésped y proporciona las herramientas para evaluar y pronosticar cómo evolucionan estas interacciones como consecuencia del cambio climático.
"Muchas personas creen que el cambio climático es un proceso lento, con efectos a pequeña escala que se van acumulando de forma gradual y quizá pensamos que tenemos tiempo para adaptarnos o para intentar mitigarlos" ha resaltado Paniw.
"Lo cierto es que los efectos de las enfermedades agravadas por el cambio climático sobre la supervivencia y la reproducción de las especies pueden intensificar rápidamente estos impactos sobre las poblaciones y llevar a extinciones locales, lo que pone en peligro también a otras especies que dependen de ellas", concluye la investigadora.