El arrendajo puede ayudar a recuperar miles de hectáreas de bosque: este es su 'plan' para conseguirlo

Los ecosistemas forestales en España ocupan algo más de veintiséis millones de hectáreas de las cuales casi quince millones están arboladas y unas doce desarboladas. Todo ello, en un escenario en el que tanto los bosques como sus ecosistemas se encuentran en constante peligro debido, en gran medida, a la mano del ser humano. Una situación que ha llevado a la pérdida de una gran masa forestal a lo largo de los años, generando un problema de gran amplitud que sigue afectando a gran parte del mundo. 

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¿Sabías que además un 15% de las emisiones de gases de efecto invernadero proceden de la deforestación? Y todo ello, sumado a la gran cantidad de especies de plantas y animales que pierden sus hábitats. Pero ¿y si te dijéramos que la memoria de un llamativo pájaro ibérico puede ayudar a paliar una pequeña parte importante de todo este problema?

Esa es precisamente una de las labores del conocido como arrendajo, un ave perteneciente a la familia Corvidae y también conocida bajo el nombre científico de Garrulus glandarius, que está ligada más de lo que te imaginas a la supervivencia de las comunidades forestales (tanto caducifolias como las de hoja inmarcesible).

¿Qué tipo de ave es el arrendajo?

El arrendajo es uno de los córvidos más vistosos y llamativos que podemos observar en la Península Ibérica, pero si por algo destaca es por su bonita mezcla de colores pardo-rojizo y blanco en el cuerpo combinado con marcas alares azules y negras muy características. 

En cuanto a su tamaño, este es muy similar al de la urraca y sus llamadas son inconfundibles precisamente por sus estridentes gritos, aunque también puede llegar a emitir silbidos e imitar las llamadas de otras aves e incluso de cabras y ovejas.

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Puede habitar muchos tipos de bosques desde altitudes elevadas hasta el bosque mediterráneo litoral, aunque prefiere los bosques densos y con vegetación abundante.

En cuanto a su alimentación, el arrendajo es un ave omnívora que consume tanto cereales como bellotas y frutos de otros árboles como crías de paseriformes, huevos, roedores, lagartijas o insectos. Una dieta "oportunista" en función de la estación del año en la que se encuentre y la disponibilidad de alimento.

Arrendajo, una de las aves más importantes de los bosques españoles.

En otoño, esta ave aprovecha por ejemplo para desplegar una gran actividad aprovisionándose de bellotas para poder pasar el invierno, las cuales se encargan de esconder con cuidado en el suelo o en huecos de los árboles. De ahí, que esta sea una de las épocas del año en las que es mucho más fácil poder verlos.

Arrendajo: el pájaro que puede llegar a repoblar miles de hectáreas

Pero lo especial de este pájaro va mucho más allá de su belleza, su localización o su manera de alimentarse. Y es que, este córvido ibérico tiene una peculiaridad que le da aún más valor en nuestros bosques: su memoria y los beneficios que esta puede traer a los bosques autóctonos.

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Se trata de un pájaro con una memoria prodigiosa o al menos eso es lo que transmiten algunos estudiosos de esta especie.  Y es que, durante esta época previa a la escasez, el arrendajo almacena miles de frutos que más adelante y durante el invierno le servirán a modo de reserva para combatir sus necesidades y el duro y frío invierno.

Arrendajo en pleno vuelo.

Su posterior capacidad para encontrar esos miles de frutos y semillas que entierran se basa en su conocimiento del entorno y su capacidad visual. Además, los arrendajos no solo recuerdan dónde enterraron los alimentos, sino que también pueden discernir qué tipo de alimento escondieron. Un comportamiento que ha sido demostrado en varios estudios con estas aves, las cuales después de un tiempo recordaban perfectamente que tipo de alimento tenían que buscar y dónde.

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Una capacidad de discernimiento que parece ser aprendida y no innata, ya que solo los pájaros con experiencia previa evidenciaban esta habilidad en dicho estudio.

Una capacidad y comportamiento que no solo es útil para llenar los buches de los arrendajos, sino que también contribuye a la dispersión de frutos, además de la dispersión de nuestros bosques y reforestación.