Este lunes 22 de julio, los bañistas que se refrescaban en la playa del Porto de Bares, en Mañón (A Coruña) fueron sorprendidos por un tiburón muy cerca de la orilla. Su presencia obligó a todos ellos a salir del agua y, sobre todo, a comunicar la aparición al Concello del municipio.
Según ha explicado el alcalde de la localidad, Alfredo Dovale, el animal permaneció "un buen rato en la zona" y que, además, "por la manera en la que se movía, parecía desorientado o incluso enfermo".
Los vecinos de la zona identificaron al animal como un tiburón peregrino de entre 2,50 y 3 metros de longitud. Este ejemplar es muy conocido en este lugar de la costa de Mañón desde hace décadas; sin embargo, "no es para nada normal que un animal así aparezca en la zona; algún delfín si, por ejemplo, pero un tiburón no", ha explicado Dovale.
El tiburón peregrino es completamente inofensivo para las personas; sin embargo, su gran tamaño, que puede llegar hasta los 10 metros de longitud, así como su desorientación por no estar en su hábitat natural, puede provocar algún percance. Especialmente entre los bañistas que no conocen el ejemplar.
A pesar de que su aparición sea sorprendente incluso para los expertos, lo cierto es que cada vez es más común. El aumento de la temperatura del mar hace que los animales acuáticos se muevan hacia el norte en busca de lugares más frescos, provocando el cierre temporal de diferentes playas, así como la aplicación de protocolos de seguridad.
Tiburones peregrinos en A Coruña
El tiburón peregrino es el segundo pez más grande del mundo después del tiburón ballena. Se cree que su nombre previene de la antigua creencia de que estas especies realizaban peregrinaciones marinas, viajando largas distancias.
Uno de los motivos por los que este tiburón parece más peligroso, además de su gran tamaño, es que nada con la boca abierta filtrando y comiendo plancton. Sin embargo, han sido los humanos los que han provocado más daño a estos ejemplares que de forma contraria.
En el pasado, los tiburones peregrinos eran capturados principalmente por su grasa, que se utilizaba como combustible. Esta grasa era una fuente valiosa de aceite, que se empleaba en la iluminación antes de la generalización de la electricidad o como carne para alimentación y para la fabricación de harina de pescado.
Por qué cada vez aparecen más tiburones en las orillas
A pesar de que la aparición de estos animales en las playas se haya vuelto más frecuente —o hemos sido más conscientes de ello gracias a las redes sociales—, en España el último ataque de un tiburón se registró en 2019 y de las más de 500 especies que existen, alrededor de 30 son propensos a agredir humanos. Sin embargo, el miedo si avistamos uno de ellos es completamente normal.
Uno de los factores más significativos por el cual estos animales se están es el cambio climático, que ha alterado la temperatura de los océanos y, con ello, los patrones migratorios de muchas especies marinas, incluidos los tiburones.
A medida que las aguas se calientan, las corrientes oceánicas y las zonas de alimento cambian, empujando a los tiburones a explorar nuevas áreas en busca de sustento. Esto puede llevarlos más cerca de la costa de lo que era habitual en el pasado.
El cambio climático no solo afecta las temperaturas, sino que también puede influir en la disponibilidad de presas. Si las especies de las que se alimentan los tiburones se acercan a las costas, es lógico que estos depredadores las sigan.
Otro factor clave es la sobrepesca, que ha reducido drásticamente las poblaciones de peces en muchas partes del mundo. La sobrepesca agota los recursos en las áreas marinas más alejadas, obligando a los tiburones a buscar alimento más cerca de las costas, donde las actividades humanas como la pesca recreativa y comercial atraen a peces y otras presas potenciales. En España, la industria pesquera es muy activa, y esto podría estar influyendo en la disponibilidad de presas naturales para los tiburones en sus hábitats tradicionales.
Además, el desarrollo costero y el turismo han transformado las líneas de costa, creando nuevos hábitats que pueden atraer a los tiburones. Las estructuras como muelles, plataformas y otras instalaciones humanas pueden ofrecer refugio y atraer a pequeñas especies de peces, creando un entorno atractivo para los tiburones en busca de alimento.
Qué hacer cuando aparece un animal marino en la orilla
Lo primero que tenemos que hacer si divisamos un animal desorientado en la orilla es llamar al teléfono de emergencias 112 o al teléfono del Cuerpo de Agentes Rurales 900 181 628.
Sin importar si el animal esté vivo o muerto, el protocolo pide que las personas no toquen al animal porque no está en su hábitat natural, no sabemos cómo puede actuar e, incluso, puede estar enfermo. De igual manera, también se pide que no se le devuelva al mar ni se intente rescatarlo hasta la llegada de los agentes.
En términos de peligros potenciales en este tipo de situaciones, aparte de las lesiones físicas directas, también existe el riesgo de pánico entre los bañistas, lo cual puede conducir a situaciones de emergencia y rescate. Por lo tanto, la rápida acción de cerrar la playa y monitorizar al pez por parte de los profesionales es crucial para mantener la seguridad de todos los involucrados.