Pez anémona enfermo entre corales contaminados.

Pez anémona enfermo entre corales contaminados. iStock

Historias

Ni fertilizantes ni plaguicidas: esta es una de las mayores amenazas para los mares y su ecosistema en todo el mundo

Son múltiples los factores que alteran la vida marina, pero sin duda, el ser humano es uno de los que más contribuyen a este fatídico suceso. 

7 julio, 2024 01:20

Hablar del cambio climático es demasiado osado: todo el mundo opina, pero no tantos hacen algo para frenar un mal generalizado e imparable. La actividad humana, a través de nuestro modelo de vida y consumo, es el principal causante de la contaminación marina. 

Plaguicidas, fertilizantes, aguas residuales, detergentes o, como no, los plásticos, son algunos de los mayores contaminantes que existen, sin embargo, se nos pasa por alto uno de los causantes que más perjudican a las aguas marinas y del que todos tenemos mucha culpa. 

A pesar de ser esenciales para la protección de nuestra piel frente a los efectos dañinos de la radiación solar, los protectores solares resultar ser un alto contaminante del medio merino. Son múltiples los estudios que corroboran que algunos de los ingredientes de estas cremas son muy perjudiciales para los ecosistemas marinos, especialmente, para los arrecifes de coral y la fauna marina. 

Pero, ¿se puede evitar la contaminación marina con nuestras cremas solares? Cada año en España se identifican 78.000 nuevos pacientes de cáncer de piel, por lo que prescindir de la protección solar no es una opción. 

Esto no implica que no se pueda evitar la contaminación marina. Lo mejor es adquirir cremas solares respetuosas con el mar o biodegradables para favorecer la vida marina y contribuir a frenar el cambio climático generalizado. 

Cuánto contamina la protección solar

Conocidas también como contaminantes emergentes, las cremas solares llegan al mar cuando los humanos se bañan en él y, a través de sus cuerpos, liberamos hasta el 25% de sus compuestos, dando lugar a que decenas de miles de toneladas de protectores solares se difundan entre zonas de arrecife de coral. 

Entre los diferentes elementos del ecosistema marino frecuentemente analizados (agua, sedimentos y organismos), suele encontrarse la presencia de restos de los protectores solares, especialmente  filtros UV. 

Estos compuestos químicos se encuentran en las playas, además de en múltiples especies marinas como mejillones, delfines o incluso en almejas con interés comercial. El traspaso de estos componentes, de un animal a otro hasta llegar a los huevos de las aves que se alimentan de los peces, es un clásico de este mal. 

Se ha llegado además a confirmar a través de estudios científicos que determinados protectores solares con algunos filtros orgánicos blanquean los corales, provocando la muerte del arrecife. Sobre todo, este daño es mucho mayor en zonas de costa altamente turísticas. 

¿Hay alternativas menos contaminantes?

Lo cierto es que sí, tan solo debes saber cuáles son las soluciones menos dañinas para el mar y más efectivas para proteger a nuestra de los efectos negativos del sol. 

A nivel europeo, se han implementado normativas para controlar y limitar la presencia de sustancias dañinas en los protectores solares. Sin embargo, la industria cosmética también está avanzando hacia soluciones más sostenibles.

Tortuga marina atrapada en una bolsa de plástico.

Tortuga marina atrapada en una bolsa de plástico. iStock

Son la oxibenzona y el octilmetoxicinamato los principales filtros más nocivos para el mar de las protecciones solares. Son los que más inciden en el blanqueamiento de los corales y, por tanto, al conjunto del ecosistema marino. Es muy importante que los protectores solares que utilicemos prescindan de estos componentes en la mayor medida posible. 

Muchas marcas están reformulando sus productos para eliminar ingredientes nocivos como la oxibenzona y el octilmetoxicinamato, optando por ingredientes naturales y biodegradables.

Mancha en la orilla del mar.

Mancha en la orilla del mar. iStock

Los protectores solares biodegradables son una excelente alternativa para paliar este problema. Están formulados con ingredientes que se descomponen de manera natural en el medio ambiente, evitando la acumulación de sustancias dañinas. Estos productos no solo protegen la piel, sino que también ayudan a preservar los ecosistemas marinos.

Otra alternativa son los aminoácidos similares a la micosporina (MAA), derivados de algas marinas. Estos compuestos ofrecen una protección solar efectiva y segura tanto para la piel como para el entorno marino, ya que son biodegradables y no perjudiciales para los corales y otras formas de vida marina.